Fue un partidazo. El Derby de Londres no defraudó y entregó goles y emoción por montones. Lo que parecía otro desastre para Unai Emery en su inicio como entrenador del Arsenal terminó siendo una muestra de coraje —y ocasiones desperdiciadas— que sientan un buen precedente en esta nueva era Gunner. Pese a la derrota por 3-2, los Gunners abandonaron Stamford Bridge con la frente en alto.

El equipo de Sarri salió con todo y a los 20' ya ganaba 2-0. Primero cobró Pedro tras una gran contra conducida por Marcos Alonso, para luego Morata aumentar la ventaja tras recibir de Azpilicueta y vencer sin problemas la marca de Mustafi.

Era una victoria tranquila, aunque la defensa, pese al cero que registraba en el marcador, no lo pasaba bien. Los laterales cañoneros pasaban sin oposición y los centros hacia atrás descolocaban a los blues, pero tanto Aubameyang como Mkhitaryan fallaron goles cantados. Emery se lamentaba en la banca.

Sin embargo, a los 37' el armenio sacó un derechazo imparable para Kepa, que por más que se estiró no pudo despejar. El descuento metía al Arsenal nuevamente al partido. Cuatro minutos más tarde un nuevo centro atrás complicaría a la zaga local, pero esta vez Iwobi sí pudo subirlo al marcador. Los últimos minutos del primer tiempo fueron dominados completamente por la visita.

El descanso tranquilizó las cosas. El Chelsea se repuso del golpe y salió con todo en busca de la ventaja. El ingreso de Hazard hizo mejorar a su equipo y pese a la inicial resistencia del Arsenal, la influencia del belga se hizo presente: a los 81' asistió a Marcos Alonso para el 3-2.