El Manchester City se impuso al Manchester United y mantiene su arrollador andar en la Premier League. El elenco ciudadano es líder de la competencia con 32 puntos en 12 jornadas. Invicto, con diez triunfos y dos empates. Los de Pep Guardiola no tienen rivales en la liga británica y, el último domingo, brindaron ante su clásico rival una nueva prueba de suficiencia.
Fue un triunfo sin contrapeso. Una nueva demostración de categoría de parte de los Sky Blues, que le pasaron por arriba a un atribulado United, que no tuvo herramientas para contrarrestar el superlativo nivel de su rival.
El encuentro finalizó 3-1, y tuvo en el tercer gol del City su punto más destacado. El tanto, obra del alemán Ilkay Gündogan a los 86', fue el corolario de un encuentro que dominaron en todas sus facetas, de principio a fin.
Corría el minuto 84 cuando Mendy recuperó el balón cerca de la mitad de la cancha, sobre la izquierda. Lo que pasó después impactó a todos. Fueron 47 toques de balón en una posesión ininterrumpida durante más de dos minutos. Una perfecta expresión de juego colectivo que sacó a la luz muchos de los conceptos elementales de los equipos de Guardiola. Paciencia, movilidad, desdoblamientos, precisión, amplitud, técnica y velocidad. El City movió el balón a lo largo y ancho de la cancha frente a la mirada impotente de los Diablos Rojos, que corrían desesperados ante la incesante búsqueda de su adversario, que no cesó hasta que encontró el espacio y sentenció el partido.
Un tanto de antología para una victoria trascendental, que reafirma la confianza y la convicción exhibida durante la temporada por el elenco celeste. Y que postula, también, para mejor gol del año.