“Pasó de ser importante a un referente”: los días alegres de Jorge Almirón en Valparaíso durante su primera estadía en Chile
El entrenador de Colo Colo tuvo un exitoso paso como futbolista por Santiago Wanderers. Fue el goleador del Decano en la Segunda División de 1995, logrando el ascenso. Su DT de aquel entonces lo recuerda como un tipo reservado, pero curioso sobre la táctica; en tanto, sus compañeros de plantel detallan sus virtudes en el campo de juego.
Jorge Almirón solo sabe de victorias con el buzo de Colo Colo. Ya venció a Unión Española, por el Torneo Nacional, y a Godoy Cruz, en su debut en la fase 2 de la Copa Libertadores. Este domingo, frente a O’Higgins, buscará extender su racha positiva. El ahora estratega está de retorno en un país donde vivió uno de los momentos más alegres de su carrera como futbolista. Fue hace tres décadas y no precisamente en capital. Los días felices los tuvo, en concreto, poco más de 100 kilómetros en dirección a la costa. Esto porque a mediados de los 90, tuvo un exitoso paso por Santiago Wanderers. En Valparaíso, el transandino se elevó a la condición de goleador y figura. Clave en un ascenso del elenco porteño.
En 1994, el Decano estaba en Segunda División (hoy Primera B) y armaba un plantel con el objetivo de retornar a la categoría de honor. En ese contexto, se llevan a los argentinos Carlos Zaragoza y a Almirón. Este último llegaba como volante a la escuadra porteña. Allí había jugado en sus club anterior, San Miguel de Argentina. Pero conforme pasaron los meses, y con la llegada de Jorge Luis Siviero al banco, comenzaría a ser utilizado como atacante.
A 29 años del ascenso de 1995, el otrora DT atiende el llamado de El Deportivo y cuando es consultado por su expupilo solo tiene palabras de elogios. “Es un gran ser humano. En todo sentido. Como jugador era muy profesional. Se destacaba por estar preocupado siempre. Se veía que tenía posibilidades de seguir ligado al fútbol como técnico. Uno que ha tenido varios grupos a su cargo, sabe quien puede apuntara eso. Jorge era uno de ellos. No me ha sorprendido su carrera”, expresa.
Una opinión distinta tiene Cristián Flores, también miembro de aquella plantilla de Santiago Wanderers. También reconoce las cualidades de Almirón, sin embargo, asegura que se sorprendió al saber que se dedicó a la dirección técnica. “Cuando me dijeron que era DT, lo encontré raro. En Valparaíso era muy callado. Pero se preocupaba al 100 por ciento de lo que debía hacer. Después lo tuve como rival en México, él en Morelia y yo en Atlante, y me fue sorprendiendo luego su trayectoria. Es un hombre serio, pero muy noble”, apunta.
El técnico de los albos brilló en la Quinta Región. En la temporada en que lograron firmar el retorno a Primera, fue el goleador del equipo, con 16 goles. De hecho, anotó todos los tantos en las finales (ida y vuelta) ante Audax Italiano, donde los caturros ganaron por 2-0 y 2-1. “Fue de los más importantes. Hizo los cuatro goles en los partidos decisivos. Pasó de ser importante a referente, junto al capitán que era Jorge Pérez”, señala el exentrenador Siviero.
Esa final, y los atributos futbolísticos del oriundo de San Miguel, también recuerda muy bien el Pistola Flores. “Jorge tenía la virtud de hacer goles de afuera del área, desde dentro, de cabecear bien y también pasarse a los rivales. Lo tenía todo. Creo que pudo ser más de lo que fue como futbolista. Un gran jugador a veces busca pagar su deuda siendo entrenador. Además él conoce como es la formación de cadetes y, en ocasiones, no llegan los que tienen que llegar”, dice.
Pero lo de Almirón iba más allá de las anotaciones. Reinaldo Navia cuenta La Tercera que lo conoció en Valparaíso, pero después volvieron a compartir en la Liga MX. En los dos lugares mostró facetas completamente opuestas. “Es una gran persona. Fíjate que lo tuve después de compañero acá en México. Yo lo conocí como un centrodelantero, el goleador de Wanderers. Alguien que ayudaba mucho a los jóvenes, pero con un carácter muy fuerte. Le gustaban las cosas derechas, sinceras. Pero en Morelia era un contención. Después de que yo lo vi que siendo el gran goleador de Wanderers, verlo jugar atrás me extrañaba”, explica el Choro.
El otrora seleccionado chileno también tiene muy presente como era tenerlo al lado en el campo de juego. “Fue figura todo el tiempo que estuvo en Wanderers. Desde que llegó hizo muchos goles. Era letal. Te jugaba muy bien con los pies. Iba muy bien por arriba, era un gran cabeceador. Aparte estaba grandote, fuerte. Había que encararlo al Negro. Era un jugador muy desequilibrante. De los más importantes en ese momento”, sostiene.
Bajo perfil, pero curioso
Pese al calificativo de héroe en las definiciones, en Santiago Wanderers, Almirón mantenía un bajo perfil dentro del camarín. Lo que no significa que no tuviera opinión en las cosas importantes. “Aunque parezca mentira, era bastante retraído. Pero si muy participativo cuando tenía que opinar respecto a temas tácticos. En ese sentido ejercía una influencia que era distinta a lo que son normalmente los líderes de grupo. Para mí fue un jugador muy importante”, narra Jorge Siviero.
El subcampeón de América con Cobreloa agrega que ya en ese entonces Almirón mostraba interés por la estrategia. “Normalmente el jugador de fútbol se limita a hacer las cosas que le indican. Pero él siempre preguntaba cosas, pedía seguir trabajando en determinados lugares y era muy llano a conversar cuando se le daba la posibilidad. Mostraba su opinión respecto a los partidos y llevaba la voz cantante en eso. Era un referente para sus compañeros en ese aspecto”, indica.
Flores, en tanto, suma un recuerdo fresco de la interna del plantel de Wanderers 1995 y como se adaptaba el transandino a aquel contexto. “Eran tiempos complicados. En el grupo había niños que estaban apareciendo, como David Pizarro, Reinaldo Navia, Moisés Villarroel o Claudio Núñez. También estaba el lote de los que ya venían, donde estaba yo; y otro grupo de los más viejos. Había de todo y sirvió para ser competitivos. Ahí Jorge Almirón era un tipo que no hablaba y andaba siempre solo, pero un jugador táctico, que entraba bien, llegando de los primeros y yéndose de los últimos”, relata.
Finalmente rememora las dificultades económicas que pasaba Santiago Wanderers en aquel entonces. “Fue un año difícil. Los sueldos y la pretemporada fueron un tema. También dormíamos en colchonetas. Así y todo logramos el título”, recuerda.
Un camarín que también tiene muy presente en la memoria Navia. “Los tiempos de antes eran muy distintos a los de ahora. Era muy difícil ver jugadores jóvenes en esa época, normalmente los clubes se componían por jugadores de experiencia, de mucha calidad, los equipos realmente formaban planteles para poder ser campeón o ascender a Primera División. Era un plantel de mucho peso, era un vestuario pesado”, sostiene el exariete.
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