Desde el horizonte, en nuestro querido Chile, aparece un grupo de mujeres humildes, inteligentes, fuertes, resilientes, luchadoras y, por sobre todo, perseverantes, que logran clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Un sueño para ellas, sus familias y los clubes que las apoyaron. Siempre pateando piedras, pues el fútbol no era para nosotras; ni como jugadoras, ni como entrenadoras y menos como dirigentes. Ellas nuevamente hicieron historia clasificando a unos JJ.OO., el máximo evento deportivo del planeta.

¿Si me preguntan qué pasará? Les puedo decir que -nuevamente- ellas muy disciplinadas lo dejarán todo, lucharán con todas sus fuerzas para lograr un buen resultado y elevar a lo más alto el nombre de nuestro país, pero después de esto no pasará nada, pues la competencia nacional seguirá igual, sin premios e incentivos para el desarrollo del fútbol femenino de los clubes, sin bases del campeonato a sólo días de iniciarse. Ni hablar de un fixture. Nuestro ente rector seguirá liderado por el 100% de hombres sin ninguna oportunidad en la mesa del directorio para una mujer.

Seguiremos luchando y pateando piedras hasta que las mujeres tengamos los mismos derechos y oportunidades. Nos dicen que las mujeres no venden… que no es rentable un equipo femenino, pero las cifras de las transmisiones de TV dicen lo contrario.

¿Cuántas muestras más tenemos que darles? Estamos preparadas para cargos de toma de decisiones, queremos trabajar con ustedes para conseguir financiamiento y hacer que el fútbol femenino de los clubes sea sustentable. Cuando los clubes andan bien la competencia mejora y las selecciones obtienen resultados.

¡Basta! Siempre tenemos que callarnos, porque si hablamos son complicadas, conflictivas, problemáticas, histéricas y desubicadas. Al famoso “carro de la victoria” todos se suben: dirigentes que organizaron un campeonato, pero que en la realidad no les interesaba el fútbol femenino, porque era un cacho y siempre les importó más hacer contacto con altos ejecutivos de Sudamérica, como una forma apitutarse cuando se acabara su periodo.

Estimados directores de la ANFP, de una vez por todas hagan las cosas bien, ayuden a los clubes que formamos todos los días jugadoras para las diferentes selecciones. En el fondo ayuden a todos los clubes con presupuestos, no con bonitas intenciones. Estimados jugadores de la selección chilena: ayuden al desarrollo de la formación de nuevos jugadores y jugadoras con el 0,01% de su sueldo; sólo así podremos tener mejores niños y niñas en el fútbol; colaboren en sus clubes donde estuvieron y se formaron desde pequeños.