Patricia Pita revela detalles de su accidente en el Dakar con el chileno Paolo Boggiani: “Tuvimos la mala suerte de volcarnos en una zona de piedra volcánica”

Patricia Pita es la primera mujer piloto de rally uruguaya.

La piloto uruguaya fue la primera mujer en la historia de su país en correr un Rally Dakar en 2023. Ahora, en 2024 y junto al copiloto chileno Paolo Boggioni, la conductora volvió a vivir la experiencia de la carrera más exigente del mundo bajo el alero del Astara Team. Un accidente los sacó del ruedo en la primera etapa, pero la ambición de nutrirse de la competición y la adrenalina que se vive en medio del desierto, los llevaron a optar por quedarse y fortalecer la unión como dupla de cara al Dakar del próximo año.



Patricia Pita (34) creyó que el deporte le había mostrado la peor de sus caras cuando en la primera jornada del Rally Dakar 2024 debió abandonar la competencia por volcar su vehículo. Sin embargo, ahora se encuentra tranquila y mentalizada en que aquel infortunio fue una muestra más del destino para convertirse en una mejor piloto. Con el apoyo del Astara Team y de su navegante Paolo Boggioni, las experiencias que ha adquirido al ver los motores rugir y a sus compañeros darlo todo en el desierto la han motivado a querer alcanzar la meta en 2025.

Desde el campamento de corredores en Arabia Saudita, la uruguaya conversó con El Deportivo para dar detalles de su preparación junto al chileno y del aprendizaje que les dejó el accidente que los sacó de la carrera.

¿Cómo fue su experiencia en este Dakar 2024?

Fue una experiencia bastante dura. Porque fue después de una larga preparación y de muchos meses de trabajo duro para llegar con la ilusión muy fuerte. Es mi segundo Dakar, esta vez con el equipo Astara y con este coche que presentaba un salto muy grande para mí. Tuvimos el infortunio de sufrir un vuelco en la primera etapa faltando 100 kilómetros para terminarla.

¿Cómo ocurrió su accidente?

Veníamos haciendo un muy buen trabajo, habíamos largado la posición 132 y ya estábamos en la 51. Nos volcamos en una parte que yo pensé que era un suelo duro y no vi que había un fesh-fesh, que es engañoso porque a veces simula ser suelo sólido y cuando lo pisas te encuentras con una especie de tierra arenosa. Al momento que el auto toca eso, hacemos un trompo y volcamos. Pero la verdad es que yo no lo podía creer porque el auto quedó perfecto. Lo dimos vuelta con la ayuda de un auto que frenó a asistirnos, sacamos el parabrisas y el vehículo ni se desalineó. Hasta frenaba recto. Pensamos que era una anécdota más de un vuelco en el Dakar que sucede muy seguido, pero tuvimos la mala suerte que volcamos en una zona de piedra volcánica y una de las rocas que estaban tumbadas en el camino marcó la jaula de seguridad. Cuando llegamos a la asistencia, el equipo enseguida ya estaba trabajando para cambiarle todos los plásticos al auto y revisarlo para largar en la segunda etapa, pero la FIA (Federación Internacional de Automóvil) constató que la jaula estaba marcada por una piedra y por un tema de seguridad no nos permitieron reparar ni continuar en carrera. Fue un golpe muy duro porque es una de las cosas que uno más miedo le tiene, ¿no? de quedarse fuera de la carrera el primer día.

Imagino que fue muy difícil asimilarlo...

Yo creo que todas las cosas suceden por algo, es mi manera de vivir la vida. Esto lo tomo también como una gran oportunidad. El primer día, no te voy a mentir, la pasé muy mal. Me dolió muchísimo, sufrí bastante, pero enseguida le pude encontrar las cosas positivas. Creo que siempre en estas situaciones que nos parecen que son negativas o que nos hacen sufrir, son las que forjamos nuestras mejores herramientas. Como mujer, en mi experiencia de 12 años en un deporte que es históricamente masculino, todos los momentos difíciles que me tocaron pasar en mi carrera hoy los agradezco y los tomo como una oportunidad de volver en el 2025 mejor preparada. Llego a Uruguay el 22 de enero y me pongo a trabajar de cara al próximo Dakar. Me quedé acá con el equipo para acompañar y ayudar en todo lo que pudiera, pero principalmente para poder aprender y absorber lo más que pueda de este gran equipo que está formado de personas tan sabias y que tanto saben. Está nuestro director deportivo Oscar Fuertes, expiloto, su copiloto Diego Vallejo, tenemos a Gabi Moiset, a Víctor Vázquez que también son nuestros directores deportivos y quienes planean las estrategias. La verdad que estoy aprendiendo cosas que nunca hubiera aprendido si estuviera corriendo. Fue una cachetada fuerte pero le saco el mayor provecho posible.

Después de tantos meses de preparación ¿Cómo es posible reponerse luego de lo que le tocó vivir a usted y a todo el Astara Team?

Creo que está justamente en colocar el pensamiento en el lugar correcto. De nada sirve pegarse en el tiempo, no se puede volver atrás. Lo acertado es analizar qué errores hubo y por qué pasó lo que pasó. Muchas veces las cosas son un poco de suerte. Hay muchísimas cosas por mejorar y hay que quedarse con eso y ponerse a trabajar enseguida. En los primeros días, recibí muchísimos mensajes. Una amiga me dijo háblate tu misma como me hablarías a mí si yo estuviera en esta situación. A veces los deportistas somos tan autoexigentes que nos olvidamos de tratarnos bien. Eso es algo muy importante que lo estoy aplicando hace ya unos cuantos años gracias a mi psicólogo deportivo. Otro amigo me dijo que los deportistas olímpicos tienen cuatro años entre competencia y competencia y capaz que el primer día que están en las olimpiadas se lesionaron el tobillo y después por cuatro años más no tienen una revancha. Nosotros por suerte tenemos revancha en menos de un año, porque ya estamos a fines de enero y cuando me quiero acordar ya vamos a estar acá de nuevo en busca de esa medalla de Dakar Finisher.

¿Qué siente al ser la primera piloto del Dakar en la historia de Uruguay?

Para mí es un orgullo tremendo poder representar al país, a las mujeres de Uruguay y del mundo. Hay muchísimas que sueñan o soñaron en algún momento de su vida en estar acá y no lo pudieron lograr. Es muy importante que puedan hacer lo que aman hacer, que los géneros no limitan los sueños, que los deportes y las profesiones no tienen género. Me motiva a seguir y me da mucha fuerza en estos momentos que son difíciles, porque a veces te planteas si estás haciendo las cosas bien. Pero siempre me llega un mensaje de una mujer, de un niño, de una niña, agradeciendo por demostrar que se puede y es ahí cuando te das cuenta de que a veces con el simple hecho de seguir mi sueño y estar acá, estás inspirando a otras personas a que hagan lo mismo y creo que eso es lo más valioso de toda mi carrera.

¿Qué fue lo distinto de este Dakar con el Astara Team a su primera experiencia en 2023?

Es completamente distinto. Aunque hubiera estado corriendo iba a ser un Dakar completamente diferente. Lo dicen las personas que ya llevan muchísimos años, que nunca uno es igual a otro y que todos los años, por más preparado que estés, el Dakar siempre te pone a prueba en cosas que no te imaginas. Y este viene siendo muy distinto por el hecho de no poder estar manejando y estar viviéndolo desde este lado. Es un cambio muy grande para mí. Estoy aprendiendo muchísimo con el equipo de Astara, porque en esta disciplina soy nueva y viene siendo una experiencia por un lado muy linda y por otro lado muy dura. Pero bueno como es la vida misma.

¿Cómo ha sido su experiencia con Paolo Boggioni?

Muy buena la experiencia con Pao. Nosotros nos conocimos el año pasado en el Rally de Atacama, en Copiapó. Hicimos una buena dupla allí y decidimos correr el Dakar. En carrera tuvimos muy poca experiencia, pero estoy feliz de poder estar acompañada de otro sudamericano y estar pudiendo representar a todo el continente. Es muy difícil para nosotros los latinos poder llegar a estas instancias, estar en un equipo tan importante y tan bueno como es el Astara, con los valores de sustentabilidad y compromiso con el medioambiente que defiende.

En los meses de preparación, los días previos, y en la carrera misma ¿Cómo describiría sus aprendizajes junto al copiloto chileno?

Han sido aprendizajes muy duros para los dos. Esto ha sido todo muy rápido. Desde venir con la ilusión, largar, volcar, enterarnos que no podemos seguir, a seguir el Dakar desde este lado, es como que tampoco te permite frenar mucho. Cuando lleguemos a nuestras casas y pasen unos días vamos a poder sacar conclusiones más formadas de todo lo que ha sido esta experiencia para cada uno de nosotros. Pero sin dudas fue un aprendizaje muy fuerte y bueno con Pao. Es muy positivo, a pesar de que las cosas no salieron como hubiéramos querido. Sé que esto me va a ser más fuerte y me va a ayudar a mejorar como piloto y como profesional y en definitiva ese es mi objetivo. Si esto tenía que ser parte de mi camino, será una piedra más, un cuento más dentro de mi historia, de una piedra que tuve que pasar por arriba y que me fortaleció.

¿Cree que a partir del saber de cada uno se inculcaron cosas mutuamente durante este período de tiempo?

Paolo es especialista en dunas y yo soy especialista en lo que es tierra, rally y piedras. Por ese lado siento que nos complementamos muy bien. Él ha podido absorber cosas de mí justamente por mi trayectoria en el suelo más duro y rápido y yo he aprendido muchísimo de Paolo en todo lo que es las dunas, que es la superficie donde yo no tengo tanta experiencia y donde tengo que seguir aprendiendo. Creo que en la vida y en cualquier cosa que uno haga es un dar y recibir. Siempre estamos aprendiendo de alguien y siempre alguien está aprendiendo de nosotros en todo lo que hacemos, en todo tipo de relaciones. Creo que esa sinergia se va a dar siempre entre las personas.

¿Siente esa sinergia con Paolo?

Se da inevitablemente. Una persona puede estar más abierta a aprender o no, pero yo creo que eso se da siempre. Considero que sí que hemos tenido una buena sinergia con Pao y ambos hemos podido crecer mucho con esta experiencia. Espero que los dos podamos sacarle el mayor provecho a todo lo que estamos viviendo en conjunto.

Él la definió como una mujer con una determinación increíble...

Qué grande Pao. Es una persona muy positiva, un gran soñador y muy valiente también. No todas las personas se animan a luchar por sus sueños y a salir a buscarlos y eso para mí es una de las cualidades más importantes que tiene que tener una persona. Es alguien con mucha determinación que puede lograr todo lo que se proponga. Paolo es muy inteligente y, sin duda, ha sido un gran compañero y amigo.

¿Cuáles son sus próximos desafíos tanto a nivel personal y junto a Paolo y el equipo de Astara?

Queremos terminar de aprender todas las cosas que podamos acá en Arabia Saudita. Las conversaciones que vamos teniendo, ver cómo se trabajan los autos, de charlar con Laia Sainz y con Mauricio cuando llegan de las etapas para aprender qué distintos set up le hacen a los autos dependiendo de la superficie. Aprender de este auto y el combustible sintético que utiliza. Todo lo que ellos comentan es información muy importante para mí de cara al próximo Dakar. Hay mucho que absorber de este lado. Desde el punto de vista técnico, mecánico, del ingeniero, de ver cómo realmente funciona todo. Nunca se nos cruzó por la cabeza irnos. Es un privilegio para mí poder estar acá.

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