Hace más de cinco años, Patricio Graff estaba en la vereda contraria, de ayudante de Vitamina Sánchez en la UdeC. Ahí consiguió el objetivo que está a un paso de lograr ahora con Coquimbo Unido, justo su víctima entonces. Su paso por la Cuarta Región marca su primera incursión como director técnico y está a un paso de devolver a los Piratas a Primera, tras una larga espera de 11 años. Si vence hoy a Melipilla en La Florida (o Cobreloa pierde ante Wanderers), la meta estará. Y aún tiene una fecha más de colchón.

¿Qué sensaciones tiene?

Satisfecho y contento. Lo hecho hasta el momento ha sido bueno. Los jugadores entendieron y aceptaron nuestra idea. Ojalá podamos coronar todo con cumplir el objetivo. Pero la propuesta se pudo hacer y eso es lo gratificante.

¿Siente el ascenso hecho?

No, para nada. Hasta que esto no está listo, no se puede afirmar el ascenso. Lógicamente estamos mejor parados que el resto, pero nada más que eso. Hay que tener mesura y tranquilidad para seguir con la humildad de siempre. Y aprovechar este momento para, ahí sí, tener la seguridad del ascenso.

¿Cómo controla la ansiedad y los nervios del plantel?

Tenemos a un psicólogo que realiza una labor individual y grupal. Más allá de eso, tratamos de mantener la misma forma e intensidad desde el primer día. No ha cambiado nada y las exigencias siguen igual. Eso el jugador lo detecta y actúa de forma natural. Hay que alejarlo de las redes sociales y toda la locura que postea el hincha.

¿Las claves de su trabajo?

Compromiso, convencimiento, humildad y honestidad hacia el trabajo. Desde que llegamos, estábamos convencidos de que la idea de juego le iba a gustar tanto a los jugadores, como a los hinchas. Todo eso entrega tranquilidad.

¿Con qué idea aterriza en 2017?

Quería iniciar mi carrera como entrenador profesional. Implantar un proyecto con cuestiones básicas como hacer de nuestra localía un feudo, ser dueños de los partidos y proponer espectáculo. En casi todos los partidos lo hemos logrado y la gente lo ha visto.

Van tres veces que Coquimbo tiene el ascenso ahí y se escapa. ¿Siente que hoy es distinto?

Yo estuve en una de esas opciones, con la UdeC. Y tuvimos un poco de suerte. Lo que sí, son circunstancias diferentes. Hoy tenemos más ventaja, dependemos de nosotros. Si hacemos bien las cosas, podremos lograrlo. Queremos conseguirlo lo antes posible.

¿Se siente la presión en un equipo con historia en Primera y una ciudad con bastantes hinchas?

No se siente la presión, para nada. Siento más el apoyo incondicional hacia el jugador y el cuerpo técnico que la presión de conseguir el objetivo.

¿Qué aprendió con Vitamina?

Mucho. La dinámica de los entrenamientos, la planificación y el manejo de camarín. En mi carrera de jugador también saqué elementos de muchos técnicos. Es clave el trato con el grupo.

¿Por qué decidió dejarlo?

Se lo propuse yo. El aprendizaje había sido bueno y el momento, el oportuno para iniciar mi carrera como autónomo. La única forma de seguir creciendo era dar el paso al frente. Lo dejo en 2015 y recién en 2017 agarré un equipo.

Usted fue coordinador de fútbol de un colegio en España antes de arribar a Coquimbo...

Cuando dejé a Sánchez, me fui a España, donde estaba mi familia. En el colegio donde mis hijas estudiaban me propusieron esa labor. Mi trabajo era coordinar todo el área futbolística. Ahí diseñé estructuras y formas de entrenamiento, elementos tácticos, y dirigí al primer equipo, en sexta categoría. Fue una linda experiencia. Planté la misma idea que en Coquimbo.

¿Cómo llegó al conjunto pirata?

Desde que me fui de Chile, intenté estar en contacto con gente del fútbol para que cuando se abriera una puerta me tuviesen en cuenta. Yo fui a visitar a Pablo Sánchez y ahí expuse mi proyecto a un par de clubes. Luego, nos abrieron las puertas en Coquimbo. Eso fue en mayo de 2017.

¿Qué tan importante fue la confianza en su proceso?

La continuidad fue un factor importante. Nuestra llegada, en un principio, iba a ser más corta. En el torneo de transición del año pasado acabamos cuartos. Ahí conocimos a los jugadores e implantamos una idea. Seguimos con más fuerza y convencimiento el presente año. Eso el jugador lo notó, tanto los estelares como los más jóvenes. Han debutado bastantes. Los procesos a veces van bien, pero otras no. Lo que sí, estos deben tener un plazo estipulado.

¿Se ve el próximo año acá?

Sí. Estamos muy contentos de haber podido desarrollarnos como cuerpo técnico. Lógicamente, cuando acabe el torneo se hará un balance y veremos lo qué pasa.

¿Su larga carrera de futbolista en España lo hace proyectarse allá?

Por qué no. Tengo ganas de exponer mi trabajo. La idea es siempre crecer y no dar pasos hacia atrás.