La Roja Sub 20 vive días intensos. La expectativa que había el equipo, en la previa, en lo que pudiese hacer el equipo se ha ido diluyendo con las semanas, principalmente por el rendimiento expuesto por el seleccionado. El primer tiempo del duelo ante Ecuador generó entusiasmo, sin embargo, la goleada recibida a manos de Uruguay encendió las alarmas. El triunfo sobre Bolivia no las apagó, por el contrario, generó preocupación por el juego exhibido. Hoy, sin embargo, tendrán la oportunidad de meterse al hexagonal. Necesitan un empate frente a Venezuela.
El nombre más apuntado por el rendimiento de Chile es Patricio Ormazábal. El director técnico ha sido criticado por sus decisiones. Una, la más cuestionada, es dejar en el banco a Lucas Assadi en los primeros dos duelos. El promisorio juvenil de la U vio minutos en el complemento en esos duelos. Recién en el tercer encuentro fue titular. Y respondió de inmediato, ya que marcó el único tanto de la Rojita sobre los altiplánicos.
Claro que en la Sub 20 no existe solo una voz de mando. La decisión de no poner al canterano azul desde la partida no es únicamente de Ormazábal. También tiene mucho que ver la opinión de Milovan Mirosevic, la mano derecha del entrenador. El excapitán de Universidad Católica, hoy ayudante técnico en la Roja juvenil, estima que talentoso futbolista no cumple bien en las labores de marca y retrocede poco.
Para el DT, la visión de su colaborador es valiosa. El ídolo del club de San Carlos de Apoquindo no solo oficia como ayudante actualmente, también cumple con otros roles. También es el coordinador del grupo de proyección de las selecciones. Un trabajo que, eso sí, la Federación de Fútbol de Chile no sabe si continuará desempañando.
Su llegada a la Rojita se da tras la salida de Sebastián Miranda, el antiguo ayudante Ormazábal. Cuando este toma la oferta de Universidad de Chile, el exvolante puso barajaba varios nombres para completar su cuerpo técnico, que quedaba con una vacante. Luego de evaluarlo junto a la ANFP, decidieron que Mirosevic era quien encajaba.
Una relación de años
Patricio Ormazábal y Milovan Mirosevic se llevan por un año y medio de diferencia. El curicano es mayor. Pero se conocen desde pequeños. Ambos hicieron las divisiones inferiores en Universidad Católica. Están identificados con el club de la franja. Incluso, hasta hace poco, trabajaban en la UC.
El inicio de sus carreras fue casi simultáneo. Los dos debutaron en 1997, el actual entrenador de la Sub 20 algunos meses antes, siendo parte del plantel campeón del Apertura de aquel año, algo que su actual ayudante no logró. Si estuvieron ambos en el título de 2002. De hecho, Mirosevic partió tras aquel torneo y Ormazábal lo haría año siguiente. Recién en ese momento, su pasar en el fútbol tomó distancias.
Uno partió a Racing Club de Avellaneda, el otro a San Lorenzo de Almagro. Milo tuvo un destacado pasar por la Academia, pero Pato no logró exhibir su mejor versión en los Cuervos. Luego pasó a Arsenal de Sarandí, su estación previa antes de retornar a Chile, pero no a la Católica, sino que a la U. Tuvo dos pasos en los azules. Uno en 2005 y otro en 2006, interrumpido por una breve estadía en Dorados de Sinaloa.
En 2007 retornó a Las Condes, estuvo hasta 2008, pero un sector de la parcialidad cruzada no le perdonó su estadía en el clásico rival. Luego militó en Huachipato y se retiró en Curicó Unido, equipo de su ciudad natal.
Lo de Mirosevic fue opuesto. Tras Racing partió a Israel, luego estuvo en Argentinos Juniors, volviendo a la UC en 2008. No alcanzaron a compartir cancha nuevamente. A esa altura, el estatus para los hinchas diferente entre ambos. El santiaguino se transformó en capitán y el tiempo lo elevó a la condición de ídolo. Actualmente es uno de los emblemas del club para la fanaticada de la franja.
Eso para los hinchas. Entre ambos, la relación jamás se quebró. Iniciaron juntos en Universidad Católica y trabajaron en el club que los formó luego de su retiro. Ormazábal, incluso, llegó a dirigir al primer equipo en 2014, como interino tras la salida de Julio César Falcioni. Ahora son los dos cabecillas de una Sub 20 que busca enmendar el rumbo en el Sudamericano.