Paul Capdeville revela cómo quedó Christian Garin tras la derrota frente a Eslovaquia y cómo la enfrentó en la intimidad
El extenista acompañó a Gago en la obtención de su primer título en el circuito ATP. Con ese aval, analiza lo que vivió el 17º tenista del mundo en la serie frente a Eslovaquia y el grito de auxilio que lanzó al perder su segundo duelo en ese desafío. También le eleva la vara a Nicolás Jarry y habla hasta del Superclásico.
Hablando de tenis, Paul Capdeville se siente cómodo. No solo porque jugó durante varios años, llegando a ocupar el 78º puesto del ranking de la ATP. También porque desde hace un tiempo incursiona como comentarista. Su posición, incluso, es privilegiada, porque la cercanía con el equipo de Copa Davis le permite tener información de primera mano. Y acceder a las emociones más íntimas de la escuadra de Nicolás Massú, que este fin de semana sufrió un duro traspié frente a Eslovaquia. El oriundo de Vitacura no esconde su decepción. “Obviamente me queda la misma sensación de tristeza. Todos pensábamos que iba a ser una confrontación difícil. Eslovaquia siempre se ha caracterizado por tener jugadores que juegan muy bien en indoor. En nuestra época jugaba Dominik Hrbaty, que estaba top 10. Vino a Chile, jugamos en Rancagua. Son jugadores muy complejos, técnicamente muy ricos. También muy potentes y muy veloces. Yo siento que al equipo del Nico lo sorprendió el nivel del número 1 (Norbert Gombos). Con Christian fue lapidario y no hay mucho más análisis técnico en un resultado como ese. Pero yo siento que ahí está lo amargo que nos generó, porque teníamos mucha ilusión de poder tener al equipo de nuevo en un repechaje para ir a Madrid”, declara en su paso por El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo. Inmediatamente, abordará la situación de Christian Garin, a quien conoce de sobra. Sin ir más lejos, porque lo acompañó en la obtención de su primer título en el circuito ATP, en Houston.
¿Qué pasó con Garin, que el primer día, frente a Alex Molcan, realizó un muy buen partido, pero que contra Gombos se cae radicalmente y muestra una versión preocupante, incluso porque termina reconociendo que la presión le afecta?
Siento que Christian está pasando un viaje que es complejo, que es ser top 20. Cuando recién llegas a esos puestos, eres nuevo, no te conocen tanto, normalmente no tienes mucho que perder, la presión la tiene el otro. Y jugar así, obviamente te da un margen importante. Hoy, el tiene que demostrar que es top 20. Tiene que demostrar en resultados por qué es sembrado en los torneos y el número uno en una Copa Davis. Y, obviamente, todo el mundo te quiere ganar. Te conoce y te tira a tus puntos más débiles. Está pasando un momento que, como jugador, lo tiene que asimilar, rápido, idealmente, y es que cada torneo va a ser con presión. Que cada decisión que el toma va a ser con presión. La gente lo sigue, quiere que gane. En Chile siempre queremos ganar y a la mínima derrota te lo hacen sentir. Esa presión se está sintiendo y se está viendo. Pero es parte del tenis. De cuando eres número 1, de cuando ya eres profesional. Hay que saber jugar y convivir con eso.
Usted estuvo entre los 80 mejores del mundo y también fue número 1 de Chile en la Davis, ¿cuánto pesa esa mochila y en qué se traduce?
Siempre es difícil. Yo lo viví en una muy buena generación, con dos muy buenos compañeros, como Nicolás y Fernando. Uno, mirándolo con altura, reconoce que fueron jugadores tremendos, maravillosos. Primero, porque habían hecho cosas muy buenas. Nico con las Olimpiadas y Fernando también en los Juegos y al ser número 5 del mundo. Mi presión era tratar de ser un buen complemento. Y cuando fui número uno, intentar emularlos a ellos. Y creo que la presión era muy grande, porque la diferencia de ranking y de nivel era bastante. En el caso de Christian, él está número 20, tiene un muy buen tenis. Tampoco es un muy mal año el de Christian, porque viene de hacer dos cuartas rondas de Grand Slam, perdiendo con números 2 del mundo tanto en Roland Garros como en Wimbledon. Entonces, tampoco uno puede hacer una crítica descarnada. Eso es lo que trato siempre, de bajar los paños al mundo más periodístico, porque creo que hay que tomarlo en su justa medida. Trato siempre de comentar que ser el número 1 en Chile, por más que esté 20 en el mundo, es una presión. Como en Argentina, con Schwartzaman, que el sábado termina llorando. Y es el 10 del mundo y perdió con un chico de 18 años. Siempre es importante saber donde uno está parado.
¿Se puede regular esa presión? Garin dijo, textualmente: “tengo que ponerme menos presión, hay veces en que me cuesta llevar todo esto”. Parece un grito de auxilio.
Hoy está muy de moda, muy en boga el tema de la presión, los trabajos mentales de los jugadores, con Simone Billes. Hay varios programas que muestran esa vida. Hago un poco ese tracking con la película de Mardy Fish, que muestra eso, la presión del tenis. Pero yo siempre voy a la base: el deporte profesional conlleva eso. Uno tiene que vivirlo, lo tiene que tratar de manejar. Sé que no es fácil. Yo lo viví muchos años. Me recuerdo de haber ido a muchas Copas Davis y solamente por la presión del ambiente uno terminaba enfermándose, resfriándose. Y pasaban dos o tres semanas en que no podía jugar después. Había mucha presión. Y aunque uno diga que no se quiere presionar, uno quiere ganar. El primero que quiere ganar en la cancha es el jugador. Más allá de que la gente te sigue, te apoya, te empuja. Para Christian es muy importante trabajar en el momento de… De cómo juego bien al tenis. Tuve la posibilidad de viajar con él, de conocerlo mucho, trabajamos juntos, y te puedo decir que tiene algunas metodologías para volver a ese centro y poder a jugar de la manera en que mejor lo hace, cuando está con menos presión. Tiene que salirse un poco del día a día. De que tiene que rendir, de que tiene que ganar. Porque cuando te enfocas solamente en ganar es muy difícil sacar tu rendimiento.
Ahora, Chile apoya, pero también chaquetea. ¿Puede ser ese el gran temor que tienen los tenistas, el miedo a perder porque te va a caer una reprimenda muy grande, sobre todo en las redes sociales?
En el programa hacía un poco ese comentario. Decía que en mi época las redes sociales existían, pero no era tan fuertes. Lo que sí marcaba mucho era el periodismo. Salías en El Mercurio o en La Tercera y si ahí el periodista te daba un poco más duro, la gente quedaba con esa sensación. Hoy todo el mundo todo te puede hacer un comentario. Y eres bueno o malo. Hoy hay más cercanía, pero es más descarnado. Lamentablemente, es parte de lo que estamos viviendo hoy, no solamente en el deporte. Y Chile, obviamente, cuando te va bien, eres muy bueno y cuando te va mal, vas para atrás. Por eso trato de ser un poquito más equilibrado en ese comentario. Porque entiendo como jugador o como exjugador. Y lo hablé con Christian cuando perdió. Lo único que le dije fue “compadre, toda mi fuerza, porque sé que este momento va a ser complejo. Creo que es lo único que hoy uno puede hacer para apoyarlo y acompañarlo. Yo sé la sensación que él tiene. Ahora, cómo recomponer para el próximo torneo, en Indian Wells, son semanas duras. No son semanas que se pasan felices.
¿Cómo lo notó? ¿Sigue muy bajoneado?
Puede hablar un poco antes y también después, pero muy poco. Tampoco nos quedamos hablando mucho rato. Yo sabía en la sensación en que estaba. Lo único que hablamos fueron cosas muy escuetas. Le dije ‘estai en un momento duro. Hay que ponerle el pecho a las balas, seguir entrenando, seguir preparándose’. Y me dijo ‘sí, muchas gracias, es parte de esto’. Y yo creo que cada día él lo va entendiendo más. También tiene 25 años. No es un jugador de 30 años y muchos años en esto. Hay sensaciones que las está pasando recién. También tiene un muy buen equipo. Franco (Davin) ha tenido grandes jugadores, entiende que la Copa Davis cuesta mucho. Es argentino y los argentinos viven la Copa Davis muy parecido a nosotros. Te puedo decir jugadores que no podían jugar Copa Davis por la presión que sentían. Eso también es bueno para Christian, porque tiene un entrenador que lo va a poder ayudar, igual que Luis Lobo, que también tiene mucha experiencia en eso. Yo creo que Christian está bien, aunque en las últimas semanas no ha jugado para nada bien, pero también es parte de los momentos que no tiene como tenista. Solamente hay tres buenos, Nadal, Djokovic y Federer, que te pueden jugar todos los años, durante 15 años, a un nivel superlativo.
Usted que conoció a Garin, ¿qué señales vio en Eslovaquia que daban a entender que no estaba bien? Porque hay partidos en que uno dice ‘no lo va a ganar, porque se fue del partido’…
Tengo otra teoría. Más que en la Copa Davis, lo vengo viendo hace varias semanas. Me gusta mucho ver a los chilenos y cuando he visto a Christian me ha pasado más que es más estratégico. Por ejemplo, el juego de Molcan se le hizo muy afín a su tenis. No jugaba rápido, el saque era bueno, pero Christian devuelve muy bien. Era zurdo, entonces Christian, que juega muy bien hacia el revés, podía usar su mejor tiro. El día sábado siento que fue lo que venía pasando un poco en cancha rápida. Que le juegan muy rápido a la derecha y cuando eso pasa, su derecha se le empieza a ir hacia atrás y empieza a jugar más defensivo. Y cuando juega más defensivo ya es otro jugador. Para mí, el trabajo sería seguir jugando, cuando no se siente cómodo, ofensivamente. Yéndose a la red, a definir con la volea. Para mí, más que la confianza por el juego, que no se pierde del viernes al sábado, cada vez que no estás seguro y confiado con una estrategia, cada vez que te atacan o te logran desdoblar, te vas a la defensiva. Y en la defensiva no juega bien Christian. Para mí, va más por ese lado que por un tema mental.
Hace dos años, después ganar su primer ATP en Houston, usted advirtió que Garin iba a tener que aprender a manejar la presión. ¿Le dio consejos para manejar ese aspecto?
Creo que el trabajo que se hizo en esa época fue muy bueno. Siento que el Gringo (Andrés Schneiter, ex entrenador de Garin) encontró un equilibrio en el juego de Christian y de él durante el juego. Obviamente, el trabajo para ser top 10, que es el paso siguiente, es mucho más fino. Hay detalles más chiquititos que ir mejorando. Entonces, si me dices que tiene mejorar, estoy de acuerdo, pero ¿cómo cambio la parte mental? ¿ser más positivo? Es muy difícil. Por eso yo voy a la parte de la táctica, de la técnica. Siento que si uno trabaja la confianza a partir de la táctica, tiene más opciones. Y porque siento que cada vez que el juego se le viene en contra, se pone defensivo. Ese es un punto. Entonces, no, vamos para adelante, mejoremos el revés cruzados, vamos a la volea, terminemos los puntos más cerca de la red.
No ir a Tokio, que le valió muchas críticas, ¿es parte de esta situación que está viviendo?
Puede ser que decisiones de gira o de calendario te generan una merma después. Es parte de las decisiones del tenis. Yo sería un poquito más cauto con eso, porque también hay que entender que hoy viajar, con las cuarentenas, con las burbujas sanitarias, es bien complejo. No es que la pasas bien, vas a comer a la noche y puedes salir un día cuando estás medio cansado. No. Te tienes que estar haciendo los tests, hay lugares en que no te dejan estar, no puedes volver a Chile. Hay un montón de cosas que la gente normal no las entiende. Christian lleva casi un año fuera de Chile. Creo que estuvo acá para el torneo de Santiago, en febrero, y después no volvió. Eso también te cuesta, pasa factura. Haber ido a Tokio es una decisión. A la gente no le pareció, pero llevarlo a que eso es lo que le genera presión me parece un poco exagerado.
¿Comparte la decisión? ¿Qué hubiese hecho usted?
Es difícil. Por eso hablo de los viajes y del tema del Covid. Haber ido a Tokio, por todo lo que conllevaba, no era solo jugar esa semana, sino todas las anteriores y posteriores. Entonces, por eso creo que fue una decisión que tomó para poder ser competitivo. Obviamente, una Olimpiada siempre es importante, más acá, con lo que hizo Massú, que fue maravilloso y que las dejó como un hito importante. Pero hay que seguir avanzando. Decir que porque no fue a Tokio le está pasando esto, es un poco exagerado.
Lo que pasa es que toda la reacción de repudio hacia Garin se genera después de esa decisión…
Mirándolo por ese lado, puede ser, pero es parte de lo que vivimos como tenista. Al final, tampoco vas a pensar que el calendario te lo hagan los periodistas o te lo hagan los seguidores. El calendario lo tiene que hacer el tenista con su entrenador, con su equipo técnico, mánager, preparador físico. Y él es quien toma la decisión. “A este torneo no voy, me gusta más la arcilla o voy a descansar”. El que toma la raquetita es él, el que tiene que pasarla al otro lado es él y el que tiene que lucharla es él. No somos nosotros. Por eso digo que el tenis viene con esto, con pasarla un poquito mal, con pasarla bien cuando ganas. Para el tenista es muy duro no ganar en una Copa Davis, porque jugarla nos encanta. Ese es un hecho. Es un poco como una droga, algo que nos atrae mucho. Antes jugábamos en Chile, que era lindo, aunque había muchísima presión. En el Nacional o en La Serena o Viña. Perdíamos y nos mataban, pero ganar y sentir a la gente era algo que uno hasta hoy recuerda muy bien. Lo que siente Christian hoy es una parte de la sensación de la Davis, pero cuando ganaron y llegaron a Madrid vivió lo otro también.
¿Qué haría para tratar de ayudarlo?
Siento que debe volver más a la base. Las confianzas van más por las cosas en que uno se siente cómodo. Venir a Chile dos semanas, ver a la familiar, ir a la playa. Iría más por ese lado, porque cuando uno pierde un poquito el camino, va buscando mucho la salida, pero no la encuentra. Y después, en cada semana. El primer partido en Indian Wells tiene que ganarlo como sea. En Houston lo hablábamos y le decía eso. El me decía “jugando bien” y yo le insistía en “cómo sea”. Porque si pierdes, nos vamos a ir quemados. Primera ronda, viajamos, estuvimos aquí dos días y nos tuvimos que ir. Pero si ganas aunque juegues mal, te da la posibilidad de jugar segunda ronda y ahí puedes ir a la confianza y decir ‘a mi derecha le falta un poquito más’ o al revés lo mismo. El tenis lo tiene. Es el 20 ºdel mundo. Y en arcilla creo que es un jugador top 10. No hay muchos que le ganen hoy. Ahí hay un tema: cómo está jugando en cancha rápida. Quizás habría que mejorar ciertos puntitos. El saque, la derecha bajo presión. Le buscaría ahí para que tenga más confianza. El tenis de él da para jugar en cancha rápido. Su revés es un guante. No lo falla. Y con un poco más de velocidad de piernas, la derecha en cancha rápida le correría mejor. También hay que mirar el vaso lleno. No vamos a decir que le faltan un montón de cosas, cuando es el 17º del mundo. Para eso hablemos de los que están 500º. A esos sí les faltan un montón de cosas. Estamos hablando de cosas muy finas.
Hoy está 17º en el mundo, ¿lo ve llegando a ser top 10?
Yo creo que sí, porque hay un cambio generacional bastante importante. Hoy Federer y todos esos grandes próceres van saliendo. Con cuatro o cinco que se vayan, va a estar más cerca. Y los que van quedando no son mucho mejores que Christian. Para mí, Rublev no es mucho mejor que Christian. Son jugadores a los que les puede ganar. Para llegar a ser top 10 va a tener que mejorar el juego en cancha rápida. Ahí está dando un poquito de ventaja a la hora del ranking. Suma mucho en arcilla, pero baja mucho en cancha rápida.
La exigencia para Jarry
Y a Nicolás Jarry, ¿como lo vio?
A mí Nico me produce sensaciones de dulce y agraz. Yo pensé que volvía más rápido. Estuvimos hablado todo el año del Nico en el programa y yo sentía que cuando fue campeón e hizo la final de los challengers en Ecuador, rápidamente iba a volver a estar entre los 100. Un jugador que estuvo 40º, que ya sabe todo lo que hay que hacer, cómo se le gana a un 150º. Lo tiene muy claro. Siento que a Nico le pegó muy fuerte lo de la sanción y lo marcó más de lo normal. Es muy buena persona, sano, trabajador. Va muy a la base. El tenis tiene esto, cosas que son incontrolables. Esperaría que estuviera entre los 100 en un plazo más corto.
¿En cuánto?
De aquí a final de año debería estar cerca del 100. Vienen dos torneos en Chile y varios en Sudamérica que debería aprovechar. Está 230º y de aquí a final de año debería estar cerca del 100.
Con Garin y Jarry en buena forma y con el apoyo de Tabilo y Barrios, ¿se puede presumir un futuro auspicioso para el tenis chileno?
Sí. Tenemos cuatro jugadores que podrían estar entre los 100, que ya es muy bueno. Estar top 100 es un hito muy importante. Es como que te dijera que es ser periodista del New York Times. Uno se tiene pleno. Si logramos tener cuatro, hay países ricos que nos los tienen. Tabilo y Barrios tienen el nivel. Me han sorprendido gratamente. Han mejorado bastante.
¿Fue correcta la decisión de Massú de designar a Jarry como segunda singlista ante Eslovaquia?
Lo conversamos mucho entre los tenistas y a Massú se le hacía complejo, porque el ‘dos’ y el ‘tres’ tenían mejor ránking que ‘cuatro’. Pero siento que para esa superficie Jarry era el mejor jugador, por experiencia, tenis y forma. Con el número uno, el punto se le escapó por muy poco. Con el diario del lunes siempre es fácil hacer el análisis, pero estuvo bien.
¿Qué balance haces de la gestión de Massú como capitán?
Muy bien. Nico es un capitán que te genera esa confianza. Transmite energía, sus logros. Eso lo ha hecho muy bien. Como capitán, tampoco puede hacer mucho más. En una semana no puedes trabajar mucho con los jugadores. En el equipo le creen, a la gente le gusta mucho y le ha hecho bien al equipo. Como marketing, como espectáculo. Transmite mucho.
¿Le gustaría asumir ese rol en algún momento?
Sí. Obviamente que todo jugador que vivió la Copa Davis si lo llaman y lo ponen en una terna, gusta mucho. Hoy estoy en otro rubro, pero siempre muy involucrado. Estuve muy metido con Christian y eso me devolvió las ganas de aportar.
El otro Paul
Hablando de gestión, conozcamos al otro Paul, el inversor ¿Es un buen momento para invertir en el área inmobiliaria?
Es importante lo que está pasando en Chile. Hoy el mundo inmobiliario, ha generado más ruido de lo normal. Hablo con varios fondos afuera y nos dicen que Chile sigue siendo un país muy apetecido. Nos creen. Y acá no quieren invertir y preguntan qué va a pasar con el tema político. Somos una generación nueva y me gustaría poder seguir creciendo y haciendo crecer el mundo económico en Chile. Lo llevo a lo que hablábamos de Christian. No por un año malo todo está mal. Chile está bien parado.
Ha aumentado la liquidez y, de la mano, la inflación ¿ha afectado su rubro?
Obviamente, más por la inflación. Hay rubros que han andado mejor, como el consumo, pero en el que me manejo yo las tasas han subido y los bancos están más complejos a la hora de entregar financiamiento de compra de propiedades. Eso achica un poco más la torta. Nosotros seguimos creyendo que va a ser un muy buen país y que las inversiones hay que hacerlas en Chile.
Siendo sinceros, está muy caro comprarse una casa en Chile.
Las plusvalías han subido mucho, el costo de la tierra, también. Eso ha presionado mucho al precio que tiene que terminar pagando el usuario. Lo hemos hablando con el equipo, si es una burbuja. Pero el mercado es bien estable. Hoy te piden un 30 por ciento de pie y eso va bajando la oferta. La tendencia debería ser corregir.
¿Comparte la idea del cuarto retiro?
Es complejo, porque hay un punto más político. En un momento, los retiros fueron una solución y estuvo bien. Obviamente, hay que tener un punto, como todo. Tenemos que volver a la normalidad. Y uno, personalmente, ya no estamos en la casa, tenemos que salir a trabajar, las empresas tienen que abrirse. El cuarto retiro no está en esa visión. Pero es la discusión que está de moda y uno debe seguir lo que el Senado decida.
La otra discusión que está de moda es quién gana el Superclásico…
Soy de la U, así que no hay ninguna posibilidad de que te pueda decir que mi archienemigo. Todos me conocen, saben que soy de la U y les mando mi apoyo. Nos ha costado mucho. Tenía la duda de si era en el Monumental, que ahí nos ha costado ganar.
¿Le gusta la continuidad de Valencia?
A mí me gustan los procesos. No me llamen para hacer una crítica no constructiva de largo plazo. Siento que la U, como lo de Christian, no sirve que si pierdes un partido cambies el entrenador. Yo creo en una tesis. Y si las cosas salen mal, no cambias al entrenador o a todo el equipo, mejoras la tesis. Con el Huevo Valencia, el equipo ha funcionado bastante bien, es de la casa, los jugadores le creen. Entonces, le pondría una ficha, pero no hasta fin de año o, como dicen ‘revisaremos el contrato en diciembre’. No, compadre, cinco años. O como en el Manchester, veinte años. Dale. Juega, pierde, gana. Yo creo en eso.
¿Hay que renovarle a Larrivey?
Creo que en La Tercera lo leí. Como hincha, que lo renueven. Lo complejo es lo que está cobrando. Pero ha sido un buen aporte, también como persona. Si hay que hacer un esfuerzo, soy de los que apoyan.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.