Paulo Garcés: "El dopaje manchó mi nombre"

Paulo Garcés (34 años) está cansado. Cada cierto tiempo, su nombre reflota asociado a la sanción de dopaje que recibió el pasado 8 de mayo. Aquella fatídica fecha ya pone de mal humor al guardameta: Deportes Antofagasta fue notificado del positivo que arrojó el futbolista por consumo de dimetilbutilamina, sustancia prohibida y que según el club "no estaba en el rotulado".

Fueron días duros para el Halcón. Su nombre se vio ensuciado. El Tribunal de Expertos en Dopaje, no obstante, levantó la sanción provisoria impuesta al arquero en julio pasado, pero esto no fue notificado a la FIFA. De allí el enredo administrativo que puso en duda la participación del ex arquero de la Universidad Católica, Colo Colo y la U, en la próxima fecha del Campeonato Nacional.

Hoy, Garcés respira tranquilo. Sabe del mail que recibió Antofagasta para confirmar que el portero podrá estar mañana ante el Cacique, en el Monumental. Mientras prepara un pan con palta para su hijo, el oriundo de Parral atiende a La Tercera. "No tenía dudas de que podía jugar ante Colo Colo, porque tenía la aprobación del presidente de dopaje de Chile, que es la persona que vio mi situación y que dio la autorización. Lo de ahora volvió a perjudicar mi nombre, también le afecta a mi familia, entonces eso a uno le molesta", comienza diciendo.

El futbolista está enojado. No lo oculta. Quiere que se hagan cargo de las acusaciones en su contra. "Nadie lo ha hecho. Absolutamente nadie. Mis abogados ya están trabajando y haciendo todas las gestiones para seguir con el proceso. Hay que buscar responsables. ¿Si las acciones irán contra la ANFP? Hasta el momento no tengo nada definido, eso lo ven mis abogados", comenta.

Su vida, desde aquel episodio, sufrió un cambio brusco. En las canchas no dudan en restregarle el dopaje que él niega. "Me dicen cosas en los estadios, pero es una más no más. Te dicen cada cosa, que la verdad es que uno trata de no prestar atención. Dios pone pruebas a gente que las puede superar y siento que voy por ese camino. Todo esto manchó mi nombre. Evidentemente que acá hubo un error con mi persona".

Garcés enfoca todos sus esfuerzos en su visita a Colo Colo, mismo club que defendió entre 2014 y 2017: "¿Si es un partido especial? No, ya no es especial. Creo que el primer partido que jugué allá fue particular, justamente el primero después de que me fui a Antofagasta. Le hice un gesto con las manos a la gente y recibí aplausos. Me sentí un poco responsable de todo lo que sucedió, pero ya pasó un año. En Colo Colo tuve altos y bajos. Cometí errores, pero también tuve aciertos. Antes de mi lesión fui titular y tuve en la banca a un gran arquero, como Justo Villar. Por ese lado, siempre me quedo con lo mejor que pude hacer en el equipo, con todo lo que pude vivir", dice, con cierta nostalgia.

En Antofagasta, el formado en la UC parece haber encontrado su nido: "Desde el momento que llegué al club, hace un año y dos meses, con campeonato distinto y cuerpo técnico distinto, ha sido muy linda. Me he acostumbrado bien, es primera vez que dejó Santiago y ha sido súper importante para lo que estoy viviendo. Me he adaptado muy bien. Era lo que necesitaba para volver a ser el Paulo que siempre fui", revela.

Su buen momento lo tiene en la mira de equipos en el extranjero. Su contrato termina en diciembre y sabe que el mercado lo buscará. "Tengo opciones afuera y se están viendo si se concretan. Un equipo grande aquí ya es muy difícil. Ya pasé por los tres y por eso es complejo. Si llegara a existir una posibilidad sería espectacular, pero lo veo muy difícil. Ojalá se pueda concretar algo en el extranjero", comenta.

Garcés sonríe en Antofagasta. Ya está cansando de que se le hable de dopaje. Su carrera, según dice, está llena de éxitos. "Los niños me recuerdan en los planteles en que he estado, con los jugadores que he compartido. Uno trata de hacer lo mejor posible cada vez que le toca, no es más que eso", cierra.