Paulo Gonçalves: un veterano campeón del mundo

La muerte otra vez enlutó al Dakar. Esta vez, llevándose a un querido y carismático portugués. Paulo Gonçalves, nacido el 5 de febrero de 1979, mismo año de la primera edición de la prueba motor más difícil del mundo, falleció a sus 40 años, en medio de la séptima etapa de la competencia que lo tuvo 13 veces conduciendo su moto. Estuvo en dos veces corriendo en África, once en Sudamérica y ahora en Asia, edición que no terminó. Pero el luso se despidió en su ley, haciendo lo que más quería.

Piloto bondadoso, siempre sonriendo, en 2020 afrontaba este nuevo desafío ilusionado, sabiendo que su participación en tres continentes lo ponía en un sitial donde no todos logran llegar. "Es genial formar parte de la historia, de los tres capítulos del Dakar. Corrí dos veces en África, once en Sudamérica y ahora estaré también en Arabia Saudí. Estoy seguro de que será toda una experiencia", dijo Gonçalves antes de que iniciara el Dakar.

Nunca pudo ganar, pero siempre peleó grandes resultados. En 2006 se presentó por primera vez a la prueba. En cuatro oportunidades terminó dentro de los mejores diez del evento y una vez integró el podio. Fue escolta del campeón Marc Coma en 2015, su mejor puesto en el Dakar. "Es una pena el precio altísimo que hay que pagar por esta pasión y por esta carrera. Competí con Paulo muy de tú a tú. Siempre hubo una rivalidad muy deportiva, si tenías algún problema siempre paraba, preguntaba", dijo el español, quien en el actual Dakar acompaña como copiloto a Fernando Alonso.

A Gonçalves se le recordará por estar siempre disponible para ayudar a sus colegas. De todas partes recibió palabras de pésame tras conocerse su fallecimiento. Así como Toby Price y Stefan Svitko se acercaron a asitirlo, el propio portugués había tenido episodios ayudando a otros colegas. Por ejemplo, en 2016, cuando era líder de la competencia, se bajó de su moto en cuanto vio al austriaco Matthias Walkner tirado en el suelo luego de sufrir un accidente. No dudó en acercarse y establizar, con su propio brazo, el hombro de su rival hasta que llegó la asistencia médica.

Además de competir en Chile, tuvo relación con Jeremías Israel, cuando compartieron equipo hasta 2016.

Pero no solo de largas horas de navegación dentro de los inmensos desiertos supo Gonçalves. El portugués se coronó campeón mundial de rally cross country, en 2013, el mismo campeonato que ganaron los chilenos Carlo de Gavardo en 2001 y Pablo Quintanilla, en 2016 y 2017.

Gonçalves deja una esposa y dos hijos llorando su partida. También a todo el mundo motor, que vio desconcertado cómo uno de los más afables pilotos de la escena dejaba la ruta para siempre. Luchador, apasionado y buen amigo, según describen sus colegas, falleció, pero su recuerdo será imborrable.