Dimitri Payet desafió a la suerte. El volante del Olympique de Marsella no se aguantó las ganas. Camino al campo de juego, toca el trofeo de la Europa League. Sus compañeros no advierten el acto de arrojo y continúan su camino al campo de juego.
La conducta del francés es considerada como un acto que atrae la mala suerte antes de una definición. En ese escenario, habrá que ver si el maleficio se cumple o si el galo y su escuadra logran vencer a la fortuna.
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El punto es que el partido no fue afortunado para el capitán del Marsella porque a la media hora de juego tuvo que ser reemplazado por lesión. El jugador estaba complicado y llegó justo al partido, pero no pudo aguantar más. Se retiró entre los abrazos de sus compañeros y también de rivales como Griezmann, con quien se ha tomado muchas veces en la selección francesa.