Pedro Cedillo, presidente de Everton: “La inflación en los salarios de los jugadores ha sido abismal; no se refleja en la competitividad del torneo”
El mexicano deja la presidencia de Everton tras siete años a cargo del club. En su salida, hace una radiografía de su paso por Chile, en el que logró consolidar su proyecto. Explica el nuevo modelo del equipo ruletero, que tendrá dos presidentes al mando de la institución.
Pedro Cedillo (30 años) deja la presidencia de Everton. El representante del Grupo Pachuca en Chile, que se instaló en Viña del Mar con apenas 23 años, justo cuando el conglomerado mexicano adquirió al equipo ruletero, se va para cumplir otros desafíos. En su reemplazo, se aplicará un novedoso modelo que tendrá a dos presidentes a cargo de la institución: Miguel Torrecilla, exfutbolista y gerente deportivo español, será el presidente ejecutivo, mientras que el empresario viñamarino Cristian Castro llenará el cargo de presidente corporativo.
¿Por qué deja Everton?
En el Grupo Pachuca hubo una reestructuración interna. Nació un nuevo departamento, que será el internacional, en el cual me tocará asumir la vicepresidencia. Eso me obliga a radicarme en Pachuca.
¿Cumplió un ciclo en Chile?
No, esto nace porque el presidente del Grupo Pachuca, mi tío Jesús Martínez, me llama, me platica de este nuevo desafío y me pide que asuma este cargo. Es difícil decir que no. Y como se dice, al presidente nunca se le dice que no. Me voy tranquilo porque lo di todo acá, no me guardé nada. Siempre busqué lo mejor para el club.
¿Pueden convivir dos presidentes al mando del club?
Sabemos que la estructura es un poco única, pero hay ejemplos en España y en otras partes del mundo en el que existe una dualidad en la presidencia. Lo analizamos bien. Everton es un club que tiene un arraigo muy importante en Viña del Mar. Por un lado, necesitamos un presidente local, que conozca las necesidades del club. Ese será Cristian Castro. Y por otro lado estará Miguel Torrecilla, que viene de España y que tiene una expertise importante.
¿Pero quién va a mandar?
El que llevará la administración del club será Miguel Torrecilla, pero Cristian tiene mucho que aportarnos: es un viñamarino, evertoniano y tiene un conocimiento local muy importante.
Repasemos su paso por Chile. Usted prometió en su llegada que Everton sería el cuarto grande...
Sí, claro.
¿Qué pasó?
El club va bien encaminado. Hoy somos un club más sólido, más grande, que ha vivido distintas etapas. Nos tocó participar en tres Copas Sudamericanas, que fueron históricas. Además, estuvimos en una Copa Libertadores, en dos finales de la Copa Chile. Hoy tenemos un 50% de jugadores formados en casa. Hay mucho que mejorar, está claro, pero sin duda vamos por buen camino.
¿Grupo Pachuca aún cree que es un buen negocio invertir en el fútbol chileno?
El fútbol chileno necesita entender que tenemos que ser una liga exportadora de jugadores, necesitamos generar mayores ingresos a nivel de liga para poder crecer. En algún momento hubo una mirada de demasiada fiscalización y control sobre los clubes, con una mirada de achicar los gastos. Hay que ver cómo generar más ingresos, cómo vender más jugadores, cómo ser más competitivos en las competencias internacionales.
Pero no me ha contestado... ¿Es un buen negocio?
Es difícil responder eso, porque este es un negocio que tiene pérdidas. No hay nada que esconder. Pero fíjate que yo llegué a un club que generaba pérdidas por 1.200 millones. Logramos bajar esa pérdida de manera importante a cerca de 100 millones por año, en promedio durante estos siete años. Es mucha gestión y desgaste poder generar estabilidad.
¿Su salida no los hizo pensar en vender Everton?
Se lo pregunté a mi tío (Jesús Martínez) en este cambio y me dio un rotundo no. Está contento con el proyecto, con la ciudad. Obviamente nos hubiese gustado ganar alguna copa, tener mayores participaciones en torneos internacionales, pero de cómo se llegó a cómo estamos, el club ha crecido mucho. Tenemos una estabilidad para seguir creciendo.
Pero el nivel del torneo no es bueno, el negocio es sólo pérdidas...¿Por qué siguen?
A nosotros nos motiva lo que podemos lograr, el impacto del club en Viña del Mar, el arraigo que existe con la institución. Está la confianza de poder seguir creciendo para poder representar a todos los hinchas, al país, a la ciudad, y que torneo a torneo aspiremos a ser cada día mejores.
¿Qué imagen se lleva del Torneo Nacional?
Es un torneo que está muy parejo. Los equipos de mayor poder adquisitivo, como son la Católica, Colo Colo y la U de Chile, salvo la UC en los últimos cuatro años, han estado muy parejos con el resto de los clubes. Siempre he dicho que el formato de campeonato hace que sea una liga más lenta, más larga. El primer semestre tiene pocas emociones, porque todo se define el segundo semestre. Cuando llegamos eran torneos cortos, por lo que tuvimos que adaptarnos. Nos tocó de todo en estos siete años: estallido social, pandemia...
¿Le preocupa el bajo nivel de los clubes chilenos a nivel internacional?
Sí, pero es difícil competir con países como Brasil, que tiene otro nivel de ingresos. La venta de jugadores y las cifras que manejan son una locura. Son envidiables, hay que replicar lo que hacen. Hay que buscar el foco de crecimiento como liga. Esa será la manera en la que el fútbol chileno pueda crecer para no quedarse estancado en una mesa chica para no pasarse del gasto. Desde que llegué, lo único que ha pasado es que el jugador cobra más porque los derechos de televisión son más altos y eso ha hecho que las renovaciones sean más caras. Pero eso no quiere decir que el jugador esté aportando un adicional también. Lamentablemente, en lugar de invertirse en infraestructura o nuevos profesionales de mucha calidad, finalmente lo hemos tenido que invertir en los mismos jugadores. Ha habido una inflación de sueldo en jugadores.
Y esa inflación del salario de los jugadores no va de la mano con el nivel que exhiben...
Claro. Sé que son profesionales y se dedican a esto. Pero la inflación que hubo en salarios, de lo que me tocó ver a mí ver en Everton, del primer año al séptimo, ha sido abismal y no se ha reflejado en la competitividad del torneo.
¿Y los dirigentes? ¿No les falta profesionalización?
Hay dirigentes que quieren cuidar a la industria, que están muy preocupados de su club, más allá de las pérdidas que se generan. También necesitamos el apoyo gubernamental, de las autoridades locales. Nosotros acá tenemos muy buena relación con la alcaldía, pero a veces se tergiversa esa idea de porque el fútbol es administrado por privados, depende totalmente de los privados. Pero el fútbol es de la gente. En la ANFP también nos pasa un poco lo mismo, que no todos tienen la misma mirada. No todos los dirigentes piensan igual y eso es normal. Pero algunos se dedican a meter más el pie que a ver cómo ayudar a crecer la industria.
Eso de “meter el pie” lo dice por el WhatsApp que se filtró del grupo de presidentes...
Por supuesto, es inentedible y no lo comparto. ¿Cómo explicas eso? En vez de aportar a la industria, perjudican.
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