Esta temporada ha sido muy significativa para Pedro Heller, quien decidió apostar todas sus fichas al Campeonato Mundial de Rally, donde se inscribió en la categoría WRC2, donde participan autos R5. Ahí, su participación en cinco de las 13 fechas le permitió ubicarse en el puesto 18 entre 56 pilotos.
"El proyecto del Campeonato Mundial es por tres años. Recién el fin de semana pasado terminamos la última fecha, que fue en Gales. Este año hicimos carreras en México, Argentina, Portugal, Polonia y Gales, que eran las cinco fechas que teníamos planificadas para correr. Los objetivos de este primer año eran aprender y ganar experiencia, que cumplimos cien por ciento. Incluso, sin esperarlo, tuvimos algunos resultados mejores de lo planificado", resume en su oficina en el piso 50 de una de las torres del Parque Titanium, donde funciona el Grupo Bethia, el holding que preside su padre, el empresario Carlos Heller.
El corredor reconoce que se topó con algo nuevo. "La verdad es que me encontré con un mundo que es totalmente distinto. Es como ir a jugar la Champions League. O como cuando Alexis decía que jugaba Play Station con Messi. Eso es cierto, ésa es la sensación que te da como piloto, de estar en un equipo que es oficial, en un equipo en el que está el campeón del mundo con su auto puesto al lado del tuyo y tener la posibilidad de poder preguntar, de aprender. Y lo principal es ir a competir a un medio que es extremadamente difícil, por algo es el Mundial", sostiene.
El también director de Azul Azul comparte equipo con el pentacampeón mundial del WRC, el francés Sébastien Ogier, y con el estonio Ott Tänak, tercero. Sobre su relación con el monarca de la máxima categoría, Heller comenta: "No logré crear una relación tan de amistad, porque es poco el tiempo que nos pudimos juntar allá. Pero es un gallo muy informado. Recuerdo que cuando Chile estaba postulando al Mundial, yo estaba en Argentina, y él va y me encara en un sector del almuerzo para preguntarme si Chile estaba postulando".
Después de ese primer acercamiento, el deportista tuvo más interacción con la estrella europea. "En cada reagrupe, después le preguntaba consejos para los neumáticos o qué me podía contar de la carrera. Me di cuenta de que el gallo es campeón mundial en todo sentido. Siempre está dispuesto para una foto con un fanático o para hablar con cualquiera".
Asimismo, logró establecer un importante grupo de asistencia, que le permitió estar más tranquilo: "Siento que en información crecí bastante, también me hice de una red de contactos. Aprendí a trabajar con ingenieros y con cuatro mecánicos. Uno para cada rueda". A todos ellos, por cierto, les regaló camisetas azules. "Cuando salió campeón la U, todos en el equipo me felicitaron", recuerda.
Esta temporada corrió en modo entrenamiento en un Peugeot R5, ya que la categoría no era parte de la competencia del Rally Nacional, algo que cambiará para el próximo año, pensando en la opción de que Concepción albergue una fecha del WRC en 2019. "Se proyecta por lo menos ocho autos en la categoría y así para mí la competencia estará en los dos ámbitos y eso obviamente me saca mucho más trote", asegura.
En el ámbito internacional, durante las próximas dos temporadas, Heller correrá seis fechas y los objetivos son claros. "En algunas carreras estuvimos metidos en el top 10 y en Argentina, si no se nos hubiera incendiado el auto a siete kilómetros al final de la carrera, hubiéramos sido segundos. La idea el próximo año es estar un poquito más arriba de la media y en el tercer año estar peleando entre los siete mejores".