Peleas y un GPS roto durante una rabieta: los líos que terminaron sacando a Nicolás Castillo de la UC
Cruzados no le extenderá el contrato al delantero, quien disparó contra la decisión. Al margen de su escaso aporte futbolístico, en Las Condes consideraron otras situaciones que se suman a su polémico perfil.
Nicolás Castillo no seguirá en Universidad Católica. El delantero no entra en los planes de Cruzados para 2025 y, en ese escenario, la concesionaria estudiantil no le renovará el contrato. En la conclusión hay razones futbolísticas y también disciplinarias.
El perfil polémico del futbolista, que ha animado distintas controversias, termina pasándole la cuenta. Al margen de la agresión que hace un tiempo denunció un profesor de básquetbol de la Universidad de Chile, quien fue increpado por el futbolista por vestir indumentaria relativa a su obligación profesional, y de su también polémica actuación en el Clásico Universitario, cuando realizó gestos obscenos el Nacional y repitió acciones en el Santa Laura, especialmente contra Marcelo Díaz, el ariete protagonizó un conflicto interno que contribuyó decisivamente a que no continuara en el club.
Pocos goles y mucho ruido
Castillo marcó apenas dos goles en su paso por los cruzados. El 11 de marzo le anotó a Everton y el 14 de abril, a Iquique. En el año jugó 12 partidos. La productividad estuvo muy por debajo de las expectativas sobre sus figuras, al margen de que también se tenía en cuenta la prolongada ausencia producto de los problemas físicos que había sufrido.
Sin embargo, según consigna el sitio Sabes Deportes, en la decisión de los estudiantiles de prescindir del jugador pesó decisivamente un lío que generó a nivel interno: un conato con el lateral Aarón Astudillo. “El álgido momento ocurrió en un entrenamiento, luego de una fuerte entrada del delantero al lateral. Ahí, la situación quedó tensa y el delantero fue expulsado de la práctica debido a su temperamental comportamiento. Astudillo quedó al margen después de la entrada”, sostiene el relato. Castillo fue expulsado del entrenamiento por el encontrón.
Hay más detalles. “El episodio llevó a ambos al límite y terminó a los golpes con Nicolás Castillo como iniciador del connato, situación que terminó por lapidar su salida del club. Varios jugadores tuvieron que intervenir, ya que la situación casi continuó fuera de la cancha”, consigna el medio. El panorama fue peor para Castillo, porque la pelea fue vista por directivos de Cruzados que observaban el entrenamiento.
En Las Condes tampoco olvidan otro incidente. En un entrenamiento, otra vez, furibundo, el ariete terminó sacándose el peto con el que se suelen medir los rendimientos físicos y los desplazamientos y rompiéndolo. En la UC le manifestaron que debía pagar el dispositivo. El delantero se negó.
Amargo adiós
La explicación del ariete para su adiós, que no aborda el incidente, es distinta. “Después del clásico con la U hubo una reunión. Después de todo lo que se generó por los gestos que hice. Pude haberme excedido, fueron muchas emociones del momento, de lo que me venían diciendo desde antes. Fue todo un cúmulo de emociones. Después de eso, tuve una reunión con los dirigentes, con (José María) Buljubasich y (Juan) Tagle y siento que desde esa reunión el trato fue diferente. Cambió todo con ellos y con el cuerpo técnico. Después de eso jugué mucho menos, entonces algo pasó”, sentenció en el canal de Youtube de Bruno Sampieri.
“Hubo cosas que no me gustaron, que me dijeron que me molestaron, me faltaron el respeto. Que el presidente me diga que se gastaron tres, cuatro millones de pesos en llevarme a España a operarme, cosa que yo no pedí. Que te saquen en cara que fue un gasto económico para el club el llevarme allá, siendo que yo no lo pedí”, añadió.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.