Tremendo punto para el West Ham de Manuel Pellegrini, que de manera inteligente —y muy sufrida— detuvo la racha de victorias del Chelsea y mejora poco a poco en la tabla. Yarmolenko, a falta de 15 minutos del final, tuvo la victoria para los Hammers, aunque su cabezazo se fue desviado.
El dominio del Chelsea en términos de posición era impresionante. Manuel Pellegrini, consciente de la diferencia entre ambas escuadras, propuso un plan de juego que no escatimaría en defender con todo el equipo en el área. Y así fue durante todo el partido.
Eden Hazard, descansado tras no jugar a mitad de semana por la Europa League, dirigía tal dominio blue por todo el ancho del campo. El belga fue imposible de detener durante todo el partido, aunque para fortuna del Ingeniero, su talento no alcanzó para generar jugadas de peligro concretas en el primer tiempo. Esas fueron del West Ham.
Porque los Hammers, apoyándose en el plan trazado, apostaron al contragolpe, consiguiendo por esta vía las ocasiones más claras de gol. Tras la lesión de de Arnautovic, Michail Antonio ocupó su lugar como falso nueve en desmedro de Lucas Pérez. Yarmolenko ocupó el extremo derecho, mientras que Felipe Anderson, el izquierdo. Los tres crearon en conjunto dos oportunidades que el inglés desperdició.
Primero a los 29', cuando Anderson lo habilitó tras un espectacular caño en mediocampo. El fornido ariete aceleró dentro del área y remató, pero su tiro se fue desviado. Y solo dos minutos más tarde Yarmolenko avanzó por el flanco diestro, ingresó hasta la última zona del Chelsea, le dejó la pelota a Antonio para que finiquitara a quemarropa, pero Kepa tapó de manera notable. El primer tiempo era para el Chelsea en posesión, aunque para el West Ham en ocasiones de gol.
Los Irons enfrentaron el segundo tiempo con un poco más de soltura y vértigo, al menos en los primeros minutos. Mostrando destellos de que el estilo del Ingeniero se va arraigando en el equipo, pelearon la posición del balón y se instalaron en área rival. No obstante, pronto las cosas volvieron a lo de la primera mitad.
El Chelsea mantenía el balón sin hacer daño hasta que salió Giroud por Morata. En sus primeros minutos el español tuvo dos oportunidades claras de gol; una de ellas detenida milagosamente por Fabianski con su rostro. A los locales les duraba poco el balón por tanto los contraataques no abundaron, pero sí existieron. Y uno de ellos pudo cambiar el partido.
A los 76', con Snodgrass en cancha por Anderson, Yarmolenko cabeceó en solitario ante Kepa, tras una gran jugada colectiva por la izquierda. El yerro fue impresionante y constituyó la opción más clara del partido. De allí hasta el final del partido, todo del Chelsea, que buscaba desesperadamente su sexta victoria consecutiva.
Aferrados al empate, los Martillos se aferraron su arquero y abrazaron el sufrimiento. Un disparo de media distancia de Barkley, despejado al córner maravillosamente por el portero polaco, dio inicio a una sucesión de pelotas paradas que trajeron el infierno para los hinchas que, desesperados, veían desde las tribunas cómo la pelota no salía del área. Pero aguantaron.
Un punto increíble para el West Ham, que pudo obtener la victoria ante un equipo que acumulaba cinco victorias consecutivas. La racha la detuvo Manuel Pellegrini, que observa cómo sus jugadores, poco a poco, van impregnándose de su estilo. ¿La próxima semana? El Manchester United.