Con el último suspiro. La expresión que se utiliza para graficar un resultado que se obtiene sobre la hora pocas veces ha resultado más literal. El Betis de Manuel Pellegrini y Claudio Bravo tuvo que esperar hasta el cuarto minuto de adición para celebrar su primera victoria de la temporada. Un zurdazo bajo de Cristian Tello terminó por darle la victoria al equipo del Ingeniero frente al Alavés. Un 0-1 que se ajusta a la intención del equipo andaluz de buscar la victoria, aunque también a la mediocridad general.
El equipo verdiblanco intentó algunos de los conceptos que pretende aplicar el técnico chileno. Por ejemplo, buscó presionar en el campo rival, lo que complicó a los dueños de casa. En el plano ofensivo, la propuesta se basó en el talento de Sergio Canales y el trabajo por el sector derecho de Emerson y Fekir. Sin embargo, la ocasión más clara de gol la produjo Guido Rodríguez, con un remate que remeció el horizontal. Canales también tuvo un disparo al arco, que alcanzó a ser interceptado por un defensor. Poco más produjo el Betis.
La segunda etapa parte con problemas defensivos para el equipo andaluz.. Y es en ese momento en que surge la figura de Claudio Bravo. Sin mayor actividad en la primera parte, el ex arquero del Manchester City se demoró una intervención en ratificar que vuelve a la liga española, en la que defendió a la Real Sociedad y al Barcelona, para transformarse en la garantía que pretende Pellegrini para el bloque posterior. El golero de la Selección contuvo de forma notable un cabezazo de Rodrigo Battaglia a escasos metros de distancia. Voló hacia la izquierda y sacó la mano para ahogar el grito de gol.
El resto del partido mantuvo la tónica. Dos equipos que dejaron en evidencia que aún están en fase de adaptación a sus nuevas propuestas y que evidenciaron la falta de ritmo competitivo que parece propia de esta fase del calendario. De hecho, todo indicaba que el encuentro finalizaría en un empate en blanco. Parecía un justo castigo para ambos. Eso sí, asumiendo que el Betis intentó un poco más.
Sin embargo, Tello quiso otra cosa. Y en un alarde individual sentenció con un disparo violento y bien ajustado que el Betis se fuera con las manos llenas de Mendizorroza. Para alegría de Pellegrini y Bravo.