Argentina vuelve a estar en el centro de la polémica. Otra vez por una actuación referil dudosa. Lo estuvo permanentemente en la Copa América, comenzó los Juegos Olímpicos en la misma condición y hasta en un torneo juvenil genera controversia. En L’Alcudia, donde se realiza uno de los certámenes de fútbol formativo más importantes en el mundo se desató un auténtico escándalo en el choque en que la Albiceleste se medía con Mauritania.
En los 85′, cuando los transandinos caían por la cuenta mínima, un resultado que se transformaba en histórico para los africanos, de prácticamente nula tradición futbolística, llegó la polémica determinación. Lo que vino después fue, sencillamente, bochornoso.
Escándalo
Una inexistente infracción sobre Santiago Sosa dio origen al lío. Eso fue, al menos, lo que reclamaron las víctimas del cobro. Las imágenes validan el enojo, aunque no la violenta reacción. El jugador transandino intentaba filtrarse por el sector derecho de la zona de castigo cuando un rival salió a su encuentro. Si hubo algún roce, en caso alguno alcanzaba para sancionar la pena máxima. El regalo lo capitalizó Mahir Carrizo.
Impotentes, los jugadores mauritanos se lanzaron con todo en contra del juez del encuentro. Varios de ellos, incluso, sin medir las consecuencias que podían derivar los excesos para sus respectivos futuros deportivos. Concretamente, el afán era agredir al colegiado.
En el conato tuvo que intervenir personal de la Guardia Civil española, que se abocó principalmente a bloquear el acceso de los jugadores al encargado de aplicar el reglamento. El registro captado por la señal televisiva de Directv exhibe cómo el referí abandona el campo de juego entre los oficiales y evitando en todo momento el contacto con los jugadores del equipo verde, que seguían reclamando por sentirse afectados.
La acción policial surtió efecto, porque el juez pudo abandonar el campo de juego intacto. Los jugadores argentinos, dirigidos por Diego Placente, se alejaron de la zona de conflicto y se agruparon para evitar verse involucrados en una situación compleja a todas luces.