Con una victoria de 2-0, un penal maldito que será recordado por siempre y una eliminación dolorosa se despidió la selección chilena femenina de su primera participación en una fase final de la Copa del Mundo.
Los resultados en los otros grupos dejaron a Chile con el deber de vencer por tres tantos de diferencia ante Tailandia para avanzar a octavos de final. Era una obligación por varias razones. Si como factores de la superioridad de suecas y estadounidenses se argumentaba el profesionalismo, el poder de las respectivas ligas, el biotipo, la tradición y el ranking FIFA, las tailandesas no superaban a las Rojas en ninguno de estos acápites y, en algunos, eran abiertamente inferiores, como que más de la mitad de las dirigidas por Letelier juegan en el extranjero, mientras que las asiáticas en su inmensa mayoría juegan en el medio local.
La urgencia de anotar fue un peso fuerte durante el primer tiempo, con el equipo parado en el campo rival y apostando por una formación 3-4-3. La presión sobre el arco de Boonsing fue constante, pero nunca con la claridad requerida, aunque sirvió al menos para generar dos ocasiones claras: a los 10 minutos, María José Urrutia pateó en plena área y provocó el rechazo de cabeza de Chinwong que dio contra un vertical, rebote que Francisca Lara elevó. Ya cuando el lapso inicial concluía, Rosario Balmaceda sacó un disparo que dio contra el vértice superior izquierdo de la portería tailandesa.
El segundo tiempo comenzó como correspondía a la circunstancia y con el tanto que hacía falta para encender las ilusiones. Llegó con una acción colectiva: pase profundo de Yesenia López (la mejor de Chile junto a Urrutia), que bajó Daniela Zamora para superar a su marca, el centro atrás fue recogido por Yanara Aedo, quien disparó contra el poste derecho de Boosing, quien terminó anotando en propia puerta cuando giraba para encontrar el balón. José Letelier, además, intentó poner algo de agresividad en el área asiática enviado a Javiera Grez a la cancha, quien al menos agregó algo de inquietud.
El tanto aumentó la intensidad de las Rojas, pero siempre con alguna falla en el cierre de las acciones y, así, es poco lo que se puede lograr cuando el marcador acucia.
Urrutia, vital
De esta manera, con reloj en contra, poco a poco comenzó a cundir cierto nerviosismo, pese a que la intención de atacar era permanente. En ese contexto arribó el 2-0, con un centro magnífico de Yesenia López que cabeceó Urrutia para sorprender a Boonsing.
A cinco minutos del cierre, se produjo el momento más dramático del partido. Una entrada de Urrutia casi termina en gol de la ariete de Palestino, que fue rechazado en área chica, pero la salida de la portera Boonsing fue tan violenta que botó a Urrutia. La acción fue revisada en el VAR y la jueza neozelandesa Keighley decretó el penal. El problema es que Lara cerró su mal Mundial ejecutando el penal contra el travesaño, con un rebote que no tuvo mayores consecuencias.
Los minutos finales, la presión fue agobiante, pero con escasa precisión. El esfuerzo fue tremendo, se triunfó en el debut mundialista, la ocasión estuvo, pero todo terminó con el dolor en el alma de haber estado tan cerca.
Tailandia 0: W. Boonsing; W. Phetwiset (90'+1', K. Saengkoon), N. Chinwong, P. Sornsai, S. Srangthaisong; R. Thongsombut (58', O. Waenngoen), S. Nildhamrong, A. Phancha, P. Khueanpet, S. Intamee (73', S. Chuchuen); K. Sung-Ngoen. DT: N. Srathongvian.
Chile 2: C. Endler; R. Soto, C. Guerrero, C. Sáez; Y. López, K. Araya (46', J.Grez; 86', M. J. Rojas), F. Lara; Y. Aedo; R. Balmaceda, M. J. Urrutia, D. Zamora. DT: J. Letelier.
Goles: 0-1, 48', autogol de Boonsing, tras disparo de Aedo que da en un vertical; 0-2, 80', Urrutia, con cabezazo ante centro de López.
Incidencia: 86', Lara remata un penal contra el larguero.
Árbitro: A. Keighley (Nueva Zelanda). Amonestó a Chinwong y Sornsai (TAI).
Estadio: Roazhon Park. Asistieron 13.567 personas.