A menos de seis meses de asumir, Pepe Vendrell (Castellón, 21 de agosto de 1980) dejó de ser el técnico de Christian Garin. El español cuenta que el fin de la relación profesional se dio en buenos términos, aunque reconoce que la situación lo dejó un poco apenado. En esta entrevista cuenta qué sucedió.
¿Por qué no viajó al Abierto de Estados Unidos?
Esta fase es fácil de explicar. Cuando Garin se marchó de Europa, teníamos unos problemas en la mano izquierda y la recuperación la planteamos con muchas dudas, sobre todo porque no podíamos entrenar por la mano izquierda; no podíamos golpear de revés. Fue para allá el fisio Cristián Madariaga, a empezar el proceso de rehabilitación y ver si podíamos mejorarlo. Fuimos avanzando, y nosotros también teníamos cerrado un acuerdo con Julio Peralta para que lo acompañara. Y como no pudimos hacer las semanas que en principio tenía que hacer él, que eran Montreal y Cincinnati, decidimos utilizar esas semanas de preparación para el US Open. La cosa fue bien, Christian mejoró y empezó a entrenar. Primero con Madariaga y luego con la incorporación de Julio. Yo le comenté la posibilidad de ir y él me transmitió que prefería hacer el US Open con el equipo que había estado encima de él en esa última parte de la recuperación. Y ahí quedé con la sensación de que no acababa de apostar al cien por cien por la relación, y esto se consuma después del US Open con una conversación tranquila y relajada, pero en la que yo ya percibía que estaba eligiendo otro camino.
¿Cree que influyó la llegada de Julio Peralta en la decisión?
Entiendo que no. Julio ha entrado ahora en el proyecto y creo que son dos cosas diferentes. No creo que tenga nada que ver.
¿A Peralta lo pidió Garin?
No, a Peralta lo propongo yo, buscando un poquito construir esa estructura para todo el año. Para mí, estando en Europa y con Christian en Sudamérica o en Miami, tener una persona como Julio, que pudiera echarnos una mano, era fundamental. Creí conveniente que podía ser una buena opción y así se lo transmití, y la verdad es que a Christian le pareció bien. En un principio, todo pintaba bien hasta esta decisión de Christian... Yo creo que al final nosotros hemos hecho seis meses de trabajo, donde el venía muy lejos; de una situación complicada... Nos hemos esforzado mucho en crear una identidad de juego, en construir el día a día, en unos hábitos profesionales, y eso evidentemente tiene un desgaste y un coste en la relación, que al final quieras o no, van pasando los días y las semanas y todo se hace cada vez más pesado. Pero creo que era un momento importante para Christian y una oportunidad para él de dar un cambio en esa tendencia que ha tenido en su historia, de aunque no se sintiese perfecto en la relación, ser capaz de poner en valor lo que se había hecho, lo que se podía hacer, y que en la balanza pesara más lo favorable que algún episodio que dentro de una relación profesional tiene que existir, más con la exigencia que hay hoy en día en el circuito. Porque al final no vivimos en un mundo cómodo.
¿Garin es de los jugadores que tiende a culpar a los factores externos más que a hacer autocrítica?
Christian Garin es una persona que le ha faltado estabilidad, eso es un hecho irrefutable. Al final es algo que está ahí, que le ha pasado factura en su historia, y creo que una de las cosas que tiene que mejorar es tratar de centrarse en lo que depende de él; en estar menos pendiente de lo que pasa fuera de lo que puede controlar y tener más confianza. Porque al final es lo que le transmitía: confianza interior en lo que estás haciendo y olvidarte un poquito de las cosas externas. Las cosas externas a veces te irán a favor; a veces en contra, pero tú tienes que tener tus principios claros y sobre todo sentirte muy seguro de lo que estás preparando, aunque eso es un poquito en lo que hemos estado trabajando. Y esa es la historia... Te tengo que decir que no sentí que la relación estuviera para tomar esta decisión. Sí que es verdad que hemos tenido un desgaste por la intensidad de los primeros meses de trabajo, pero creo que si él realmente hubiera creído en el proyecto era el momento para cerrar grupo, valorar lo que habíamos estructurado de personas a su alrededor y apostar. Al final eso se nota. Cuando uno está convencido se nota y yo creo que eso se transmite en la pista.
¿Cree que a Garin le hace mal cambiar tanto de técnico?
Al final, por desgracia, la estabilidad necesita superar momentos mucho más difíciles que los que hemos tenido ahora mismo, y eso habla un poquito de la fragilidad de los equipos que han estado con él. Es que realmente me parece que no hemos tenido la tolerancia suficiente como para superar no te voy a decir que momentos difíciles, porque la verdad ni siquiera considero que los hayamos tenido… Fue todo muy rápido, muy precipitado y no luchamos lo suficiente para darle continuidad a este proyecto que tenía buenos ingredientes.
¿Siente que el entorno ayudó a Garin en estas circunstancias?
Creo que no tiene la culpa el entorno. Las decisiones que toma Christian, son de Christian. Ya tiene 26 años. No vi nada extraño en su entorno. Desde la familia hasta las amistades no vi nada que pudiese ser perjudicial para él. Sí pienso que él está acostumbrado a cambiar de direcciones, y eso es un hábito que, sin querer, se estableció en su manera de ser y que debe intentar controlarlo. Porque yo creo que lo que nos ha pasado ahora seguramente le va a volver a suceder en mayor o menor grado. Se le va a volver a plantear y él tiene que aprender a darles la vuelta a estas situaciones, y eso solo se puede lograr juntándote con el grupo, haciendo equipo, haciendo unión... Y eso es un poquito lo que me sabe mal: que no se haya podido intentar. Porque yo le pedí darle continuidad al proyecto y buscar fórmulas, si había un poquito de desgaste, para que pudiera respirar un poquito... Pero por desgracia no ha podido ser.
¿Entre esas fórmulas para mantener la relación estaba la llegada de Peralta?
Evidentemente. Era una de las cosas que me hubiera gustado poder lograr. Ya te digo, si era cuestión de compartir el proyecto por más semanas con Julio, tampoco me hubiera importado. O, incluso, buscar otra persona. Al final lo que yo quiero es ser útil al jugador, aportarle y que el jugador esté convencido de que quiere estar conmigo. Eso es fundamental. Si el jugador no está comprometido, es muy complicado.
¿Dónde se imaginaba a Garin si hubiera continuado con usted?
Me lo imagino tratando de consolidar lo que estábamos construyendo sobre su estilo de juego. Al final, con lo que hemos intentado, y digo eso porque también incluyo a Christian, él ha sido protagonista a la hora de definir la manera en que quería jugar; se le ha dado protagonismo a la derecha, a tomar decisiones, a marcar los ritmos, a cambiar velocidades, a ser poderoso en la cancha… Y por momentos hemos visto a un jugador que dominaba a rivales con mucha velocidad, y eso a él le gustaba y creo que es lo que tiene que seguir trabajando. Lo que pasa es que al final también los resultados y las urgencias se meten por ahí en el medio y generan confusión y un poquito más de estrés de lo normal, pero creo que él tiene que centrarse en el tenis, en su identidad y en que, si poco a poco, le da continuidad en el tiempo a las cosas, pienso que se irán dando oportunidades.
¿Cómo está su ánimo?
Yo estoy tranquilo, de verdad. Me dejé todo. No tengo nada que reprocharme. Sí tengo un poquito de sensación de pena, porque me ha gustado mucho trabajar para Christian, por lo que él representa. Me gustó mucho la cultura del tenis en Chile, me sentí muy a gusto... Pero al final son decisiones de los jugadores que hay que respetar y yo creo que él también se siente agradecido de mi trabajo, de mi dedicación... Creo que terminar como hemos terminado, con buenas palabras, es lo que a mí me gusta: cerrar etapas y cerrarlas con respeto hacia la otra persona; con agradecimiento, que creo que es mutuo. Aunque me hubiera gustado, no te engaño, que Chris hubiera apostado un poquito más en este momento en que la relación estaba con alguna tensión, que son tensiones normales dentro de la exigencia de este mundo y de la presión que existe, y que hay saber convivir con ellas sin romper los equipos de trabajo de una manera tan directa. Intentemos buscar soluciones. Es lo que le dije; cuesta mucho encontrar gente profesional con la que hayas coincidido y, sobre todo, cuesta mucho volver a empezar de cero y eso genera mucho desgaste. Luego, cuando vas sumando un camino, es verdad que hay otro tipo de desgaste, pero ya tienes un camino andado, y eso es lo que a mí me da pena de todo este proceso.
¿Qué viene para usted ahora?
Toca volver a la casilla de inicio y voy a valorar las opciones que puedan salir. Si hay cosas interesantes, estudiarlas y, sobre todo, si me involucro como lo hice en el proyecto de Christian, que sea un proyecto que me haga ilusión y que me motive, como fue con él. Lo hemos intentado de la mejor manera posible, hay cosas que le habrán aportado para el futuro y con eso me quedo. Ahora, todo es muy reciente. Hay que dejar que todo vuelva un poquito a la normalidad y ver poco a poco lo que vaya saliendo.