Pepe Vendrell (Castellón, 21 de agosto de 1980) es el nuevo entrenador de Christian Garin. El español fue el responsable de llevar al top ten a su compatriota Roberto Bautista Agut, con quien estuvo por más de una década. Hoy asume el desafío de recuperar al número uno chileno.
“Lo más importante es la predisposición y el convencimiento de querer recuperarse que él está mostrando. Me he encontrado un jugador totalmente abierto y receptivo al trabajo. Estoy encantado con el chico. El propio Christian ha reconocido que los últimos meses no han sido una época fácil, por muchas circunstancias, pero lo que él me está transmitiendo en estas tres semanas que llevamos me tiene encantado y espero que pueda recobrar esa alegría, esa frescura y esas ganas de competir y dedicarse a la profesión, que es lo que hay que recuperar de manera más urgente”, comenta.
¿Cómo lo contacta Christian Garin?
Estaba trabajando en la academia de Juan Carlos Ferrero. Nos pusimos a hablar un poquito, empezamos a escucharnos; cómo se sentía él, qué necesitaba, cuáles eran sus sensaciones. Desde un primer momento hemos tenido una química alta. Nos hemos entendido bien y hemos conectado muy bien. Ahora le digo “joder, macho; hay que ver cómo son las relaciones, pero parece que lleváramos más tiempo juntos”. La manera en que hemos conectado no solo con él, sino que con Mada (su fisioterapeuta), su pareja, Mel… Se está montando un grupo muy humano y agradable para trabajar y ayudar a Christian a que saque un poquito lo que todos sabemos que tiene, pero que, a veces, por circunstancias, no es tan fácil poner encima de la mesa.
En 10 años, Garin ha trabajado con 13 entrenadores. ¿Cómo toma ese antecedente? ¿Es una motivación?
No, no. Al final los entrenadores sabemos que vivimos del trabajo del día a día. Yo, mientras Christian esté contento de tenerme a su lado, a muerte. Y el día que él decida prescindir o cambiar, se acepta sin más. Evidentemente, lo que voy a intentar es que nuestra relación construya algo sólido y pueda mantenerse en el tiempo. Ese es el objetivo mío, no tengo ninguna intención de demostrar nada. Lo que quiero es que mi jugador se sienta bien, seguro y sienta que está con sus necesidades cubiertas, que es lo principal
¿Había mucho desorden alrededor de él cuando usted asume como su entrenador?
Eso es en lo que más estamos incidiendo ahora mismo. Hemos puesto mucho orden al día a día, mucha atención en el cuidado de los detalles; en los entrenamientos, en la recuperación, en la preparación física, en la alimentación, en el descanso. A él le está sentando muy bien, le está dando tranquilidad, que es un poquito lo que estamos buscando: que su día a día empiece a tener menos ruido interior, para que poco a poco en la pista se sienta más seguro, más relajado y, sobre todo, más trabajado.
En el pasado, las redes sociales han sido un factor que le afectó a Christian. ¿También estará atento a eso?
Christian ha sido un chico que tuvo resultados bestiales con edad temprana y eso generó una presión y expectativas lógicas, porque lo que conseguía con 16 años era extraordinario. Pero hay que ver también a la persona, cómo se va enfrentando a todo ello. No parece que haya sido una época sencilla toda su evolución. Y ahora, creo que está en un proceso de maduración y entendiendo mejor lo que necesita para estar bien y competir tranquilo en el día a día, que es en lo que nos estamos centrando. Con lo cual, todo lo que son cosas externas intentamos dejarlas apartadas, centrándonos en hacer las cosas por nosotros, en estar bien con nosotros mismos y que, cuando acaben los días, se sienta bien consigo mismo y orgulloso de lo que está haciendo.
Él hablaba de que usted era un coach muy mental. ¿Qué le parece esa definición?
Creo que lo que está percibiendo es que me estoy preocupando mucho de la persona. Para mí es muy importante que Christian esté bien, que le vea con energía, sonreír, feliz. Y eso es a lo mejor lo que él ha querido comunicar; que yo me centro mucho en lo mental. Para mí, una persona que está bien mentalmente, o que está con el pensamiento adecuado, suele rendir a su mejor nivel. Y, quizás, eso le está sorprendiendo. Para mí es muy importante que durante los entrenamientos disfrute y valore lo que hace, porque tengo la sensación de que él no ha podido disfrutar mucho de su carrera. Y me estoy centrando en él, en decirle “oye, tío. Yo quiero que cuando acabes la película digas ‘ha merecido la pena’”. No puede ser que tengamos esa sensación de que acabe ya la película. Quiero que sea feliz, que se sienta realizado haciendo lo que representa esta profesión, porque creo que va a dar más. Tal vez, él dice “este no ha venido a cambiarme la derecha o mi manera de jugar”. He venido a cambiarle, de momento, su estado de ánimo. Quiero verle feliz, realizado; quiero verle que cada día le apetezca ir a entrenar; mejorar, cuidarse... Y eso es lo que hemos estado trabajando en estas tres semanas en marcha.
¿Qué aspectos del juego tiene que mejorar?
Me he encontrado con un jugador con un potencial bárbaro. Lo que hay que trabajar mucho es la confianza. En los últimos tiempos ha perdido un poquito de crédito hacia sí mismo y de autoestima. Eso hay que ponerlo en su sitio, porque tenísticamente no siento que tenga muchas cosas que cambiar; sí hay pequeños detalles que puede ir ajustando, sobre todo, el instinto de competir; de ser un jugador fiable, de ser un jugador que entrega difícil. Ese es un poquito el Christian que estamos construyendo: que, cuando nos vean, la presencia que tengamos en pista sea la de un jugador muy sólido, con mucha intensidad y llevando los partidos al terreno físico, donde tiene un potencial descomunal. Estamos haciendo días de tres horas de pista ¡y es que no acaba ni cansado! Tiene una fuerza física sobrenatural.
¿Qué esperan de la temporada de arcilla?
Todavía nos pillas con pocas expectativas en cuanto a resultados. Es un momento para no tener prisas. Con Christian estamos en un proceso de madurez, de crecimiento personal. Y lo que no voy a ponerle ahora es una expectativa sobre los torneos y resultados. Necesitamos ir paso a paso, eso sí que se lo he pedido. Hay que darle tiempo a la evolución que estamos llevando a cabo, porque cuando uno viene de las cosas que ha transmitido Christian en los últimos tiempos, que le ha costado, no podemos tan rápidamente exigirnos resultados y competir por títulos. Hay que ser humildes y esperar nuestra oportunidad, trabajando duro y apretando en el día a día. Yo creo que eso es lo que nos dará oportunidades, estoy convencido de que tiene la calidad y el nivel para darle la vuelta a esta situación en algunos meses.
¿Cree que hay una deuda en cancha rápida?
Es un proceso, cuando Christian empiece a tener ese control del día a día, se va a notar. De momento, la tierra se le da mejor, pero tiene cualidades para jugar bien en rápida. Es un jugador que puede ser muy completo. Destaca en tierra por su manera de jugar, pero no descartaría que tuviera buenos resultados en rápida. De hecho, tiene muy buenos resultados en indoor. No creo que tenga que ver con su manera de jugar. Siento que podemos hacerlo bien en todas las superficies y ese es un objetivo que me voy a marcar, la regularidad. Voy a intentar que sea grande durante todo el año. Ese es el principio que me ha ayudado mucho con Róber: encontrar un equilibrio y una regularidad alta.
¿Se siente extraño entrenar a un jugador que no sea Roberto Bautista Agut?
Son distintos. No extraño mucho lo otro, estoy tan centrado en Christian que no tengo tiempo de mirar atrás. La etapa de Róber fue preciosa, guardo muy buenos recuerdos, pero ahora quiero que Christian cumpla con los objetivos; que vuelva a disfrutar con el tenis y a sentirse feliz. Ese es el objetivo a corto plazo, más allá de que ganemos o no. El otro día me gustó mucho el post partido y cómo fue capaz de aceptar el proceso que está en marcha; de tener la tranquilidad para conversar después del partido. Son cosas que te muestran que está cambiando y queriendo cambiar. Está haciendo un esfuerzo impresionante para ajustar cosas, modificar hábitos y yo eso lo tengo que valorar.
¿Qué fue lo que le motivó de este proyecto?
Lo primero es que es un proyecto muy interesante a nivel profesional. Christian es un grandísimo jugador y si se dan las circunstancias de compromiso, dedicación y ganas de trabajar, encantado de aceptar el reto y de unirme a él para sacarle el máximo rendimiento. Es un desafío muy bonito en mi carrera. He estado 11 años con Róber, pero ahora me apetece probarme en otro jugador y darme la oportunidad de crecer junto a Christian con esta experiencia. Estos desafíos son los que me motivan; a mí las cosas sencillas todavía no me apetecen. Prefiero desafíos que me pidan el máximo compromiso, la máxima dedicación y, sobre todo, la ilusión de levantarme cada día para prepararle las cosas, estar cerca de él. Es un poquito lo que me gusta del alto rendimiento, que es Christian, al final.
¿Se instalarán en Castellón?
Intentaremos tener un lugar donde Christian tenga la tranquilidad para descansar, prepararse bien y oxigenarse, que es fundamental. La gente de Sudamérica pasa muchos meses seguidos en Europa. Son cuatro o cinco meses donde el jugador necesita un segundo hogar para estar cómodo y cargar pilas. Eso es algo que los europeos tienen como ventaja sobre los sudamericanos. Aprovecharemos que soy de ahí.
¿Sería en la academia de Ferrero?
En principio, no. Vivo a dos horas de la academia y le pedí que, si no estamos en torneos, estemos cerca de mi casa para tener un equilibrio familiar con mi mujer y mi hija.
¿Cómo es la composición de este nuevo grupo de trabajo?
En la estructura tenemos la figura de Cristian Madariaga, la persona de confianza de Christian, que va a alternar las semanas con Javier Bustos, que es un PF de España. Hicimos un bloque de cuatro semanas con Mada y ahora con Javier haremos un bloque de cuatro semanas, que incluye Montecarlo, Belgrado, semana de preparación y Madrid, y luego volverá Cristian para la semana previa de Roland Garros, hasta la gira de hierba.
¿Ha hablado con Nicolás Massú?
Sí, le escribí para ponerme a disposición para lo que hiciera falta y que por supuesto cuente con Christian. Ha tenido problemas físicos, problemas a nivel familiar, y poco a poco vamos intentando ordenar su día a día, lo que nos va a permitir recuperarnos y ponernos a disposición del equipo nacional. A él le hace mucha ilusión ayudar a sus compañeros y ser parte del equipo de Copa Davis. Además, ya me estoy haciendo un fan chileno. El otro día sufrimos la derrota con Brasil.
¿Dónde ve a su dirigido en el ranking?
No me gusta hablar de rankings; son consecuencias más que objetivos. El objetivo es exprimir el día a día. Estamos en ese momento y Christian ya ha demostrado que tiene suficiente calidad y potencial como para pensar en cosas importantes. ¿Cuánto? Tampoco merece la pena hablar de números, pero están ahí y todo el mundo se los puede imaginar. Ahora tiene que alejarse de esa presión de números y resultados y centrarse en exprimir el día a día, que es lo que le va a dar oportunidades, y de ahí vendrá el resto, como los partidos importantes y los rankings. También me gustaría dar un mensaje a la gente de Chile...
Por supuesto.
Que confíen un poquito en Chris. Es un chaval que merece la pena, que quizás en los últimos tiempos no ha podido encontrar su mejor nivel. Que sepan que está trabajando duro, está haciéndolo con mucha humildad, lo que para mí es fundamental. Estoy seguro de que en poco tiempo él va a hacer disfrutar a la gente en Chile.