Nicolás Massú tenía el panorama claro con respecto a la situación de Julio Peralta. El mejor doblista nacional no llegó en óptimas condiciones a la serie de Copa Davis frente a Austria, ya que arrastra una lesión conocida como fibrocartílago triangular, una dolencia que tiene dos causas: traumática y degenerativa. En el caso de Big Julius es esta última.
La lesión del jugador de 37 años no afecta tanto los planes del capitán, pues la inactividad de Peralta en los últimos tres meses hacía posible un escenario sin él, ampliando la posibilidad de que Nicolás Jarry también juegue el dobles.
"Yo prefiero jugar con Hans", había dicho Jarry antes de dejar Australia sobre su posibilidad de jugar el dobles y con quién. "Nunca he jugado con Julio. Mejor tener una pareja que se conoce y que está comprobado que rinde, a experimentar una dupla nueva. Entre jugar dobles o no, estoy abierto a hacerlo. Si me eligen, me voy a poner la polera para dar el cien por ciento con el partner que sea". En forma de infortunio, por la lesión de Peralta, el caso es que los deseos de Jarry van cobrando forma.
Frente a la complicación de jugar dos partidos el mismo día, el número uno nacional fue claro ayer en Cooperativa: "Es difícil e inusual también. Pero vamos a hacer todo lo posible para ganar, para eso estamos acá".
Austria también enfrenta varias complicaciones, pues su mejor doblista Oliver Marach sigue con molestias en el tobillo derecho, el que se lesionó en el pasado Abierto de Australia. "Su reemplazante es Jürgen Melzer, que es un extop ten de singles; sigue siendo un muy buen jugador. Quizás esté menos en el circuito, pero está en un gran nivel", expresó Jarry.
Los europeos, además, están inquietos por la arcilla, que fue elegida para beneficiar al lesionado Dominic Thiem. La mayoría hubiera preferido pista dura."Nadie habría pensado en esta superficie por un segundo", reconoció Melzer al periódico local Die Press.
Pero no todo ha sido entrenamiento en Salzburgo, ayer la cuenta oficial de la Copa Davis publicó un gracioso video, conocido como el Mozart Challenge, en el que aparecían los cinco integrantes del equipo chileno imitando a un director de orquesta, mientras sonaba Eine kleine Nachtmusik, un clásico del compositor austriaco, nacido justamente en la ciudad que albergará esta decisiva serie para acceder al Grupo Mundial.