El duelo entre Chile y Uruguay tenía a uno de sus protagonistas en la banca. Se trataba de Marcelo Bielsa, quien tras haber sido el mentor de la Generación Dorada volvió a verle las caras a los futbolistas chilenos, pero ahora desde el otro lado. El argentino tuvo su primer partido como técnico charrúa y se llevó todas las miradas, dando algunas de sus clásicas postales.

Una de las primeras situaciones que llamó la atención en el Centenario fue una gran pancarta en honor del ex entrenador del Leeds. “Gracias por tanto, perdón por tan poco”, rezaba el lienzo creado por unos fanáticos chilenos que llegaron a alentar a la Roja.

Cariño que no se vio replicado por los hinchas locales, quienes lejos de aplaudir la gestión del rosarino, en un inicio mostraron su malestar. Muchas pifias resonaron en las tribunas cuando el nombre del DT fue anunciado en los altorparlantes y es que en las últimas semanas la tensión era total, principalmente gatillada por los cambios que está realizando Bielsa en la selección celeste.

Pero los ojos estaban puestos en su reencuentro con Eduardo Berizzo, quien fuese su ayudante en la Roja. Los ex compañeros se cruzaron en la mitad del terreno y se dieron un abrazo, que si bien se vio muy protocolar, tuvo sonrisas cómplices de ambos. Fue uno de los pocos gestos de conexión que tuvo con la comitiva nacional, la cual ya es muy distinta a la que compartió con él durante su paso por Chile. De esa época, solo estaban Gary Medel y Arturo Vidal en la plantilla.

Finalmente y tras el 3-1 de Chile, el “Loco” se molestó por el error defensivo de sus pupilos, reclamando fuertemente con su cuerpo técnico la desconexión que terminó con el tanto del chileno. Bielsa gritó y gesticuló, algo que de todas formas ya había mostrado en el cotejo, ya que estuvo activo durante los 90 minutos. Su clásica postal hincado también se vio sobre el recortán del Centenario de Montevideo.

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