Típico back centro de los de antes, que se hacía respetar con un físico fornido y que se lucía rechazando de cabeza los centros, fue ídolo en Coquimbo Unido y vistió la camiseta del archirival, Deportes La Serena. René Alfonso Morales Tame, de padre español y madre boliviana, nació el 25 de mayo de 1940 en Coquimbo (cumplió 77 años). Medía 1,80 metros y su peso fue variable: "Cuando comencé jugaba con 81 kilos, después con 84 y terminé mi carrera con 87", dice.
Se inició en el club Atlético Llano, de Coquimbo. Como era grandote, a los 14 años fue seleccionado del puerto en el Nacional Juvenil de Rancagua 1955. Fue jugador de básquetbol en el Atenas, de Coquimbo, e integró la selección de waterpolo en el Nacional de Valparaíso 1958. "También practiqué hockey en patines".
Defendió a Coquimbo Unido desde 1958 hasta 1966 (campeón de Ascenso 1962) y a Deportes La Serena (1967 a 1970). "Nunca fui llamado a la selección nacional, aunque varias veces figuré entre los mejores zagueros centrales en los rankings de las revistas".
¿Quién fue su ídolo? "Admiraba a Arturo Farías (Deportes La Serena) y a Raúl Sánchez (Santiago Wanderers). Elías Figueroa (Unión La Calera) apareció más tarde".
¿Cuál es su partido inolvidable? "Cuando dimos la vuelta olímpica en el estadio de la Universidad Técnica del Estado, en Santiago". En la última fecha del torneo de segunda división 1962, había cuatro equipos con posibilidades de ser campeón: el dueño de casa, Coquimbo Unido, San Antonio Unido y Lister Rossel, de Linares. Los piratas ganaron 1-0 a la UTE con gol del Canilla Arturo Díaz y el recibimiento en Coquimbo fue impactante.
En el fútbol del pasado, se daba mucho el enfrentamiento del zaguero central con el centrodelantero. "Sí, y la mayoría de los equipos tenía un goleador tipo tanque, que resultaba el más fácil de marcar, porque su juego era previsible. Por ejemplo, uno sabía que Carlos Campos esperaba los centros de Leonel Sánchez (Universidad de Chile). En cambio, me quitaba el sueño jugar contra Honorino Landa (Unión Española), no tanto por su velocidad y dribbling, sino porque él escupía para el lado".
¿Un delantero odioso? "Hernán Godoy (Deportes La Serena). El Clavo conversaba para sacarlo a uno del partido, fue goleador, tenía fuerza, era bravo… El uruguayo Pedro Graffigna (Rangers) metía codazos en el estómago. Una vez me lesionó en Talca y me tomé desquite en la rueda siguiente, lo dejé venir y le pegué una patada: me expulsaron. Después volvimos a vernos las caras en Curicó y mi compañero Cabezón Aravena me decía: '¡Métele hasta que los zapatos te queden con sangre!".
¿Alguna vez lesionó a un rival? "Sin intención. En el estadio Santa Laura salté con el Tanque Campos y lo cabeceé en la sien. Quedó aturdido".
¿La patada más fea que pegó? "A José Sulantay, cuando actuaba en O'Higgins. Salí al cruce, él era muy rápido, se fue por el lado y le tiré la patada. Le pedí que me perdonara, porque éramos como compadres".
El Pocho Morales, bautizado Mariscal por los hinchas piratas, fue funcionario de la Caja de Empleados Particulares, de Coquimbo, durante 17 años. Hace cuatro, la diabetes obligó a amputarle la pierna izquierda bajo la rodilla.
¿Un gol? "De cabeza en un tiro de esquina, en el último minuto, a Deportes Concepción en el estadio La Portada (al arquero argentino Osmar Miguelucci, mayo de 1970)".
¿Una anécdota? "Veníamos en un vuelo y el avión presentó problemas en el motor, entonces estuvimos dando vueltas para agotar el combustible. Cuando se detuvo en la pista de aterrizaje, antes de que instalaran la escalerilla, el lateral derecho Jorge Poblete se tiró desde arriba…".