Juan Manuel Insaurralde ya está en Chile. Llega a someterse a las revisiones médicas de rigor. Si todo sale dentro de lo previsto, en las próximas horas será anunciado como el tercer refuerzo de Colo Colo, detrás del arquero Brayan Cortés y del mediocampista Carlos Carmona. Llega para satisfacer una exigencia antigua de Pablo Guede y para cumplir la función de central por la izquierda, lo que permitirá, teóricamente, liberar a Claudio Baeza para que integre el mediocampo.

Al margen de sus cualidades futbolísticas, la historia de Insaurralde tiene varios matices. Se formó en las divisiones inferiores de Central Norte. Desde ese club, pasó a Chacarita Juniors y luego a Newell's Old Boys. Su buen rendimiento incluso lo llevó a ser nominado a la seleción argentina. Diego Maradona lo convocó en el proceso previo a Sudáfrica 2010 aunque, finalmente, no entró en el listado final.

A Boca llegó en 2010, previo pago de US$ 1,8 millones por el 80 por ciento de su pase. Se transformó en uno de los baluartes de la defensa en el título de 2011. Entre 2012 y 2013 jugó en el Spartak de Moscú, en Rusia. Boca lo había vendido en US$ 4 millones por el 75 por ciento del pase. El 22 de enero de 2016 retorna a Boca, a cambio de US$ 1,5 millones. También registra pasos por el Paok, de Grecia, y Jaguares de Chiapas.

Su juego se caracteriza por varios elementos. Es zurdo, una característica fundamental para el Cacique, que no había encontrado un defensor central hábil con ese pie para utilizarlo en esa posición de la línea de tres defensores que utiliza Pablo Guede. Además, su estatura de 1,87 metros garantiza buen juego aéreo, un elemento clave a nivel internacional.

Las polémicas

Sin embargo, en su contra juegan el temperamento que muestra, muchas veces descontrolado y que le ha significado varias expulsiones. En Grecia, en un clásico ante el Panathinaikos, por ejemplo, recibió la tarjeta roja por un puñetazo a un rival en el entretiempo, camino a los vestuarios. Antes había golpeado a Dalvin N'dinga, del Olympiakos, aunque sólo recibió tarjeta amarilla. Por esos excesos lo llegaron a apodar El Noqueador.

El antecedente más cercano se produjo el año pasado. En febrero, Insaurralde protagonizó una fuerte pelea con su compañero Jonathan Silva, lo que generó la indignación del tecnico de Boca, Guillermo Barros Schelotto. Días después, Insaurralde ofreció disculpas. "Quiero pedirles disculpas a Jony, a mis compañeros, al cuerpo técnico, a la gente y al club. No estuvo bien lo que hice. Fueron cinco segundos de calentura. No es oportuno, porque estamos viviendo un clima bueno, se está entrenando muy bien y que de repente pasa esto... Se hace una bola en la que no pasa nada raro", declaró. "Pedir disculpas. No se va a volver a repetir. Para que no se hable algo, no pasa nada, en el vestuario estamos bien. Le pedí disculpas y mañana hablaremos con el plantel", agregó el atribulado Insaurralde en esa oportunidad, cuando el carácter le había vuelto a jugar una mala pasada.