¿Por qué Almirón se disculpó por el exabrupto con el juez José Cabero?
El técnico albo se excusó por su comportamiento en el partido frente a Universidad Católica, en el que terminó expulsado. Su arrepentimiento tiene una explicación.
Termina el partido frente a Audax Italiano. Colo Colo tuvo que extremar recursos para lograr la victoria, pero termina celebrando. Unos 40 mil espectadores aclaman al equipo albo, que sigue prendido en la lucha por el título y que, paralelamente, acaba de asegurar su participación en la próxima Copa Libertadores. De hecho, la opción de dar la vuelta olímpica depende exclusivamente de su producción. Si los albos se imponen frente a Huachipato y Unión La Calera, en los partidos que tienen pendientes, pasarán a comandar la tabla de posiciones y relegarán a Universidad de Chile.
Mientras sus pupilos festejan, Jorge Almirón exhibe su lado más analítico. El técnico ofrece disculpas por su conducta en el partido frente a Universidad Católica, en el que fue expulsado y terminó saludando agresivamente al juez José Cabero, quien consignó cada uno de sus actos en el informe que entregó al Tribunal de Disciplina. “Les digo a mis jugadores que cada acción tiene consecuencia. Me equivoqué. Le quiero ofrecer disculpas a José Cabero porque hizo un gran arbitraje”, declaró a la transmisión de TNT Sports. “Me excedí y me expulsó. Perdí la cabeza. No me puede pasar porque este es un equipo muy grande y lo perjudico. Disculpas sinceras. Me equivoqué y acataré las consecuencias. Ojalá el tribunal no sea tan drástico. No lo haré más. De verdad”, se comprometió.
¿Qué hizo?
El informe de Cabero había sido contundente. “Una vez expulsado, el Sr. Almirón ingresa al terreno de juego y se acerca a mi posición dentro del campo para extenderme su mano manifestando una supuesta intención de despedirse, a lo que yo accedo. Sin embargo, al tomar mi mano, el Sr. Almirón me aprieta fuertemente, de manera irracional, desafiante e intimidante, para luego violentamente intentar forzarme a un acercamiento hacia su posición, tras lo cual sujeta con sus dos manos mi brazo y lo intenta jalar o mover de manera violenta”, expuso el juez en el documento oficial.
Cabero prosiguió: “Luego, y continuando con su actuar descontrolado y violento, el Sr. Almirón se dirige hacia la posición en donde se encontraba el cuarto árbitro, a quién también sujeta, primero de su brazo y luego de su hombro, debiendo intervenir parte del cuerpo técnico de Colo Colo para controlar esa situación y recién a partir de ese momento emprender el trayecto hacia los camarines”.
Finalmente, el colegiado consignó que el entrenador se había quedado en el túnel impartiendo instrucciones. “Desobedeciendo la obligación que tenía de retirarse hacia los camarines”, enfatizó.
El cúmulo de situaciones expone al técnico a una drástica sanción del Tribunal de Disciplina. El rango fluctúa entre los cuatro y los 10 partidos de castigo. En términos prácticos, el entrenador argentino arriesga no volver a sentarse en la banca por el resto del torneo.
¿Por qué se disculpó?
Almirón debe estar arrepentido. Al menos, eso reflejan sus palabras. Sin embargo, la intervención también puede tener otro propósito: servir como atenuante frente a la drasticidad de la corte deportiva. Será la Primera Sala del Tribunal de Disciplina la que decida la suerte del entrenador.
Jurídicamente, al menos, las excusas no tienen un peso específico. Sin embargo, en la práctica, nunca están de más. “Técnicamente ofrecer disculpas no es una atenuante, pero es de sentido común que es mejor hacerlo que no hacerlo. Es un antecedente más”, admite un especialista en la materia. ¿Se considerará? “No es primera vez que un expulsado por estos temas ofrece disculpas y no es más ni menos que eso: un antecedente que el tribunal analiza junto a todos los otros”, insiste. En la práctica, al menos, podría servir para evitar el extremo mayor.
La opción es la única a la que puede recurrir Almirón para aminorar su potencial castigo, considerando que ya no tiene irreprochable conducta anterior. En marzo, había sido denunciado por otro exceso. “Lenguaje ofensivo, insultante o humillante”, y que al dirigirse al cuarto árbitro, Miguel Araos, le gritó: “Salí de acá enano, andate para allá”, acusó el juez Manuel Vergara para referirse a su comportamiento frente al asistente. Esa vez, Almirón recibió una fecha de castigo.
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