¿Por qué Colo Colo llora tanto a Mou Jadama? Mujer que lo acogió en Chile revela anécdotas del central africano
El zaguero estadounidense de origen gabonés perdió la vida en un accidente automovilístico. En Chile, las reacciones de pesar no tardaron en producirse.
La muerte de Mou Jadama golpea a Colo Colo. Ni bien trasciende la noticia del accidente automovilístico que terminó con la vida del defensor a los 31 años, las reacciones de pesar comienzan a producirse. Las encabeza el arquero Ignacio González, con quien compartió en el equipo popular. “Descansa en paz, amigo. Un orgullo haber compartido cancha... abrazo al cielo”, escribe el actual guardameta de Everton, quien coincidió en sueños, entrenamientos y partidos con el central nacido en Gambia y nacionalizado estadounidense.
Algo más tarde, el pesar se hizo oficial. “Lamentamos el sensible fallecimiento del exjugador formado en Colo Colo Mou Jadama, quien defendió la camiseta del Eterno Campeón entre el 2013 y el 2016. El exdefensa llegó muy joven a los albos, donde completó su período de formación”, publicó el club, a través de sus canales oficiales, dando cuenta de una información que impactaba y dolía en Macul.
Ternura, terremoto y huevos con tocino
Cecilia Fernández lo recibió en su casa como a todos los proyectos albos que acoge desde 2009. Jadama se transformó en un integrante más de la familia. “Lo tuve en mi casa y después se fue a vivir solo a un departamento que le arrendó el club cuando pasó al primer equipo, pero pasaba acá. Me decía que yo era su mamá chilena y que lo tenía que alimentar yo. Era una muy linda persona, muy de piel. Después, cuando se fue, me llamaba siempre desde Estados Unidos, me mandaba mensaje de WhatsApp. Para los cumpleaños o para el día de la madre. Me decía que iba a venir a verme. Estoy en shock, no lo puedo creer. Se murió un hijo. Así lo resumiría”, dice, evidentemente afectada.
En ese plano, conoció todas las facetas de la personalidad de Jadama. “Era muy depresivo si no le resultaban las cosas. Venía a llorar a mis brazos. Y con nosotros era bien tierno. Trataba de compartir con todos. Extrovertido y alegre. Compartió cumpleaños familiares, Fiestas Patrias, pasó alguna Navidad con nosotros también”, explica.
“Tenemos una anécdota: lo hicimos tomar un terremoto. Él decía que no porque ‘era trago de mina’. Se tomó uno y después lo llamaron por teléfono. Cuando volvió, se le movió el mundo”, revela.
En su hogar hay varios recuerdos del paso de Jadama. “Tengo biblias que me dejó, una cama que le dejó de regalo a mi nieto, Martín, que la había comprado para el papá después de que se lesionó, porque esperaba que viniera. Cuando se fue a Coquimbo, me la dio. Estaba nueva. Como le dije, se fue de la casa, pero pasaba acá. Era parte de la familia”, añade.
Fernández tampoco olvida cómo lo regaloneaba especialmente: con la comida. “Le gustaba todo. La carne mechada con salsa de champiñones, le encantaba. O los huevos con tocino. Era bueno para comer”, enfatiza.
Serio
En el club popular recuerdan a Jadama como un tipo serio. “No era de los que andaba con bromas, ni mucho menos”, explica un conocedor de la convivencia en el club popular. Eso sí, tenía bastantes amigos y era querido por todos, al punto de que en el Cacique llegaron a considerarle un ejemplo, por la historia de vida que arrastraba y por las dificultades que tuvo que vencer. La más evidente: el idioma. De hecho, destacan que aprendió rápidamente el español y que incluso era capaz de entender las pitanzas típicas de los entrenamientos.
En los albos siempre fue considerado un portento en el plano físico. “Todo esto comienza en la U. Cuando estaba ahí nos contacta Jorge Alveal para recomendarle. En la U habíamos dejado también a Duma. Es parte de la captación abrir las fronteras y ver jugadores de condiciones distintas a las nuestras. Lo vimos y nos gustó. Fibra rápida, potencia, buena técnica. Debutó contra la Católica y anduvo bien. Aparte, con personalidad. Pedía la pelota, salía jugando. Se quedó. Debe haber tenido 18 años. Venía sin mayor costo”, recuerda, por ejemplo, Juan Gutiérrez, quien lo recibió en la U y luego lo llevó a Colo Colo.
“Después me voy de la U y a los dos años me avisan que estaba libre. Lo recomendé. Lo llevamos a Colo Colo, llega a cadetes. Pasó al primer equipo, jugó un par de partidos, se lesionó y después le perdí la pista. Supe que estaba en Estados Unidos”, agrega.
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