Como cada vez que pisa el campo, Lionel Messi amagó por un lado y se filtró por el otro. Cuando la mitad del mundo hablaba de que se dejaría tentar por los petrodólares de Arabia Saudita y la otra mitad lo situaba de retorno al Barcelona, el astro argentino optó por una alternativa diferente, pero no menos llamativa: eligió al Inter Miami, de la MLS estadounidense. El club es propiedad de otra figura emblemática del fútbol mundial: su máximo accionista es David Beckham, cuya figura es una máquina de producir dólares. Varios millones de la moneda estadounidense, la divisa internacional por definición.

Messi arriesga, como cuando entra al área a sabiendas de que los defensores le darán el trato más rudo posible. Deja el primer mundo futbolístico en busca de otros factores que pondera con la misma importancia: quiere tranquilidad y dejar de lado el estrés que implica permanecer por largo tiempo en la primera línea futbolística. Busca disfrutar a su familia en un ambiente tranquilo. Y también apuesta: concibe que de la mano del ex emblema del Manchester United puede producir suficientes ganancias como para compensar lo que pudo haber recibido, por ejemplo, si aceptaba partir al fútbol árabe. En la fórmula que terminó tentándolo hay suficientes señales de que puede tratarse, finalmente, de un buen negocio.

Porcentajes

En la negociación con Messi no solo intervino Beckham. También cobraron relevancia sus socios, los hermanos José y Jorge Mas, hijos de Jorge Mas Canosa, un exiliado cubano que forjó su fortuna a partir de MasTec, una empresa de construcción. Mas Canosa logró, con el tiempo, convertirse en millonario y un connotado defensor de los Derechos Humanos y, fundamentalmente, de la colonia cubana radicada en la región.

Los hermanos Mas heredaron la habilidad para los negocios y dieron con la fórmula para tentar a Messi. Naturalmente, La Pulga recibirá un cuantioso sueldo, que alcanza los 40 millones de dólares por año. Si se tratara de un trabajador normal, habría que decir que esa parte de la liquidación corresponde al base.

David Beckham, la cara más visible del Inter Miami. (Foto: Agenciauno)

Los variables le añaden otra cuota de atractivo. La MLS y Apple, que están asociadas para fortalecer la competencia y expandirla a nivel mundial, le ofrecen una parte de los ingresos que tengan por nuevos suscriptores del paquete de transmisiones de la MLS que tiene Apple TV+.

La cifra a la que podría llegar Messi no es menor. Ambas entidades pactaron un contrato de 10 años, a cambio de US$ 2.500 millones. El arribo de la ex figura del Barcelona supone una inyección de suscriptores interesados en adquirir suscripciones para verle jugar. El argentino recibirá parte de esos montos, que se presumen millonarios.

Por lo pronto, Apple prepara un documental de cinco capítulos, que se concentrará en la participación del delantero argentino en los Mundiales y que, naturalmente, pondrá énfasis en la actuación que cumplió en Qatar, donde logró el título y, de paso, redondear su leyenda.

Más dinero

Hay otro concepto que puede sumarse a las ganancias de Messi. Adidas, la empresa de origen alemán que le provee indumentaria al argentino, también será parte de la fórmula. La marca de las tres tiras es parte de los patrocinadores de la liga norteamericana. Los montos son, igualmente, cuantiosos. La firma está vinculada a la liga estadounidense desde 1996. El último contrato que se firmó entre las partes considera el pago de 830 millones de dólares por seis años.

¿Cuál es la idea con Messi? Todas las partes conciben que la presencia del argentino incrementará el interés en adquirir objetos relacionados con el Inter Miami y con la liga. En ese contexto, y en una repartición que busca ser justa, el ex delantero del Barcelona percibiría un porcentaje de los ingresos extraordinarios que perciba Adidas durante su paso por la liga. La relación de confianza que existe entre las partes favoreció el entendimiento.

¿Hay más? Claro que sí. En la última parte del pacto, a Messi se le ofrece la posibilidad de comprar una franquicia de la MLS cuando acabe termine su etapa como jugador. Ese es el mismo mecanismo que operó con David Beckham cuando el inglés aceptó transformarse en jugador de Los Ángeles Galaxy. Como el inglés no tiene problemas de caja, invirtió unos US$ 25 millones para compra una parte del incipiente Inter de Miami.

Por cierto, el ambicioso plan va de la mano de las expectativas que tienen tanto los hermanos Mas como el propio Beckham: transformar al Inter de Miami en un club poderoso en el ámbito norteamericano y, sobre todo, expandir su importancia a nivel mundial. Con seguridad, la apuesta ya comenzó a dar réditos. Ni bien se conoció la decisión del transandino de defender su camiseta, todos los medios de comunicación en el mundo se han dedicado a informar profusamente de la operación y a indagar respecto de las características de la institución a la que arriba el mejor jugador del mundo en los últimos años. Messi, con seguridad, aceptó después de certificar que se trata de un proyecto serio y, sobre todo, seguro para iniciar la recta final de su exitosa trayectoria.

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