Un portentoso cambio de ritmo
Carlos Díaz consigue el primer triunfo para el atletismo con una actuación antológica en 1.500 y prolonga la fiesta de oros del Team Chile en Bolivia.
Fue una de esas carreras que crean escuela, que generan afición, que ganan adeptos. Que condensan, a fin de cuentas, toda la magia del atletismo. Porque ayer, en las abarrotadas instalaciones del Estadio de Atletismo del Complejo Petrolero de Cochabamba, el atleta Carlos Díaz (24) dio una auténtica cátedra de mediofondo en la final masculina de los 1.500 metros planos para quedarse con la medalla de oro sudamericana. Y lo hizo en una exhibición de poderío físico en la última vuelta. Y a 2.550 metros sobre el nivel del mar. En esa cota donde la altura asfixia como una soga a los fondistas.
Visiblemente cómodo desde el arranque de la competencia, Díaz supo leer a la perfección la carrera y aguardó inteligentemente su momento para asestar el golpe definitivo al final. Completó el primer 400 instalado en el corazón del grupo, sin buscar todavía la cabeza pero con un ritmo alegre de piernas, cadencioso, esperando a que la carrera se rompiera. Una limpieza que corrió a cargo del peruano Willy Canchanya, quien cambió definitivamente el ritmo cuando la prueba estaba a punto de ingresar en la última vuelta, iniciando una criba selectiva de aspirantes.
Aguantó el tirón, sin embargo, Carlos Díaz cuando la carrera comenzó a ponerse exigente y tras escuchar el sonido de la campana, preparó su ataque final. Un cambio de ritmo demoledor que le permitió rebasar al peruano en la penúltima curva y enfilar la recta de meta en primera posición, mirando para atrás para estar seguro de su portentoso triunfo; mirando para atrás porque delante ya no había nadie. A las 16.15 de la tarde, el doble medallista de oro bolivariano (en 1.500 y 5.000) detuvo el crono en 3'50''82, logrando la primera presea dorada del atletismo chileno en Cochabamba. La número 31 para el Team Chile (luego llegaría la 32 en taekwondo). El peruano Canchanya y el argentino Bruno completaron el podio.
"Es como el toque del 1.500, que tienes que ser rápido, hacer mucha velocidad, pero también tienes que tener mucha resistencia. Yo me imaginé muchos tipos de carrera, pero sabía que teníamos que terminar al sprint", explicaba, todavía jadeante, el nuevo campeón sudamericano en la zona mixta del estadio.
Una zona mixta en la que se encontraba también Julia del Río, su entrenadora, su madre y autora intelectual de la conquista. "Llevo casi nueve años en el alto rendimiento y siempre me ha ayudado. Conoce cada proceso y cada estado de forma. Es mi principal apoyo. Uno puede correr, pero ella es la mente, quien planifica la táctica", confesaba, emocionado, antes de fundirse en un sentido abrazo con ella.
Luego explicó más claves: "Cuando supimos que había salido Cochabamba como sede tuvimos que cambiar toda la planificación. Por eso decidimos descuidar la temporada en Europa y trabajar en altura. Hoy sabía que podía conseguir una medalla, pero necesitábamos la de oro, así que muy feliz".
Tan sonriente como el fondista chileno se encontraba, algunas horas antes y al término de la primera final de velocidad del día, los 400 metros, su compatriota Fernanda Mackenna. El motivo, claro, la conquista de su primera medalla sudamericana en categoría adulta (el bronce Odesur) tras superar con un remate colosal a la colombiana Eliana Chávez, casi sobre la línea de meta, con un tiempo de 53''61, es decir, corriendo casi un segundo más rápido que en la jornada clasificatoria.
Pero la alegría no pudo ser completa para la velocidad femenina y en una jornada plagada de contrastes, la plusmarquista chilena de los 100 metros, Isidora Jiménez, terminó fuera del podio algunas horas después de hacer añicos, por la mañana, su propio récord nacional en el hectómetro. Con un registro de 11''19, la penquista logró meterse en la final con el cuarto mejor crono (pulverizando los 11''33 establecidos en Toronto, en 2015), pero a la hora de la verdad, en la definición de la tarde, tan sólo alcanzó a ser quinta. "Mucho mejor en la mañana, sin duda, en la final me quedé un poco en la salida. Traté de correr y salir dentro del podio y obviamente no se pudo. Pero estoy contenta con el 11''19, creo que son palabras mayores", manifestó.
La tricampeona sudamericana de bala, Natalia Duco, salta hoy al foso.
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