Portugal sufrió demasiado. No jugó bien, pero sumó un triunfo importante sobre Marruecos. Se encumbra en el grupo, pero los lusos dejaron una deslavada imagen. Les bastó una aparición de Cristiano Ronaldo para quedarse con el premio mayor.

El partido se inició con un Marruecos dormido, dejando venir a su rival, que salió a presionar y a intentar arrinconarlo. Los de Fernando Santos apretaron en el inicio y, antes de que los africanos pudieran acomodarse en la cancha, los lusos estaban en ventaja.

Y es que es imperdonable marcar como marcaron a Cristiano en el tiro de esquina en el que el astro del Real Madrid abrió la cuenta. Se jugaban recién tres minutos y el delantero ya rompía el equilibrio, apareciendo increíblemente desmarcado en el centro del área.

El gol (y el infantil error en la marca), sin embargo, no tumbó a los marroquíes, que a pesar de la desventaja se hicieron con la posesión y, con mucha personalidad, comenzaron a manejar el encuentro.

Asociaciones, movilidad, intensidad. Marruecos jugaba bien y el equipo portugués tenía  problemas en la recuperación y sufría con los desdoblamientos por la banda que propusieron los Leones del Atlas, sobre todo por la derecha, con Amrabat transformándose en uno de los hombres más destacados del compromiso.

Sin la pelota, Portugal retrocedió y esperó. Su rival, dominante e incisivo, no tuvo claridad ni contundencia, aunque sí complicó más de una vez antes de irse al descanso.

El segundo tiempo exacerbó el dominio marroquí. Los africanos se entusiasmaron con Hakim  Ziyech y Younés Belhanda tomando la manija del partido. Antes de los 60 minutos, Rui Patricio ya había impedido dos veces el empate.

Portugal lo sufría. Seguía en ventaja, pero no jugaba bien. Su apuesta era aguantar de cualquier manera e intentar encontrar a un irregular Cristiano en alguna contra. Y mientras tanto, Marruecos seguía llegando y derrochando méritos para conseguir algo más.

Y así siguió el juego hasta el final. Con el campeón de Europa apretando los dientes para aferrarse a la victoria y con Marruecos perdonando, pero despidiéndose de la Copa del Mundo con la frente en alto.

Portugal se encomiendo a Cristiano y por ahora le alcanza. A la luz de cómo se ha dado el Mundial, eso sí, deberá mejorar mucho si quiere aspirar a algo grande.