El nuevo calendario del golf internacional nunca logró hacer coincidir los planes de nueva normalidad con el deseo de los jugadores. La sola idea de que la Ryder Cup, el campeonato que cada dos años disputa un equipo de Estados Unidos contra uno de Europa, se llevara a cabo sin público seducía a pocos. Esos lamentos fueron escuchados y, tal como se venía murmurando hacía semanas, la edición 2020, que se debía jugar del 25 al 27 de septiembre en Whistling Straits, Wisconsin, se aplazará hasta el año próximo.
El golfista español Jon Rahm celebró: “Siendo uno de los grandes espectáculos no sólo del golf, sino del deporte mundial, es mejor posponerlo. Hubiese sido genial pasar del US Open a la Ryder directamente, pero es una elección inteligente”.
El torneo volverá a disputarse en años impares, como era tradición hasta 2001, cuando por los atentados a las Torres Gemelas, se pospuso un año.
No es lo único. La Presidents Cup también se retrasará 12 meses. El certamen que enfrenta a Estados Unidos con un Equipo Internacional (no europeos) pasa de 2021 a 2022 (del 22 al 25 de septiembre).
Joaquín, Niemann, seleccionado para jugar la edición del año pasado, se manifestó en su cuenta de Twitter, reproduciendo un mensaje del sudafricano Trevor Immelman, el nuevo capitán del equipo Internacional.