“Si consigues a un buen presidente, has encontrado un buen club. Y cuando lo consigo, ese club se vuelve todo para mí. Desde ese momento tienen a su mayor fan”.
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Gustavo Poyet (53) es el nuevo entrenador de Universidad Católica, el tricampeón del fútbol chileno. El uruguayo llega a San Carlos de Apoquindo para continuar el proyecto de los Cruzados luego de la salida de Ariel Holan, que tal cual como sus antecesores, utilizó una cláusula en su contrato para abandonar el club antes de tiempo y a costo mínimo, una semana después de conquistar el torneo. Esto transforma a Poyet (53) en el cuarto técnico de la UC en cuatro años. Tanto Beñat San José, Gustavo Quinteros y Holan lograron el título de Primera División en su temporada como técnicos. ¿Podrá hacerlo también el nacido en Montevideo?
Lo cierto es que la llegada de Poyet a la precordillera se cocinó de la misma manera que con los técnicos antes que él: en silencio, ajeno a los rumores típicos que envuelven este tipo de operaciones. Su nombre recién apareció el sábado, a menos de 24 horas de su oficialización en el twitter de Católica. Otra contratación made in Tati. No obstante, antes de que su rostro se tomara los canales del club, el nombre de Poyet era ajeno para muchos hinchas cruzados. ¿Y cómo culparlos! El ex jugador del Zaragoza y el Tottenham apenas se desempeñó en Sudamérica y toda su carrera como entrenador la realizó en Europa. Además, desde 2018 que no entrena... hasta hoy.
Más allá de cualquier análisis externo sobre su persona y su forma de jugar, la mejor forma de conocer al flamante nuevo entrenador del tricampeón es a través de sus propias palabras. En su página web oficial, por medio de entrevistas y notas de blog escritas en primera persona, el DT da detalles sobre cómo ve la profesión, los valles y las cimas de su carrera, y los desafíos que persigue en esta nueva etapa como entrenador. Gustavo Poyet según Gustavo Poyet
“Le doy un respeto tremendo al balón. Es sagrado”.
Universidad Católica ha ido puliendo poco a poco el tipo de entrenador que busca para liderar un camarín tan acoplado como el del tricampeón. En los dos últimos años la tendencia ha sido clara: el técnico que llegue a la precordillera debe gustar de la posesión y el buen trato del balón. Gustavo Poyet se define como tal, aunque con matices: no cree en la posesión sin ocasiones de gol.
“Tras un tiempo, el balón pasó a ser lo más importante para mí, siempre con la intención de ir a hacer gol. No entiendo aquellos entrenadores que dicen que tienen el partido controlado sin el balón. Pueden decir que no sufrieron, pero no que controlaron el juego. Nosotros le damos un respeto tremendo al balón, es sagrado, e intentamos crear pequeñas superioridades en toda la cancha. Dos contra uno es mejor que tres contra dos. Pero con la idea de atacar, no para mantener la posesión sin crear peligro”, describió Poyet en conversación Tactical View.
Para Poyet, fue precisamente la posesión una de las claves de su éxito con el Brighton & Hove Albion FC, equipo al que tomó en la League One (Tercera División) de Inglaterra y lo ascendió hasta la Championship. La Premier League también estuvo cerca, pero cayó en la semifinales de los playoffs. “No había pérdidas innecesarias y casi siempre se respetaba el no regalar el balón al contrario. Pero atención: no confundamos posesión por tenerla sin más. Siempre la idea fue de crear una superioridad numérica para ir avanzando y, cuando se podía, se jugaba para adelante con el objetivo de terminar la jugada”.
“Nosotros jugábamos independientemente del rival, manteníamos la posesión y creábamos superioridad para atacar, independientemente de la forma de jugar del rival. Daba igual si presionaban alto o si se echaban todos atrás, nosotros “sabíamos” cómo jugar ese partido”, agrega el charrúa.
“Si me dan la chance de elegir, juego con un 4-3-3″
Así como la posesión, la formación 4-3-3 también ha sido un rasgo característico de los últimos dos técnicos de la UC. Y en Poyet se repite. Si bien confiesa a Tactital View que el 4-4-2 “con algunas variantes” le resultaba atractivo al comienzo de su carrera, actualmente prefiere que sus equipos jueguen con un marcado 4-3-3.
“Cuando estuve en Francia todos los equipos querían jugar un 4-2-3-1. Yo no. Aunque siempre hay que intentar adaptarse a los jugadores que tienes, si me dan la chance de elegir, juego con un 4-3-3. Con un extremo muy definido y, en el otro lado, con un puntero que llegue al área. Por lo tanto, el lateral de ese lado tiene que pasar al ataque”, indica a la radio Sport 890 sobre su etapa en el Girondins de Burdeos, equipo al que clasificó para la Europa League y con el que obtuvo un 65% de rendimiento. Fue su último club antes de la la UC.
Tal formación la utiliza desde su ciclo con el Brighton, el primer club en su carrera como DT. En su etapa como jugador del Chelsea se había enamorado del 4-4-2, pero un cambio frente al Leeds hizo que su filosofía cambiara para siempre: “En el partido en casa habíamos perdido 3 a 0 y decidí jugar más un 4-3-3. A veces en un 4-3-3, si los dos atacantes de afuera son más bien mediocampistas, es como si fuera un 4-5-1. Pero en este caso esos jugadores eran atacantes y el equipo jugó un partido extraordinario. Ese año nos salvamos del descenso y terminamos decimoterceros”.
“Mis entrenamientos duran hora y media, igual que los partidos”
Uruguayo, pero formado como entrenador bajo la corriente europea, esa donde la intensidad y la velocidad de los jugadores es primordial. Por esto, Poyet —según sus propias palabras— organiza los entrenamientos para que se asemejen lo más posible a un partido de fútbol.
“Mis entrenamientos duran una hora y media, igual que los partidos. Son muy intensos, porque yo quiero que mis jugadores se acostumbren a estar una hora y media activos al máximo. Y eso también es un entrenamiento mental para el partido del fin de semana”, asevera Poyet.
“Hoy en día la preparación física ha crecido muchísimo a todos los niveles. Los jugadores son atletas. Cuando yo jugaba al fútbol no hacíamos pesas, no íbamos al gimnasio… aún tengo los brazos chiquitos”, complementa.
“No me gustaba el VAR y ahora me gusta menos”
Para Gustavo Poyet el videoarbitraje vino a arruinar el fútbol más que a entregar justicia. En 2019 aseguró que se declaró en contra del VAR incluso antes de que saliera. “Antes no me gustaba y ahora me gusta menos”, declaró. Una realidad a la que tendrá que adaptarse puesto que en Chile el VAR está presente en todos los partidos.
¿Cuáles son las razones para que el nuevo DT de la UC se declare enemigo de la tecnología? “Hay acciones que pasan en un segundo que después hay que verlas 10 veces de todos los ángulos para saber si el contacto es suficiente o no, si el jugador intentó otra cosa… estamos analizando cosas que no son fútbol. En el fútbol hay contactos, es un deporte de contacto. En cámara rápida puede parecer una cosa y en cámara lenta otra. Además, estamos complicando la parte más linda del fútbol, que es un gol”.
“En el Betis simplemente me equivoqué yo”
El gran fracaso de su carrera. Gustavo Poyet dirigió al Betis en 2016 y apenas estuvo seis meses en el cuadro verdiblanco. Disputó 11 partidos, solo ganó tres, empató dos y perdió seis, lo que da un paupérrimo 33% de rendimiento.
En The Coaches’ Voice, el otrora mediocampista se sincera: “El punto por ahí negro de mi carrera como entrenador, pero sin culpar a nadie. Simplemente me equivoqué yo. Lo dije varias veces. No me informé bien de la situación. Me llamó mucho la atención lo que era la afición del Betis, la ciudad, la Liga. Y fui un poco de apresurado. Tenía que haber analizado más la situación, los problemas internos y las diferencias entre las expectativas del club y la realidad”.
Aquella temporada dirigió al chileno Felipe Gutiérrez.
“En la mayoría de los clubes en los que he estado de entrenador me han puesto un objetivo y lo he cumplido”
Luego de tres años sin dirigir, Poyet al fin encontró un proyecto que se ajustara a sus requerimientos. La mala experiencia vivida con la dirigencia del Girondins de Burdeos —sin avisarle, le vendieron a su nueve horas antes de disputar un partido de Europa League— hizo que desde entonces analizara con cuidado las propuestas que le llegaran. Para él no se trata del club, sino de la gente con la que trabajará.
“¿He sido un poco más selectivo a la hora de buscar club? Sí, para mí ahora mismo lo más importante es la gente con la que voy a trabajar. Quiero saber qué quieren de verdad, cómo lo sienten y si conocen cómo soy. No me importa tanto el nombre o la historia del club”, comentó en entrevista con Sky Sports. Dentro de esas personas, la figura del Director Deportivo es fundamental: “Yo una vez ya dije que con el director deportivo tengo que tener mejor relación que con mi esposa”.
En The Coaches’ Voice, el uruguayo afirma que “en la mayoría de los clubes en los que he estado de entrenador me han puesto un objetivo y lo he cumplido”, y que las relaciones con la dirigencia y la hinchada deben basarse en el sentido común y la honestidad. “Si un club está buscando a alguien que vaya a decirle a los fans medias verdades para que compren el abono, no me interesa”, dice.
Y describe su sueño, el cual parece haber cumplido al firmar con Universidad Católica: “Ahora, como entrenador, no sueño con un club. Sí con un presidente, un director deportivo, alguien que sepa como soy yo. Que conozca a mi familia, mis amigos…. que sepa que lo más importante para mí es ayudar a los jugadores para que lleguen a la cancha en la mejor condición posible, para que den lo mejor de sí para ayudar al equipo a ganar partidos. Si consigues a un buen presidente, has encontrado un buen club. Y cuando yo consigo eso, ese club se vuelve todo para mí...
“Desde ese momento tienen a su mayor fan”.