No era un duelo fácil, pero la contundencia de Manchester City lo hizo ver como un trámite. El equipo de Josep Guardiola no tuvo miramientos para pasar por encima de Arsenal, aún el líder de la Premier League, aunque con duelos más que los de Londres.
Un 4-1 que dejó en evidencia lo que ocurrió en el campo de juego de los mancunianos que ahora se proyectan a su cuarta estrella en cinco temporadas.
Las expectativas eran enormes. En el Etihad Stadium se medían los mejores equipos de la Premier League, en un partido que bien definía al próximo campeonato del linajudo torneo británico.
Lo cierto es que ambos equipos plantearon el partido en velocidades diferentes. El cuadro local fue un torbellino, mientras los Gunners se vieron superados desde el comienzo en cuanto a físico y fútbol.
En esa dinámica, los Ciudadanos rápidamente lograron la ventaja. Antes de los 7 minutos, con el pase largo de John Stones y el control de Erling Haaland, quien habilitó de manera precisa a Kevin de Bruyne para que rematara de manera rasante y colocado en el 1-0.
Porque el agobio que sufrió el cuadro de Londres no tuvo descansos. Cada vez que intentaba tocar en el medio, un jugador celeste cortaba el circuito y encontraba solo a un compañero.
Antes de la media hora, fallaron el mismo De Bruyne y el propio Haaland, quien obligó a una gran reacción del meta Aaron Ramsdale, la gran figura del visitante que nunca encontró los caminos para acercarse al golero local Éderson.
A esa altura, el triunfo por la cuenta mínima era mezquino para la enorme hegemonía del City en un encuentro que prometía un poco más de ida y vuelta.
Cuando se jugaban los descuentos de la primera fracción, un tiro libre perfecto del belga De Bruyne encontró la cabeza de Stones, quien remató cruzado al segundo palo. Y aunque el juez Michael Oliver cobró la posición de adelanto, el VAR corrigió la jugada y sentenció el 2-0 del cuadro de Pep.
Remata la faena
En el tiempo complementario, Arsenal intentó una reacción, con más amor propio que fútbol. Pero ni siquiera el hecho de tener un poco más la pelota, pudo cambiar su suerte.
A los 53 minutos, el equipo capitalino esquivó otro balazo, después de que Ranmsdale sacara con los pies el mano a mano que tuvo ante la estrella nórdica.
En la siguiente, no fallaron. Martin Odegaard intentó salir jugado, pero el balón se lo robó Haaland y cruzó para De Bruyne, quien definió con clase el 3-0, más a todo de lo que ocurría en Manchester.
En los minutos finales, el cuadro de los Citizens cedió la iniciativa a los visitantes, a la espera de un nuevo error de los capitalinos. Sin embargo, los pupilos de Mikel Arteta nunca tuvieron la claridad necesaria para encontrar los espacios.
El descuento de Rob Holding, a tres minutos del final del tiempo reglamentario, maquilló solo un poco el baile que se llevó el cuadro más popular de Londres en su visita al “escolta”.
Cuando el duelo expiraba, Haaland logró su conquista, después de un partido impecable en el que , además, defendió como ninguno y realizó dos asistencias.
El 4-1 dejó en evidencia el momento de uno y otro equipo en la temporada. Y aunque el City aún debe enfrentar a West Ham United y a Brighton & Hove Albion en sus duelos pendientes, suena a ilusión que pueda dejar puntos, cuando en rigor quedan siete fechas para el final del torneo de fútbol más millonario del planeta.
Un apretado calendario para los dirigidos de Guardiola, quienes tienen que enfrentar el ida y vuelta de la semifinal de la Champions League ante Real Madrid, entre el 9 y el 17 de mayo, además de la final de la Copa FA frente a su archirrival Manchester United, el 3 de junio.