El pasado domingo 6 de febrero, la selección de fútbol de Senegal consiguió el mejor logro en sus más de 60 años de historia: ser campeones de la Copa Africana de Naciones. Los Leones de Teranga vencieron por lanzamientos penales a Egipto, país que ostenta más campeonatos continentales (7).
Al iniciar el encuentro, el máximo referente futbolístico del equipo, Sadio Mané, desperdició una inmejorable oportunidad. A los 7 minutos, el atacante del Liverpool pateó un penal que fue tapado por Mohamed Abou Gabal, más conocido como Gabaski, arquero de Egipto y una de las grandes revelaciones del torneo. Todo se tornó complejo, y los fantasmas de las finales perdidas (2002 y 2019) aparecieron. Incluso, estos se incrementaron cuando a lo largo del encuentro el guardametas del Zamalek se fue transformando en la figura del partido.
Los nervios estuvieron latentes durante todo el partido, sobre todo en los penales, puesto que el contexto recordaba a los dos segundos lugares. Hace tres años perdieron con Argelia por la cuenta mínima y Rais M’bolhi, guardametas argelino, fue figura de la final y fue escogido como el mejor arquero del torneo. En tanto, En 2002, Los Leones también llegaron a esa instancia, pero cayeron ante Camerún (3-2), y como curiosidad, Aliou Cissé, exseleccionado nacional y actual entrenador del equipo, fue quien falló el último penal en la serie.
Finalmente y tras una intensa tanda, Mané pateó el último penal y le otorgó la Copa Africana de Naciones a Senegal. “Todo se equilibra al final”, como dijo alguna vez Marcelo Bielsa.
Impacto en el país
Durante la jornada del lunes llegó la delegación senegalesa a Dakar, capital del país mundialmente conocida por el Rally que lleva su nombre. Ahí, cientos de miles de personas recibieron al plantel, incluso se habló de más de un millón. El éxtasis del primer título continental llegó a tal punto de que el presidente, Macky Sall, declaró el día festivo, por lo que la gente tuvo la facilidad de reunirse alrededor de la caravana que duró cerca de 12 horas. Pero esto no se queda ahí. Sall premió con dinero y terrenos a los futbolistas y al cuerpo técnico del país africano. “Los jugadores y el cuerpo técnico recibirán cada uno 50 millones de francos CFA (cerca de 76.000 euros o $71 millones chilenos), una parcela de 200 metros cuadrados en Dakar y una parcela de 500 metros cuadrados en Diamniadio”, una nueva ciudad en construcción a unos 30 kilómetros de la capital, informó la Presidencia en su cuenta de Twitter.
En una ceremonia celebrada en el palacio presidencial, el mandatario también condecoró al plantel con la Orden Nacional del León, máxima distinción del país. “Les encomendé una misión. Volvieron con la copa. Esta copa se la deben a sus cualidades personales. Por su fuerza vital y su genio creativo, han revertido el curso de la historia”, indicó Sall en la ceremonia.