Alexis Sánchez está concentrado con la Selección. Si no estuviera en la Roja, su atención estaría puesta en el Inter de Milán, donde brega por alcanzar la regularidad que siempre reclama. Sin embargo, su nombre todavía resuena en Francia. En ese país defendió al Olympique de Marsella y realizó una campaña que rozó lo brillante: se reencontró con el gol, con la regularidad, dejó atrás sus problemas físicos y ratificó su vigencia.
La relación entre los Focences y el Niño Maravilla parecía indisoluble. El tocopillano se sentía a sus anchas en el club y los hinchas le adoraban. Aún así, no hubo acuerdo para la extensión del contrato. Esa materia sigue dando que hablar.
La queja
La herida sigue abierta. Lo refleja Pablo Longoria. El español es el presidente del club más popular de Francia y en esa condición tuvo que negociar, infructuosamente, la permanencia del chileno. Ahora deja entrever elementos que explican por qué la relación entre ambas partes se rompió. “En mayo le ofrecieron una extensión de contrato, lo pospuso y trató de hacer algunas especulaciones”, explica, en una entrevista con RCM Sports.
“Cada uno defiende sus propios intereses, no puedo juzgar la estrategia de cada uno. Sería una falta de respeto para un jugador que ha hecho una temporada extraordinaria y por el que tengo un enorme respeto personal”, añade, en el entendido de no opinar respecto de las intenciones del chileno y de su entorno.
Longoria resalta que su club estuvo dispuesto a realizar un alto esfuerzo económico para asegurar la permanencia del nortino. “La última oferta que le hicimos a Alexis Sánchez fue superior al salario que recibe Pierre-Emerick Aubameyang, incluido el bono por firmar otorgado a ambos jugadores”, sostiene.
Los otros factores
Eso sí, deja entrever que, después de la insistencia, valoraron mayormente algunos aspectos estrictamente técnicos. “Al mismo tiempo, en la construcción de esta plantilla, hemos damos prioridad a las cualidades de velocidad y aceleración en la elección de los elementos ofensivos”, enfatiza.
Sánchez fue una pieza determinante en el equipo. Disputó 44 partidos con la casaquilla blanca Frente al arco, fue letal. Marcó 18 goles y se dio el lujo de aportar tres asistencias. Estuvo durante 3.417 minutos en el campo de juego, con lo que rompió la tendencia de su inestable participación en los equipos que había defendido anteriormente. Pero se fue. Y su adiós sigue doliendo en el país galo.