Los cinco meses de sanción que recibió el arquero Paulo Garcés por dopaje, no cayeron bien en el Sindicato de Futbolistas Profesionales. Su presidente, Gamadiel García, defiende la inocencia del arquero, a quien se le encontró dimetilbutilamina en su orina, en un examen tomado el 18 de marzo. "La sanción es injusta, ya que al igual que en el caso de Arturo Sanhueza el escrito del tribunal establece ausencia de culpa de los deportistas. Es insólito que terminen castigándolos si reconocen que no fueron los responsables. Ambos jugadores recibieron la autorización de sus cuerpos médicos para ingerir el quemador de grasas, que además estaba mal rotulado. Todo eso fue comprobado en la investigación, explicado en la sentencia, pero igual los sancionaron", señaló.
El timonel del Sifup cree que las cosas deben cambiar en cuanto al tratamiento de los deportistas. "Seguiremos exigiendo la modificación del procedimiento para el Dopaje; esta es una petición a nivel mundial de todos nuestros deportistas y entidades. Es inconcebible que sobre los jugadores pese la carga probatoria, pues parten como culpables, son suspendidos y son ellos quienes deben demostrar su inocencia. Y a pesar de demostrar su ausencia de culpa, son sancionados y condenados públicamente. Es incoherente y contradictorio, según los principios de la lógica. Según don Omar Astudillo, ministro de la Corte, 'una misma cosa no puede ser dos cosas a la vez o algo que es, no puede no ser al mismo tiempo'. Si se comprobó la ausencia de culpa, no puede ser sancionado, de lo contrario nunca existirán deportistas absueltos", asegura.
En ese contexto, García reflexiona sobre la precaria situación de los futbolistas. "Por último, ¿qué ocurrirá el día que un jugador no cuente con los recursos económicos para demostrar su inocencia? El sistema está viciado".