Aunque se encuentra alejado desde hace largos meses de las competencias de alto rendimiento, Tiger Woods aún tiene tiempo para participar de otras instancias que revisten una menor exigencia. Acompañado de su hijo, Charlie, la leyenda de golf estadounidense dijo presente en el PNC Championship, un torneo por parejas que juegan padres e hijos, y protagonizó un emotivo momento. Eso sí, él no fue el personaje principal en esta ocasión, sino que fue el momento de brillar para su retoño.
Charlie, demostrando que heredó el talento de su padre sobre el campo de juego, deslumbró a todos este domingo con un golpe que dio la vuelta al mundo. En la ronda final del certamen disputado en el Estado de Florida, el joven de 15 años conectó el primer hoyo en uno de su emergente carrera cuando se encontraba en el par 3 del cuarto banderín del Ritz-Carlton Golf Club de Orlando.
En el momento en el que el deportista vio que la pelota se coló por el agujero se mostró incrédulo, sin embargo, segundos después, se fundió en un emotivo abrazo con su padre bajo el acalorado aplauso de todos los presentes en el recinto. “Fue increíble. No puedo creer que haya entrado. No le creeré a nadie hasta que llegue al hoyo y vea que la pelota está adentro. Es el primero”, comentó el adolescente a la transmisión del espectáculo, todavía sin dimensionar su tremendo golpe y la calidad de su destreza con el palo.
Pese a la algarabía que significó aquel festejado momento, el dúo de los Woods no pudo llevarse la corona del tradicional toneo de 36 hoyos. Bernhard Langer, deportista alemán nombrado en 2002 como un miembro del Salón de la Fama del Golf Mundial, acompañado de su hijo Jason, fueron los responsables de amargar la celebración al ser los vencedores del circuito.
El dueto germano aguantó la embestida de los norteamericanos, forzaron el playoff y prevalecieron en la instancia definitiva. De esta manera, Tiger y Charlie finalizaron por segunda vez como escoltas de la competencia que se realiza todos los años en las vísperas de Navidad.