El cine se adelantó a la realidad otra vez. Somos los mejores (1992) es una película que trata sobre un equipo de hockey sobre hielo conformado por niños norteamericanos que posteriormente, en la segunda de tres partes que tiene la saga, llegan a representar a Estados Unidos. Uno de sus jugadores, Jesse Hall, interpretado por Brandon Adams, era negro.
Lo cierto es que en la vida real, en la selección adulta estadounidense de hockey sobre hielo nunca hubo un jugador afroamericano en sus 98 años de historia. Hasta que llegaron estos Juegos.
La NHL decidió no darles permiso a los jugadores de la liga para formar parte de la selección norteamericana en Pyeongchang. Por eso, la delegación estadounidense tuvo que buscar jugadores en la liga universitaria. Vaya suerte la de Jordan Greenway (21), de la Universidad de Boston, quien gracias a esto rompió con el casi siglo sin jugadores negros defendiendo a Estados Unidos en el hockey sobre hielo en una competición adulta.
Proviene de Canton, una humilde localidad de seis mil habitantes, que está cerca del límite con Canadá. De hecho, fue parte de los programas de desarrollo para niños que tiene el gobierno, donde ya llamaba la atención por su talento.
En 2016 llegó a ser seleccionado nacional, pero en categorías juveniles. En ese equipo era la gran figura. Consiguió dos campeonatos mundiales de menores, en 2016 y 2017. En ambos fue elegido como el mejor jugador del equipo. En el último, incluso, fue héroe, pues anotó el penal decisivo en la definición frente a Canadá. Llamaba la atención también por su físico, pues mide 1,98 metros y pesa más de 100 kilos. Hace un año, cuando aún era juvenil, su contextura era la misma. "Pareciera que compite con moscas", apuntaba The Ringer, medio estadounidense especializado en hockey, en la crónica de la final ante Canadá.
Ahora, es también una de las figuras del equipo norteamericano, que anoche selló su pase a cuartos de final tras derrotar 5-1 a Eslovaquia (esta madrugada enfrentaba a República Checa). Es uno de los jugadores con más minutos jugados en el equipo y como si quisiera darle más épica al relato de su historia, Greenway se dio el lujo de anotar en el debut de Estados Unidos, el partido que rompió la racha del seleccionado sin negros (derrota 2-3 frente a Eslovenia).
"No esperaba competir en unos Juegos Olímpicos, menos tan joven, pero la oportunidad se presentó por sí sola y voy a sacarle todo el provecho posible", dijo Greenway a Sporting News.
El hoquista está consciente del sentido de su nominación a Pyeongchang. "He logrado muchas cosas buenas, pero permitirle a niños afroamericanos inspirarse en lo que estoy haciendo, es lo mejor; salí e hice cosas diferentes contra los estereotipos de que la mayoría de los niños negros juegan básquetbol", afirmó en otra entrevista, a Claro Sports. Es que es uno de los personajes más requeridos por la prensa en Pyeongchang. No sólo por sus pergaminos deportivos, sino por su significado sociocultural.