El primer positivo en la historia del tenis chileno
El dopaje de Nicolás Jarry es inédito a nivel local, pero en el ámbito internacional los casos son numerosos a través de los 27 años de controles en esta disciplina.
El ambiente deportivo chileno está conmocionado por el positivo de Nicolás Jarry, luego de que se le detectara la presencia de ligandrol y estanozolol, en una muestra de orina durante la pasada Copa Davis, en Madrid. La situación es delicada y el jugador se convirtió en el primer tenista nacional en ser suspendido por dopaje.
Y si bien a nivel local esto es inédito, en el ámbito mundial está muy lejos de serlo y tiene numerosos antecedentes. Uno de los más mediáticos del último tiempo fue el de la rusa Maria Sharapova, quien dio positivo por meldonium y recibió una sanción inicial de dos años, que luego fue acortada a 15 meses.
El primer caso, desde que se inauguraron los controles antidopaje en 1993, fue el del español Ignacio Truyol, quien en 1996 fue sancionado con un año de suspensión por consumo de esteroides, cuyo uso el hispano justificó para tratar una lesión crónica en la espalda.
En 1997, el sueco Mats Wilander y el checo Karel Novacek fueron suspendidos por dos meses por consumo de cocaína un par de años antes. Sin embargo, cuando la pena fue anunciada, ambos ya se habían retirado del tenis.
En 1998, el checo Petr Korda, campeón del Abierto de Australia tras derrotar a Marcelo Ríos ese año, fue sancionado por consumo de nandrolona. Recibió un año de castigo, pero también ya se había retirado.
A comienzos del milenio, la legión argentina se vio fuertemente afectada por el dopaje. Juan Ignacio Chela purgó tres meses por consumo de metiltestosterona en 2000. Al año siguiente, Guillermo Coria cumplió siete meses por presencia de nandrolona.
En 2004, Mariano Puerta debió cumplir nueve meses de sanción por clembuterol. Al año siguiente reincidió en la víspera de la final de Roland Garros. En esa ocasión se le detectó etilefrina y se le castigó con ocho años de suspensión. No obstante, luego disminuyó a dos y pudo volver a jugar.
En tanto, en 2005, Guillermo Cañas estuvo inactivo dos años tras consumir hidroclorotiazida. Además, debió pagar una multa de US$ 280 mil y desapareció del ranking por ese periodo.
Quizás uno de los casos más curiosos fue el de Richard Gasquet. El francés dio positivo por cocaína. Sin embargo, fue absuelto, porque logró acreditar que la sustancia llegó a su cuerpo producto de un beso. Así logró estar suspendido solo un mes y medio, de los 12 que había recibido de sanción.
Un par de años antes, en 2007, la ex número uno suiza Martina Hingis arrojó positivo por cocaína y fue castigada a comienzo de 2008 con una suspensión de 24 meses.
En 2013, el croata Marin Cilic fue sancionado por nueve meses, pero logró reducir la suspensión a cuatro tras arrojar niketamida, un estimulante que le fue descubierto durante su participación en el Abierto de Múnich de ese año.
El británico Daniel Evans fue apartado de las competencias por un año en 2017, luego de arrojar positivo por cocaína.
Recientemente, la brasileña Beatriz Haddad Maia dio positivo por sustancias similares a las de Nicolás Jarry. Su caso salió a la luz pública en julio del año pasado y desde esa fecha se encuentra suspendida, mientras los tribunales resuelven su situación.
Y a ello se suma el colombiano Robert Farah, número uno del mundo en dobles, quien durante esta jornada informó que dio positivo por boldenona.
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