“Primero fue lo del Happyland; y ahora véanlo por televisión”: la incansable lucha del bowling para tener público en Santiago 2023
La particular disciplina se llevará a cabo en el Centro de Entretención Happyland de Plaza Vespucio y en una primera instancia se convirtió en el único deporte sin espectadores durante los Juegos Panamericanos. Sin embargo, esta cruda realidad podría cambiar en los próximos días.
El bowling es una disciplina con varios cultores a lo largo del país, pero sin las luces de otros deportes que estarán en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Bajo este panorama, no son pocas las dificultades que ha tenido que enfrentar la Federación para llevar adelante el rumbo de la actividad, de cara a la cita.
De hecho, hace un año hicieron noticia por la sede en que se va a disputar la prueba durante el megaevento: el centro de entretención Happyland del Mall Plaza Vespucio, lo que causó contrariedad en la huestes de esta actividad. “Primero nos desayunamos con que el bowling iba a ser en el Happyland. Al final, no nos iba a quedar nada como legado, pero al menos lo importante era que la competencia iba a estar dentro de los Juegos Panamericanos”, parte señalando Fernando Peña, timonel de la Federación.
Sin embargo, esto no fue lo único que desilusionó al dirigente. El último golpe que recibieron fue el 12 de julio, donde se percataron de una desagradable sorpresa. “Cuando empezó la venta de las entradas, ahí recién nos dimos cuenta de que el bowling era sin público. Nadie nos avisó”, lamenta.
Peña relata cuáles fueron sus sensaciones tras este primer anuncio. “Necesitaba al menos 40 invitaciones para los jugadores que vayan a ver el torneo y me salieron con la respuesta ridícula de que ‘véanlo por televisión, si al final lo van a transmitir’. Para eso veo los partidos de la PBA de Estados Unidos por televisión. La idea es ver en vivo a las figuras que van a venir; a los norteamericanos, a los canadienses, a los mexicanos, a los colombianos, que son los capos de este deporte y van a venir con lo mejor que tienen. Es un gusto verlos jugar”, sostiene.
“También está la posibilidad de mostrar el deporte frente a jugadores que son participantes del circuito internacional, donde juegan los profesionales de la PBA. Es un disfrute verlos jugar y para la gente que no quede seleccionada como jugadores, porque solo clasifican dos, no se pierda la posibilidad de compartir con esas figuras. Y además para mostrarle el deporte al público; que lo practica gente de todas las edades y que tiene futuro”, complementa Arnau Sarrà, preseleccionado chileno.
“Queremos que los jugadores vayan. Se han sacado la mugre entrenando para intentar llegar a la selección, muchos de ellos haciendo tira baldosas en sus casas, sobre todo durante la pandemia. Se sacrifican y que no los dejen ver el torneo es como mucho”, agrega el timonel.
Al interior de la corporación Santiago 2023 están analizando una fórmula para responder al requerimiento y confían en avanzar en una solución que deje satisfechos a los representantes del bowling. “Empezamos a golpear las puertas, yo hice declaraciones por todos lados. Me llamaron y me dijeron que lo iban a ver; que les diera unos 10 días. Fui a terreno y les dije que se podía sacar algo por aquí o algo por allá para poner una gradería de cuatro pisos, de 25 cada uno. Nos da un total de 100 personas y nosotros quedaríamos felices”, detalla el timonel.
Sin legado
Uno de los momentos más difíciles de los últimos años para esta disciplina fue la constatación de que no habría infraestructura propia. “Ha sido una pelea bastante larga. Ha sido una desilusión más o menos constante. Nosotros veníamos trabajando en la posibilidad de tener un legado, se nos había comprometido un lugar en el CEO, estaba firmada la carta por la ministra del Deporte en ese momento, Cecilia Pérez, y en el nuevo gobierno ese lugar se donó a la pesas”, recuerda Sarrà.
“Para nosotros era importante porque no existe ningún centro deportivo en Chile que tenga canchas de bowling, porque son todas recreacionales. Era una inversión que significaba una donación de 400 mil dólares de la federación internacional en pista y máquinas para nosotros”, subraya.
Asimismo, el deportista lamenta que la disciplina no haya recibido el apoyo necesario y asegura que también hay otras complicaciones. “Tenemos un tema con la máquina de aceitado que hay que solucionar. Si no nos ponen atención, el bowling puede ser el deporte que haga pasar una vergüenza grande a nivel internacional”, advierte.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.