“Pasé un tiempo de calidad fantástico con mis seres queridos durante las vacaciones y hoy me dirijo a Australia con un permiso de exención. ¡Vamos 2022!”. Bastaron esas palabras del tenista Novak Djokovic en sus redes sociales para desatar un terremoto por la medida tomada para favorecer al número uno del mundo, quien así podrá tener la chance de alcanzar su 21° Grand Slam y convertirse en el más ganador de la historia.
“Novak Djokovic competirá en el Abierto de Australia y está en camino hacia allá. Djokovic pidió una exención médica, la cual le ha sido otorgada tras un riguroso proceso de revisión que ha envuelto a dos comités independientes de expertos médicos. Uno de ellos ha sido el Independent Medical Exemption Review Panel, designado por el Consejo de Salud del estado de Victoria. Ellos han evaluado todas las aplicaciones para compobar si seguían todas y cada una de las directrices del ATAGI (Australian Technical Advisory Group)”, justificó Tennis Australia, horas más tarde.
En el comunicado, la entidad que rige al tenis de ese país indica que el director del Abierto de Australia, Craig Tiley, ha dicho que los jugadores, los aficionados y el personal del torneo deben estar totalmente vacunados, a menos que haya una razón de peso por la cual se pueda otorgar una exención médica. “La justicia y los protocolos independientes fueron establecidos para evaluar las peticiones de exenciones médicas que nos permitirán poder garantizar que el Australian Open 2022 sea seguro y entretenido para todos. Un punto central de todo esto es que las decisiones son tomadas por expertos médicos independientes y que cada petición de cada jugador es tomada con la merecida consideración”, afirma.
De acuerdo a un documento al que tuvo acceso el diario español Marca, las exenciones son cuatro: historial de anafilaxia a un componente de todas las vacunas aprobadas; una reacción adversa tras la primera dosis de una de las vacunas aprobadas que provocara una hospitalización; padece actualmente una afección médica aguda o ha padecido una enfermedad cardíaca inflamatoria en los últimos seis meses.
Cabe recordar que Djokovic, en 2020, en pleno peak de la pandemia, organizó el Adria Tour, un torneo de exhibición con público y escasas medidas sanitarias, lo que redundó en que el serbio y varios de los participantes se contagiaran de Covid-19, además de cuestionar la vacunación.
Los tenistas que no estarán
Más allá de estas explicaciones, la polémica está instalada hace un rato, ya que otros tenistas no tuvieron la suerte de Djokovic. Sin ir más lejos, la tenista rusa Natalia Vikhlyantseva no fue autorizada a disputar el torneo, a pesar de estar vacunada con dos dosis. La razón que le dieron fue que la vacuna Sputnik no está reconocida por las autoridades de salud australianas. “No hay datos suficientes o información válida para demostrar de forma adecuada que ofrece protección”, explicó la Therapeutic Good Administration (TGA).
En tanto, el francés Pierre-Hugues Herbert decidió bajarse del torneo hace tres semanas al enterarse que era requisito estar inmunizado. “Personalmente, no estoy vacunado y el viaje a Australia no era una opción para mí”, dijo al diario local L’Alsace y apuntó: “Es una decisión personal no estar vacunado, no sé cuánto durará... No sé si es factible hoy ser jugador de tenis sin estar vacunado”.
La situación de Nole no cayó bien en algunos tenistas. Por ejemplo, el doblista británico Jamie Murray, hermano de Andy, manifestó su desconcierto por la situación. “Realmente no sé qué decir a eso. No creo que hubiera obtenido una exención si yo hubiese sido el que no estaba vacunado y eso es... Me alegro por él de que puede venir a jugar el torneo”, sostuvo.
Además, hace algunos días, el primer ministro australiano Scott Morrison había sido enfático en descartar privilegios para el serbio. “No hay reglas especiales para los tenistas ni para nadie. Él (Djokovic) debe seguir los mismos requisitos que todo el mundo para entrar en Australia”, expresó previamente, por lo que la decisión final no se condice con esta postura.
Mientras que el ministro de Deportes del Estado de Victoria, Martin Pakula, agregó en diciembre que “no tiene nada que ver con chantaje sino con hacer que la comunidad de Victoria esté más protegida”, después de que el padre del tenista, Srdjan Djokovic, pusiera en duda la participación de su hijo por la obligatoriedad de la vacuna para entrar al país, calificándolo como un “chantaje”.
En la jornada de hoy, la nación oceánica presentó 47.816 casos, una cifra récord, principalmente acentuada por el surgimiento de la variante Ómicron, altamente contagiosa. Sin embargo, el país cambió de estrategia y ahora el confinamiento no es opción. “Hemos cambiado de marcha… Estamos gestionando de una manera diferente para poder vivir con el virus. La gente puede seguir trabajando, los niños pueden volver a la escuela cuando esta empiece de nuevo. La gente puede mantener sus negocios abiertos y ganarse la vida”, expresó Morrison a comienzos de semana.
Las nuevas medidas han provocado controversias en la ciudadanía que ve cómo progresa esta nueva ola y el país, que cuenta con una de las mayores tasas de inoculación del mundo, enfrenta cifras inéditas a lo largo de la pandemia.