Programación de la Sudamericana obliga a la ANFP a suspender el duelo de Colo Colo con Copiapó

La eliminación de la Copa Libertadores y acceso al repechaje de la Copa Sudamericana complicó el calendario de Colo Colo.

Es que los albos quedaron emparejados con América Mineiro de Brasil y su duelo de ida se jugará el próximo martes 11 de julio, a las 18 horas, en el estadio Monumental. Horario que choca con la programación del Campeonato Chileno, pues -si bien el Cacique estaba citado para el domingo 9 de julio- las bases del torneo son claras al respecto de privilegiar la participación continental.

O al menos, eso es lo que dictamina el artículo 22 del reglamento. El mismo que sentencia que “cuando un equipo disputare una competencia internacional oficial fuera del país se programarán sus partidos del Campeonato en fechas y horas que consideren un mínimo de 72 horas de antelación”.

Por lo tanto, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) decidió posponer el encuentro entre capitalinos y nortinos y ambos volverán a jugar en el plano local en la fecha 17: los blancos reciben a O’Higgins y los recién ascendidos son locales ante Audax Italiano.

Lo que si se jugará sin problemas es la clasificación a las semifinales regionales de la Copa Chile. Cabe recordar que los fundados por David Arellano se medirán ante Unión La Calera el martes 4 de julio, a las 19 horas, en el coloso de Macul. Cita que ya había sido corrida por el temporal que azotó a gran parte del país el fin de semana pasado y que es fundamental para los dirigidos por Gustavo Quinteros.

Es que la segunda justa más importante del país servirá para que los actuales campeones del fútbol patrio laven sus heridas tras su catastrófica participación en la Libertadores. Copa en la cual sólo les bastaba ganar a Deportivo Pereira para avanza a octavos de final, pues Boca Juniors derrotó Monagas, pero su ineficacia frente al pórtico rival les hizo obtener un amargo empate a cero y conformarse con la búsqueda de un cupo en la siguiente fase del trofeo que los hizo brillar el año 2006 y que transformó a Matías Fernández en el mejor jugador de América.