Puch regresa a su infancia
El delantero de Universidad Católica vivirá un partido especial cuando enfrente mañana a Deportes Iquique, el club de sus amores. En la ciudad nortina nació y dio los primeros pasos de su destacada carrera como futbolista.
El de mañana es un partido especial para Edson Puch (32). Frente a frente estarán Universidad Católica, su actual equipo, y Deportes Iquique, el club de sus amores, al que vio ascender como hincha de Tercera a Primera B y en el que cumplió su sueño de defenderlo tras formarse en Huachipato, al otro extremo de Chile.
Antes recorrió un camino largo, en el que lo dejaban fuera de las pichangas por su estatura y contextura. Hasta que lo vieron en la cancha. "Cuando jugaba en Sportiva Italiana (de la Asociación de Fútbol de Iquique), el presidente Domingo Sacco no estaba muy convencido. Decía que era muy chico, que le podían pegar", relata a La Tercera Germán Cayo, uno de los amigos más íntimos de Puch y a quien conoció justamente en ese equipo. Explica que el timonel de aquel club amateur cambió rápidamente de parecer: "Al final, el presidente iba especialmente a buscarlo hasta su casa cada fin de semana".
De niño ya deslumbraba por su técnica depurada y la facilidad para controlar la pelota en velocidad. "Era realmente diferente. Tenía menos edad que todos los que jugaban, pero lo hacían jugar igual por su talento. Era indispensable", agrega su amigo Cayo.
Ahí vino su paso a Huachipato. Hasta la tienda acerera llegó tras brillar en un Torneo Nacional en el que defendió a la ciudad de Arica. Luego de meses de entrenamiento en las series menores, ascendió al primer equipo y Arturo Salah se transformó en el responsable de su estreno en el profesionalismo, aunque no tuvo continuidad. Así, el delantero vivía entre Talcahuano e Iquique, aunque siempre con más ganas de quedarse en el norte que en el sur. Su madre fue fundamental para que no claudicara.
La soledad dio paso a su otra pasión: la música. La frustración por jugar poco se suplía con grabaciones. "Como tenía una radio cassette, empezó a grabar sus temas, con letras propias. Él grababa música hip hop y recién estaba pegando el reguetón. Le dije que grabáramos unos temas", añade su amigo. Ambos se reunían en la casa de su abuela Norita, en el centro de Iquique.
En ese momento, su vida comenzó a tomar un nuevo rumbo, el del éxito: a fines de 2006, Iquique subió a la B y a Puch se le dio la opción de ir a préstamo a los Dragones Celestes. De ahí,su carrera fue en ascenso. Tras dos buenos años en el norte, pasó a la U y luego al Al Wasl, donde fue dirigido por Diego Maradona. Y aunque de niño admiraba al 10 y hasta quiso pintarse el pelo amarillo como cuando el argentino jugaba en Boca Juniors, la relación no terminó bien. ¿A qué lugar volvió? A Iquique.
Por eso lo especial del duelo de mañana. De regreso en Chile tras jugar en equipos como Huracán (ARG), Liga (ECU) o Necaxa (MEX), el delantero sorprendió a todos al fichar por Universidad Católica este año. "Creo que si fuese por él jugaría siempre por Iquique, pero Edson está para grandes cosas y Católica le ofrecía la vitrina de la Copa Libertadores", expresa su amigo.
Ocurre que de la mano con jugar el torneo continental de clubes está el deseo del jugador de defender a Chile en otra Copa América, tal como en 2016, cuando fue uno de los buenos valores en el certamen que ganó la Roja. "Sería hermoso levantar esa copa otra vez", dijo Puch en enero.
Ya debutó el pasado fin de semana en la UC. Fue el mejor de la cancha y con ello su sueño de otra Copa América parece más cerca. Antes, eso sí, debió cruzar un largo camino, lejos de casa y de mucha música. Atrás quedaron los años en que su madre anotaba sus goles en una cartulina o cuando dio sus primeros pasos en el club Cavancha. Ahora, es figura de la UC, aunque lleva a Iquique en el corazón.
La cartulina donde la madre de Puch le anotaba sus goles en Alianza Lima de Iquique, con 13 años.
Puch (costado derecho), con 11 años, cuando fue a Brasil representando a una selección de Iquique.
Puch (abajo, a la derecha) tenía cinco años en su primer club: Cavancha.
La imagen es de 1988, cuando el iquiqueño tenía solo dos años.
Puch y sus amigos, entre ellos, Germán Cayo (al medio), con quien grababa canciones.
El CD que grabó el delantero (a la izquierda) junto a Cayo, a quien apoda Matamba.
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