El mejor rugby asomará mañana en la capital extranjera más cercana a Santiago y, por lo mismo, frecuente destino turístico de los chilenos y particularmente de los aficionados a la ovalada. El estadio José Amalfitani, de Buenos Aires, será la sede del partido entre Argentina y Nueva Zelanda, que abrirá, con 50 mil entradas agotadas, la octava edición del Rugby Championship.
El choque con los All Blacks, para cualquier selección, implica generalmente una derrota. En las siete temporadas del torneo en cuestión, los números aplastan: los de negro han ganado 32 partidos, empatado uno y perdido tres. Se han quedado con seis coronas y, cuando flaquearon, fueron segundos. Y eso que sus rivales son de nivel máximo: los bicampeones mundiales Australia y Sudáfrica, y los argentinos, el mejor quince de América, además de registrar un tercer y un cuarto lugar a nivel planetario. En el caso de los Pumas, en cualquier caso, la montaña parece infranqueable: han caído en 27 de los 28 duelos contra los neozelandeses (campeones mundiales 1987, 2011 y 2015). Apenas les permitieron rescatar un empate en 1985.
Para los trasandinos, pese a tales cifras, será una ocasión especial, pues pondrán a prueba al quince mejor preparado de su historia: crearon Jaguares, franquicia profesional que se integró en 2016 al Súper Rugby, competencia que agrupa a equipos de los cuatro países mencionados, más uno de Japón. Con un inicio muy pobre, los Jaguares treparon año a año hasta alcanzar la final 2019, perdida hace unas semanas ante Crusaders (Nueva Zelanda).
Los albicelestes competirán, además, por primera vez en la víspera de un Mundial, pues el Championship comienza mañana y termina el 10 de agosto, a 40 días exactos de Japón 2019. Por lo mismo, esta versión del torneo del hemisferio sur considera apenas tres partidos por escuadra (salvo los vecinos oceánicos, que agregarán uno para discernir la Bledisloe Cup).
La planificación de la Unión Argentina de Rugby es simple: agrupar a la mayoría de sus seleccionados en Jaguares y, cuando los Pumas salten a la cancha, sumar seis o siete jugadores que militaran en clubes europeos, imitando solo parcialmente lo que hacen australianos y sudafricanos, quienes por lo general convocan poco a quienes firman contrato con clubes de Francia e Inglaterra. En el caso de los All Blacks, dirigidos desde 2012 por Steve Hansen, el asunto es aún más estricto: todos sus seleccionados militan en franquicias locales.
Viejos conocidos
Por eso, además, en esta temporada el exhooker Mario Ledesma (46 años) emigró desde la dirección técnica de los Jaguares a los Pumas y a su antigua función pasó el exapertura Gonzalo Quesada (45). Ambos, además de haber sido compañeros en los Mundiales 1999 y 2003, se formaron como coaches en Francia, donde también desarrollaron sus carreras como rugbistas. Y la continuidad es absoluta, porque Quesada fue entrenador adjunto de los Pumas en el primer semestre de 2018, precisamente para conocer de cerca a quienes luego sería subcampeones del Súper Rugby 2019.
La exigencia será alta para Argentina, como en el Mundial, donde deberán medirse con Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Tonga, en el grupo más duro de Japón 2019.