Puro oro Rubio: póker del Pato en triunfazo de la U de Conce

U. de Conce 5-4 S. Cristal

U. de Concepción: C. Muñoz 3; G. Pacheco 5, A. Rolín 5, G. Mencia 5, G. Voboril 5 (14', N. Orellana 6); A. Camargo 5, J. Ballón 4, H. Droguett 6; G. Vadalá 4 (61', N. Maturana 5), P. Rubio 6, F. Cordero 5. DT: F. Bozán 5.

Sporting Cristal: P. Álvarez 5; J. Madrid 5, R. Revoredo 3, O. Merlo 4, J. Céspedes 5; H. Calcaterra 4, J. Cazulo 5 (82', C. Lobatón -); F. Pacheco 4 (46', C. Palacios 6), P. Arce 5 (59', C. Ortiz 5), C. Gonzales 6; E. Herrera 5. DT: C. Vivas 5.

Goles: 1-0, 45', Rubio, habilitado por Droguett, tras error de Merlo y Calcaterra; 2-0, 50', violento zurdazo de Rubio ante centro de Orellana; 2-1, 55', Gonzales, de derecha, cruzado, y con pobre reacción de Muñoz; 2-2, 58', Palacios, con cabezazo cruzado ante centro de Gonzales desde la izquierda; 3-2, 71', Orellana, al recoger rebote por disparo de Maturana; 4-2, 80', Rubio, con una volea impresionante, luego de centro de Orellana; 4-3, 85', Herrera, tras tiro libre; 4-4, 87', Palacios, con cabezazo en una mala salida de Muñoz; 5-4, 90'+3', Rubio captura un balón en área chica.

Árbitro: N. Gallo (COL) 5. Amonestó a Camargo (UdC); Revoredo y Cazulo (SC).

Estadio Ester Roa. 7.000 personas.

Universidad de Concepción nunca había ganado por la Copa Libertadores. Ayer , cuando rompió la maldición, al imponerse por 5-4 sobre Sporting Cristal, el campeón peruano. Se trató, por cierto, de un partido inolvidable para un club que construye su historia solo desde 1994 y que cuenta con una hinchada pequeña, pero que perfectamente puede crecer si multiplica hazañas como la alcanzada ayer en el Ester Roa.

El inicio corroboró los antecedentes de ambos equipos durante los meses pasados (Claudio Vivas heredó hasta el esquema de Mario Salas): ordenados, intentando transiciones rápidas y recuperación temprana.

En el cierre del primer tiempo, llegó lo mejor para el Campanil: un error defensivo permitió la apertura de la cuenta, obteniendo una ventaja merecida por el relativo dominio penquista. El protagonista, Patricio Rubio, el mismo que se transformaría en la estrella de una noche imborrable.

Apenas reanudado el juego llegó el segundo golpe, y otra vez con un golazo de Rubio.

Se trataría, sin embargo, de una historia escrita a golpes de efecto, con reacciones y situaciones inesperadas. Si alguien esperaba un partido insípido, fome, en Concepción, se equivocó.

Entre los hechos inesperados figuró la fulgurante reacción de los celestes, sobre todo gracias al talento de Canchita Gonzales, el ex Colo Colo.

Fue un intercambio de golpes a la antigua, como aquel estilo de boxeo en que los púgiles apoyaban sus cabezas en el hombro del antagonista y se dedicaban, asalto tras asalto, a meter uppercuts a destajo. Como fajadores, dirían en Centroamérica y el Caribe.

Ayer, el asunto fue ese: cuando el marcador parecía sellado, surgía un acierto o un error para mover el timón de lado a lado.

Por eso el hombre iluminado de la noche, Rubio, tuvo que emerger nuevamente para ganar, cuando ya la victoria parecía inexplicablemente extraviada. Fue un premio que merecían tanto él como su equipo, el Campanil, un club que no tiene cartel de grande, pero que anoche, al menos, supo comportarse como tal.