La Copa América 2021 es hoy uno de los grandes dolores de cabeza de la Conmebol. El certamen, que se jugará entre el próximo 13 de junio y 10 de julio, entre las sedes de Colombia y Argentina, aún no logra entregar la seguridad y estabilidad que exigen desde la entidad que rige el fútbol sudamericano.

En el caso de Colombia, además del descontrol que existe sobre los casos de coronavirus, se le suma la crisis política que hoy tiene al país enfrentando una de sus mayores revueltas sociales. La semana pasada los equipos que disputaban la Copa Libertadores y Sudamericana debieron cruzar las fronteras para poder ejercer la localía. “Hemos cambiado los partidos de esta semana que se jugaban allí por cuestiones de garantías y para no complicar las cosas porque en el caso de haber tenido problemas en estos partidos ya directamente se haría muy difícil jugar ahí la Copa América porque sería una mancha muy fuerte y un gran riesgo”, explicaba Gonzalo Belloso, director de la Conmebol. Opositores al gobierno cafetero ya amenazan con arruinar la disputa de la Copa América.

En Argentina, por su parte, el COVID amenaza cualquier intento de evento internacional. Las cifras están descontroladas, llegando a superar los 100 mil casos semanales. Hasta Alberto Fernández, el Presidente de Argentina, puso en duda la disputa del trofeo internacional en su tierra. “No quiero frustrar el espectáculo de la Copa América, pero quiero que seamos muy sensatos, muy cuidadosos. Tenemos un tiempo por delante para ver cómo evolucionan las cosas y para ver cómo podemos dominar este tipo de problemas”, decía.

Frente a tal escenario, Chile, el mismo que organizó el certamen de 2015, aparece como una opción para levantar el torneo. Al país que luce la chapa de bicampeón se le valora bien dentro de la región por el alto número de vacunados, además del positivo balance al momento de controlar a las delegaciones entrantes al país con las estrictas burbujas sanitarias.

Cecilia Pérez, la ministra del deporte, se abre a la opción. “Nosotros siempre hemos señalado, con o sin pandemia, que estaríamos felices de poder recibir grandes eventos deportivos nacionales e internacionales, porque permite visibilizar a nuestros deportistas y eleva la competitividad. En octubre ya seremos sede de la Copa Libertadores Femenina. No se han comunicado con nosotros en caso de que Colombia y Argentina desistan de organizar la Copa América, pero siempre vamos a estar disponibles, porque ya en pandemia hemos logrado sacar adelante eventos deportivos internacionales más allá del fútbol”, señaló la funcionaria de gobierno.

“No tenemos ningún problema de conversar de cuales son las exigencias. Por lo menos ya cumplimos con las exigencias Conmebol para la final de Copa Libertadores, por lo que no creo que existan exigencias económicas. No correspondería. Pero en términos de voluntad, siempre va a existir la posibilidad”, agregó Pérez.

La ANFP mira de reojo

En la ANFP, en tanto, prefieren no referirse a la posibilidad, pese a que miran con atención cada paso que hoy se da en Conmebol. Las cifras de positivos en el fútbol, al menos, dan para ilusionarse. En la temporada 2021, según a los testeos que se han sometidos los jugadores, se registra una tasa de positividad de apenas 0,451%. Este jueves se espera el consejo de presidentes de la Conmebol, que podría definir los pasos a seguir.

“Tenemos experiencias de poder realizar eventos deportivos internacionales de buen nivel con las burbujas sanitarias y con los grados de exigencia que Chile tiene. Tanto ha sido así, que en el deporte de alto rendimiento hay más de 1800 deportistas entrenando que tienen que enfrentar distintos eventos tanto adultos como junior. A todos les hacemos PCR, llevamos más de 5 mil pcr y tenemos un grado de positividad del 0,06%, y el fútbol tanto masculino como femenino tiene cerca de 1%. Eso habla bien de los protocolos que se cumplen, que son exigentes, pero cuando está la excepción se critica a la generalidad, y creo que la generalidad ha sido bien positiva”, cerrana Cecilia Pérez.

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