"Caro, pasé. Estoy dentro de la convocatoria", fue uno de los últimos WhatsApp que Iván Morales le envió a Carolina Lillo, nutricionista que hoy se desempeña en las cadetes de Colo Colo. El delantero, luego de tres meses de un trabajo físico que incluyó una dieta especial, logró cumplir una de las exigencias que le impuso Héctor Robles para sumarlo a la Selección Sub 20 que disputaría el Sudamericano en Rancagua: pesar 81 kilos, y no 89, como había indicado la última vez que se subió a la báscula, en septiembre.
El logro fue celebrado por todos. Desde el cuerpo técnico de Héctor Robles no dudaron en hacerlo público y, de paso, atribuirse la nueva figura del formado en el Cacique. Aseguran que siguió al pie de la letra la pauta alimenticia de las nutricionistas de la Selección, Karina Barrales y Melisa Bottinelli.
La noticia, sin embargo, no cayó bien en Macul. "¿Que ellos hicieron bajar de peso a Iván? Eso es mentira, rotundamente mentira. Si bien la Selección les da un régimen de alimentación, no sé qué tan personalizada es. La baja de peso de Iván no fue ahí. Iván empezó a bajar de peso unos tres meses atrás. Le empecé a exigir que bajara 500 gramos semanales. Robles le pidió que bajara a 82 kilos, sin importar cómo. Daba lo mismo que perdiera su masa muscular, lo que demuestra que Robles no sabe mucho del tema", comienza diciendo Lillo, la primera nutricionista que tuvo Colo Colo bajo el mandato de Pablo Guede.
Ese mismo día que se presentó en la Selección, el 19 de diciembre, Morales visitó a la nutricionista en su hogar: "Se fue a evaluar a mi casa esa mañana. Estaba con amigdalitis porque le bajaron las defensas por todo el peso que había bajado. Ahí pesó 80.5", agrega.
La lucha de Morales con los kilos la viene dando desde las cadetes. Los problemas siempre estuvieron presentes. Y se acrecentaron cada vez que el futbolista fue a la Rojita. Pablo Guede, incluso, llegó a quejarse públicamente: "Esa vez que Guede se quejó, Iván volvió con cuatro kilos extras. Lo bajaron a las cadetes porque estaba gordo. Yo sé que el futbolista tiene que asumir su responsabilidad, pero también hay un equipo que tiene que estar encima de los jugadores. Ellos en la Rojita podían salir a comprar lo que quisieran, no había una fiscalización directa. Por eso mucho de lo jugadores llegaron gordos. ¿Si comen muchas pizzas? Los pospartidos eran con pizzas, y cuando están en hoteles es buffet. Al jugador se le debe educar en porciones, porque si ve algo que le gusta lo va a sacar si es que nadie lo está fiscalizando", advierte la profesional, que realizó una pasantía en Boca Juniors.
Lo cierto es que la pelea del autor del único gol de la Rojita frente a Brasil dio efecto. Durante casi tres meses siguió una dieta estricta acompañado de trabajo físico: "Se aplicó un régimen de deportistas que compiten por peso. Se empezó una dieta baja en carbohidratos. Consumía casi tres gramos por kilo de peso, dos gramos de proteínas, y 0.7 de grasa. A medida que se acercaba el objetivo, se quitaron los carbohidratos, se redujeron los líquidos y se sacó la fruta", cuenta la profesional.
Finalmente, Morales llegó a su peso. Hoy, lejos de la Rojita tras el fracaso en Rancagua, Morales solo se enfoca en luchar por un puesto en Colo Colo: "Este año será el año de Iván. Está fuerte, pero debe recuperar masa muscular por todo el deterioro que sufrió al momento de bajar tanto de peso".
El sobrepeso, sin embargo, será la batalla que siempre dará una de las promesas del Cacique. "Iván siempre va a tener problemas con el peso. Iván se aburre de las dietas, se aburre porque dice que siempre lo mismo. Que el arroz integral, que el pollo. A él le encanta la palta y yo se la tengo que restringir porque es muy calórica", cierra Carolina, una que dice ser la artífice de la nueva figura de Morales.