Ya se sabe que en Blanco y Negro no han cumplido en varios aspectos para que el espectáculo deportivo en su casa se realice con seguridad para todos.
"La situación de Colo Colo es inexplicable", se lamenta, y con razón, José Roa, jefe de Estadio Seguro. Cuestiona el compromiso de la concesionaria al no aplicar con rigurosidad el reglamento tantas veces debatido.
Un botón de muestra que conocí; un muchacho de la India deseaba ver a Colo Colo frente a Audax Italiano en el Monumental. Quería verlo in situ, ansiaba respirar el fervor popular de aquel club que tanto le habían hablado en Nueva Delhi.
Llegando al estadio, reparó en la cantidad de piedras sueltas que podían ser inevitables proyectiles. Tuvo que "cooperar" con los pidigüeños que asaltan por unas monedas.
Instalado en sector Cordillera con su amigo se dispuso a presenciar el encuentro. El olor a alcohol y marihuana se hacían sentir. Vio que estaba rodeado de gente muy apasionada, pero fuera de control. Al pitazo inicial, dos de ellos se pararon sobre las butacas a saltar y cantar haciendo caso omiso a los reclamos de los que estaban detrás, entre ellos el amigo indio. Los cánticos henchidos de odio y cólera con padres que les enseñan a sus pequeños a seguir el coro de insultos.
Su amigo le tradujo el significado de los cantos y la incredulidad hizo presa de él. Las groserías y agresividad de estos delincuentes no dejaban margen a la razón. No pudo ver al Cacique en acción. Desencantado, prometió ver al albo, pero desde la distancia.
Así se desarrolla nuestro fútbol chileno, replicándose a lo largo de todo Chile. Esto se debe denunciar y no caer en la justificación barata de que "en otros lados también se hace".
"Se podría decir con una sonrisa que la estupidez es un bien distribuido equitativamente en todos los países", dijo alguna vez el filósofo italiano Umberto Eco.
¿Quién controla a estos antisociales? Nadie. El Indio se fue desilusionado, meditativo y tranquilo. Claro, si alguien se va del "espectáculo" finalizados los primeros 45 minutos, seguramente lo hará sin temores.