En la tercera etapa del Dakar, con un enlace de 467 kilómetros y un tramo de 331 kilómetros cronometrados entre San Juan de Marcona y Arequipa, fueron las motos las primeras en largar. Y el chileno Pablo Quintanilla, que en la jornada de ayer había caído de la segunda a la cuarta posición en la clasificación general, dio un auténtico golpe a la carrera firmando una fantástica performance y sacando provecho de los problemas de algunos de sus principales competidores.
Walkner, el defensor del título en la categoría, fue el primero en extraviarse, perdiendo hasta cinco minutos con respecto a los líderes de la etapa a su paso por el WP3. Pero la verdadera debacle del día la protagonizó el líder provisional de la prueba, Joan Barreda, quien tras perder la senda correcta del trazado en el kilómetro 143 de la especial, terminó abandonando la competencia luego de quedarse atrapado en una hondonada. Un revés tremendo para el piloto español en su noveno Dakar que Quintanilla no desaprovechó.
El sanantonino, en clara trayectoria ascendente en el tercera jornada del rally, comenzó a mejorar sus registros a bordo de su Husqvarna a medida que se endurecía el terreno pese a no marcar tiempo en los tres últimos waypoints del recorrido, seguramente por problemas en su iritrack.
Con un tiempo final de cuatro horas, siete minutos y 57 segundos, Quintanilla registró el segundo mejor crono en la meta de Arequipa, a solo 15 segundos del ganador de la jornada, el francés Xavier de Soultrait, asestando un tremendo golpe a la clasificación acumulada, que ahora lidera con autoridad. Y es que el piloto nacional tomará mañana la salida como puntero de su categoría con nada menos que 11 minutos y 23 segundos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el argentino Kevin Benavides.