Francisco Gilabert es el hombre clave en la maquinación contra Javier Castrilli. El juez del duelo entre Huachipato y Copiapó, por la Promoción, aseguraba haber recibido presiones a través de unos audios que fueron difundos por Radio ADN. Unas palabras, que más allá de ser de su autoría, no coincidían con los diálogos que sostuvo en la cabina del VAR, que fueron revelados por la serie de Quilín.
El informe del Miguel Ángel Valdés, el oficial de cumplimiento, fue lapidario contra Gilabert, según publicó El Deportivo. “De acuerdo con los antecedentes analizados en el curso de esta investigación, se pudo determinar fehacientemente, en más de 200 páginas del informe de investigación internas, a través de entrevistas, recopilación de datos, informes (externos e internos) y diversas pruebas documentales, que no existe ni ha existido intervención o presión indebida, abuso de autoridad ni injerencia alguna de parte de terceros, respecto a la decisión adoptada por el árbitro, el Sr. Gilabert”, dice el escrito.
“En el curso de la presente investigación, se lograron recopilar antecedentes y datos que evidencian la existencia de actos destinados a desacreditar y difundir información distorsionada para desestabilizar el arbitraje chileno, que dañaron a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional y la transparencia de la actividad”, complementa.
La controversia es la más grave que ha envuelto a Gilabert en el transcurso de su carrera arbitral. Sin embargo, no es la única. Un somero recuento remite a dos actuaciones que también lo tuvieron en el centro de la polémica. En una de ellas, hasta recibió amenazas de muerte.
Acusado de racismo
En agosto de 2019, después del partido entre Universidad de Concepción y Curicó Unido, que ganaron los torteros, por 2-4, Gilabert fue rodeado por el cuerpo técnico estudiantil, que entonces encabezaba Francisco Bozán, y por varios jugadores auricielos. Directamente, le fueron a reclamar por una situación que el defensor uruguayo Alexis Rolín ya había denunciado ante la transmisión televisiva. “Estaba mirando al árbitro en un córner y me dijo ‘negro feo’, a la cara, ta. Es un atrevido de mierda”, dijo el uruguayo al Canal del Fútbol.
Francisco Bozán validó la acusación. “Yo le creo a mi jugador y si el árbitro hizo lo que hizo me parece grave, porque es el encargado de impartir justicia. Es detestable y debe haber una investigación. Es triste que se pueda llegar a algo así, que alguien llegue a agredir humanamente a alguien así, me complica (...). Si llega a ser cierto hay entes encargados de ver la situación. Lo está apoyando el equipo, es difícil ser extranjero, pero él ha jugado en Europa y otros países de Sudamérica. El está destrozado, porque no se espera que suceda esto en un país donde hay un fútbol que se dice profesional, que somos bicampeones de América. Que un árbitro lo insulte de esa manera... Yo creo que él (Rolín) está decepcionado, no de Chile ni de Universidad de Concepción”, sostuvo el entrenador, apenas minutos después del encuentro.
El conflicto escaló rápidamente. El Sifup exigió una investigación y la ANFP se comprometió a realizarla. Mario Parra, defensor curicano que estuvo en la jugada, entregó un testimonio clave a El Deportivo. “Era mi marca. Claramente, la acusación es es grave. Lo que yo vi y escuché se produjo en una jugada típica de agarrones en el área. Ellos pidieron penal y se fueron en contra de Gilabert. Lo que yo logré escuchar en esa jugada fue que Gilabert le dijo ‘no me vengai a hablar feo’, ‘no me mirís feo’, no ‘negro feo’, pero, claro, la adrenalina está a 100 y Rolín se calentó, se volvió loco. No sé si venía de antes. O por el ruido del estadio escuchó mal o no. Tampoco si ya habían tenido roces en otra jugada”, explicó.
En esa oportunidad, el Tribunal de Disciplina favoreció al juez. “Que habiendo este Tribunal analizado todos los antecedentes que le fueron entregados, y los que se procuró en el transcurso de la investigación, se declara que no existe mérito para acreditar conducta antirreglamentaria alguna por parte del árbitro del partido señor Francisco Gilabert Morales”, decretó.
El penal a Falcón
Hay otra incidencia que junta los elementos Gilabert, VAR y polémica. Se produjo en febrero de 2021, cuando Colo Colo bregaba por salvarse del descenso, en una de las peores campañas del equipo popular en su historia. En la penúltima fecha de ese Campeonato Nacional, el Cacique enfrentaba a Cobresal y buscaba afanosamente los puntos para salir de la crítica situación en que se encontraba. Maximiliano Falcón cayó dentro del área minera y desde el VOR, la cabina que controla el videoarbitraje le advirtieron claramente al juez del encuentro que había sido víctima de una infracción. “Es penal”, se escucha decir, según el audio que, más tarde, divulgaría la ANFP. “¿Qué me dijeron ustedes? ¿Es penal?”, pregunta el árbitro, a lo que le responden sin dudas desde el VOR: “Para mí es penal, el jugador de Cobresal no toca la pelota, y después que el blanco le pega, le da con la plancha en el tobillo”.
Finalmente, Gilabert impone su prerrogativa de decidir. “Sigo viendo lo que vi en el partido. Es un contacto, pero no me da para penal”, dice. Y, tras revisar otras tomas, confirma: “Voy a continuar con mi decisión”. “Perfecto Francisco, para nosotros yo ya te di mi opinión”, manifiestan por último desde el VOR. El juez del partido toma la determinación: “No voy a cobrar penal, voy a ir con balón a tierra”.
Los días posteriores no fueron fáciles para el réferi, quien recibió amenazas de muerte de parte de presuntos fanáticos de Colo Colo.