Radiografía a los goleadores del torneo: experimentados, extranjeros y falta de recambio
El renacer de Humberto Suazo y el buen momento de Joaquín Larrivey parecen una tendencia. Jugadores de larga trayectoria que pasaron largamente la treintena de edad en una lista donde no hay jugadores emergentes. “Acá la experiencia es lo principal.”, dice Óscar Fabbiani, trigoleador del torneo en los 70. Así también opina Sebastián González, quien asegura que “lo atribuyo a una condición individual, al profesionalismo y al cuidado que tienen con el tiempo”. Más frontal es la opinión de César Díaz, quien advierte que “el torneo chileno no tiene ritmo ni velocidad, por eso estos jugadores tan mayores pueden triunfar”.
A sus 40 años de edad, Humberto Suazo sobresale entre los goleadores del fútbol chileno. Tanto por su efectividad, como por el renacer que ha tenido en su carrera, ahora con los colores de Deportes La Serena. Pero este segundo aire de Chupete, quien suma dos goles en la tabla de artilleros, no es un caso aislado. Joaquín Larrivey, el máximo goleador, tiene 37 años. Y cuatro de los cinco mejores tiene 30 o más.
“Acá la experiencia es lo principal. Cuando uno es joven, muchas veces no logra imponerse tanto. Después de los titantos las cosas cambian. Yo exploté después de los 24 ó 25 y es normal”, dice Óscar Fabbiani, trigoleador del fútbol chileno entre el ’76 y ’78.
Una opinión muy parecida a la Sebastián González, quien reconoce que el cuidado que tienen los futbolistas con su estado físico es un punto lave en este éxito.
“Que haya tantos delanteros experimentados lo atribuyo a una condición individual, al profesionalismo y al cuidado que tienen con el tiempo. En épocas anteriores, el delantero podía jugar sólo hasta los 35 ó 36 años, cuando mucho. Pero eran jugadores con movimientos lentos, porque habían tenido muchas lesiones, tampoco los clubes confiaban mucho, por eso la mayoría no eran titulares. Llama la atención que ahora sea diferente. Se ha cambiado la manera en que se preparan en la última década. La presión es distinta, veo que disfrutan más y en tiempos anteriores no existía tanta confianza en ellos”, dice Chamagol, quien fue máximo anotador en el Apertura 2002.
El caso Chupete
Y es que el renacer de Suazo no ha pasado inadvertido. El ex atacante de Monterrey tiene números increíbles en su carrera. Tiene una media de 0,58 goles por partido. Una cifra incluso más alta que Esteban Paredes, quien luce un 0,56 en su historial, hoy con la camiseta de Coquimbo Unido. Larrivey tiene un 0,37 y Fernando Zampedri, figura de la UC, promedia 0,41; mientras que Cristian Palacios de Unión muestra un 0,49 gol por duelo.
“Chupete sigue demostrando que está vigente. La mayoría de sus goles tienen una alta cuota de individualidad, su sello característico. Eso lo hace marcar diferencias”, dice Chamagol.
Mientras que el Popeye advierte que “Suazo está en un gran momento. No perdona dentro del área, pese a su edad. Tiene que aprovechar esta racha haciendo goles”.
Más crítico es César Díaz, quien fuera el máximo anotador en el Clausura 2005: “Tú crees que el Chupete Suazo va a jugar a Argentina con 40 años. Por eso la gente no tiene tantas expectativas con el campeonato nacional. Hay que reestructurar todo”.
Falta de recambio
Entre los cinco máximos artilleros de este torneo hay sólo un chileno: Iván Morales de Colo Colo, quien además es el único jugador menor de 30 años en la lista.
“Son casi todos extranjeros. Falta ese goleador chileno, algo que grafica que no hay muchos delanteros chilenos que sean nueve. Hace rato que ya se viene arrastrando esta carencia. No hay muchos chilenos jóvenes en la tabla de goleadores. Muchos juegan de extremos y punteros, o se enganchan. En el último tiempo se ha dejado de formar a ese goleador que, obviamente, tiene características especiales: movimientos en el área, posición táctica, la forma de definir”, reconoce González.
Y en ese sentido, Fabbiani concuerda con la opinión de Chamagol. Pero va más allá, ya que como formador insiste en hacer un trabajo específico para encontrar a esos centrodelanteros.
“No es fácil sacar un delantero de las divisiones inferiores, cuesta una barbaridad. Está lleno de volantes, cualquier cantidad, pero de goleadores nada. Es algo que se debe ir trabajando de manera específica. Si ves algún jugador con características, hacer labores focalizadas. Hay que enfatizar en la movilidad, que encaren de frente al arco, no de espaldas, porque ahí quedan muy expuestos a los defensores”, dice Popeye.
Para César Díaz, el trabajo en las bases de los equipos no ha dado los frutos esperados y eso se nota en la calidad de los jugadores ofensivos que, generalmente, no han salido.
“Tantos jugadores mayores habla de un mal trabajo en las inferiores. No tenemos jugadores en la posición de 9 ó de 10 en el fútbol joven. Hace veinte años atrás, de diez jugadores ocho hacían goles. Eso mismo está pesando en el recambio de la selección chilena. A los equipos no les interesa gastar dinero en las series juveniles- Si hace dos años que no tenemos torneo para eso chicos”, dice el ex Palestino.
El nivel del torneo
Todas las circunstancias anteriores redundan en la calidad del campeonato nacional. Esa, precisamente, es la mayor preocupación de la mayoría de los consultados sobre el tema.
“El torneo chileno va a la baja. Llega un jugador como Zampedri, por ejemplo, que no lo conocía nadie y ahora es una de las figuras del campeonato nacional. Ni hablar de los equipos chicos. Llegan jugadores de la tercera Argentina y son figuras acá. Antes era diferente. Ahora hasta el octavo llega a una copa internacional. Antes era primero o segundo y los equipos se hacían fuertes. Ahora llegan a la competición internacional y se van inmediatamente. La gente no está interesada en el torneo chileno, no tiene ritmo ni velocidad”, asegura César Díaz.
Un poco más morigerada es la opinión de Popeye, quien advierte que “es el ritmo del fútbol chileno, que es un poco más lento. Ves los mayores artilleros, todos son de treinta para arriba. Pero en esto, la paciencia es lo principal, saber el momento exacto”.
Chamagol es más conciliador y asegura que “no se puede culpar al nivel del torneo. Son otros rivales, otros planteles, otra condición de preparación, es un todo respecto de ligas más exitosas a nivel internacional. No se puede individualizar. Para mí tiene que ver con lo que se vive internamente, es algo multifactorial, hay muchos puntos para tratar de nivelar hacia arriba”.
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